La ciencia bien aplicada puede ayudarnos a conocer los más grandes misterios del planeta y del espacio mismo. Y es gracia a ella que hemos llegado a la luna, que hemos logrado surcar los cielos e incluso que se ha logrado la comunicación con todos los humanos en todas partes del mundo.

Pero cuando la ciencia se aplica aún mejor podemos encontrar estudios que no sabíamos que necesitábamos sobre información que no sirve para nada, pero nos hace el día y nos da temas de conversación un poco incómodos. Justo como lo que veremos a continuación con los pingüinos.

Los padres del año

No sabemos exactamente qué fue lo que llevo a científicos japoneses a trabajar en esta investigación, pero al parecer ya tienen tiempo estudiando la presión con la que las heces de los pingüinos salen disparadas de su recto.

Y aunque parezca mentira, los estudios demostraron que los pingüinos pueden disparar sus heces a una distancia de 4 pies desde su recto. Es decir, a una distancia aproximada de 1.2 metros.

 

¿De qué sirve que los pingüinos puedan disparar sus heces a tal distancia? bueno, pues la razón es que son padres muy dedicados.

Desde el momento en que nacen sus crías, los pingüinos no dejan su nido ni por un instante, lo que hace que la tarea de defecar deba hacerse desde ahí mismo y la manera en que el cuerpo de los pingüinos evolucionó para solucionar ese problema, es haciendo que las heces salgan disparas a una distancia considerable para evitar que las crías se queden solas o que tengan que vivir entre excremento.

Es por esta razón que los pingüinos defecan en posiciones que ayuden a que las heces salgan disparadas e un curvatura que logre alejarlas lo más posible, además de que hacen sus nidos en lugares elevados para esto también.

No sé ustedes, pero son padres de admirar esos pingüinos.

Cornell University/Fayerwayer

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