En el enésimo aparente cambio de criterio sobre el programa DACA, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este viernes que se propone legalizar a los 700.000 inmigrantes indocumentados beneficiarios de esta protección y ofrecerles un “camino a la ciudadanía” norteamericana. El anuncio, hecho de pasada en una entrevista en televisión, llega casi un mes después de que el Tribunal Supremo le impidiera eliminar este programa, que protege de la deportación a inmigrantes que llegaron a EE UU siendo menores de edad.

“Voy a hacer una gran ley de inmigración”, ha dicho Trump en una entrevista con José Díaz-Balart en Telemundo. “Uno de los aspectos de la ley va a ser DACA, vamos a tener un camino a la ciudadanía”, ha recalcado dos veces. “Voy a enviar una ley como orden ejecutiva”, ha dicho Trump. Cuando el periodista le ha preguntado si se refería a una ley (tramitada por el Congreso) o a una orden ejecutiva (decreto), ha aclarado que se refería a una orden ejecutiva.

El programa DACA fue establecido por decreto del presidente Barack Obama en 2012 ante la frustración por el bloqueo del Congreso a cualquier avance en la legalización de millones de inmigrantes en Estados Unidos. Se aplica solo a los inmigrantes sin papeles que llegaron a EE UU de forma irregular traídos por sus padres cuando eran menores de edad. Las condiciones para obtenerlo exigen que sean ciudadanos ejemplares. Se trata de un certificado de identidad y un permiso de trabajo que se renueva cada dos años. No equivale a ningún tipo de estatus migratorio ni da paso a pedir la ciudadanía. Es simplemente una protección administrativa para que estos jóvenes no puedan ser deportados. A estos jóvenes se les ha venido en llamar dreamers (soñadores).

Como candidato, Trump dio varios bandazos en sus consideraciones sobre el programa DACA, que goza de amplio apoyo en Estados Unidos, independientemente de ideologías. Por un lado, dedicaba alabanzas a los jóvenes que están protegidos por él, por otro aseguraba que se tenían que ir del país. Una vez en la Casa Blanca, Trump lleva tres años intentando eliminar el programa DACA y ha utilizado la amenaza de deportación de estos jóvenes como moneda de cambio en varias negociaciones políticas. Su Administración trató de eliminarlo judicialmente, pero el pasado 18 de junio, el Tribunal Supremo dictó una sentencia que dejaba el programa intacto.

Trump protestó la sentencia diciendo que era “horrible” y “motivada políticamente”. Al día siguiente, prometió presentar un nuevo caso para acabar con el programa DACA. En la entrevista de este viernes, sin embargo, Trump interpreta que la sentencia del Supremo le otorga poderes que antes no tenía para legislar por decreto sobre los dreamers. “Mucha gente, incluidos muchos republicanos, van a estar muy contentos”, ha apostillado.

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