El saldo de todos los informes de gobierno, y podría decir los habidos y por haber, ha sido siempre la misma: muchas concesiones para el emisor y nula información de calidad para el cada vez menor número de destinatarios.

Con la Cuarta Transformación, sin embargo, estos informes, además de celebrarse por cualquier circunstancia y no para obedecer lo que mandatan las leyes, se han convertido en meros actos litúrgicos donde los oficiantes repiten oraciones consagradas, como aquella de “primero los pobres”, cada vez más lejos de ser realidad.

El “informe” del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, celebratorio del segundo aniversario de su triunfo en las urnas, prácticamente se convirtió en un lánguido (y desoído) llamado a refrendar en 2021 el poder en manos de Morena, con personajes entre quienes menudean verdaderas nulidades para gobernar pero extraordinarios estandartes del nepotismo y la corrupción.

Que afuera de Morena es igual es una pena que así sea. Esa realidad no hace sino anticipar que en los comicios del 6 de junio de 2021, en caso de que la pandemia no obligue a posponerlos, se enfrentarán las mismas pirañas de la política, apenas diferenciadas por el color del o los partidos que los postulen.

La queja del dirigente estatal de Movimiento Ciudadano, Sergio Gil Rullán, en el sentido de que el microinforme adelanta las campañas, ha sido manifestada a destiempo. Los diputados locales morenistas no han parado de hacer proselitismo, a pesar de que la autoridad local ya les ha amarrado las manos, al menos en lo que se refiere a la disposición de recursos públicos como los otorgados por el DIF estatal.

De que todo el asunto es electoral, lo saben también los representantes de la oposición. Pero deberían litigar el tema ante las autoridades y tribunales electorales, acusando el informe como un acto anticipado de campaña, no sólo en medios de comunicación.

Por lo demás, lo dicho por el gobernador Cuitláhuac García Jiménez fue un rosario de frases que, seguramente, serán esgrimidas en la ya próxima campaña electoral.

Solo basta darse una vuelta por las redes sociales (por la pandemia ya son prohibitivas las charlas en el café), para darse cuenta de la animadversión que sufre el mandatario veracruzano.

La reciente encuesta de Consulta Mitofsky no es más que la corroboración de que su popularidad ha caído tan drásticamente que la oposición veía con ambición desbordada la celebración de la revocación de mandato, donde seguramente perdería. Y eso seguramente lo vio el mandatario cuando envió la iniciativa de reforma electoral en que se deshizo de esa imposible aduana.

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Erróneo afirmar que Cuitláhuac da fuerza electoral a Morena

En su Ranking de Gobernadores y Gobernadoras correspondiente a junio, Consulta Mitofsky –que ha sido de las encuestadoras menos drásticas contra Cuitláhuac García– lo coloca en el rango de baja aprobación ciudadana, aunque con mayor porcentaje que los de otras empresas que lo ubican en el penúltimo lugar, apenas superado por la nulidad de nulidades, el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, quien en cambio supera al xalapeño en este estudio demoscópico. Alguna le da apenas 14% de aprobación.

En el ranking de Mitofsky, Cuitláhuac García se ubica en el lugar 30, de 32, superando a los gobernadores de Colima, Ignacio Peralta, y de Morelos, Cuauhtémoc Blanco.

Para su desgracia, de mayo a junio experimentó un bajón de 2.8 puntos, al caer de 31.7 a 28.9 por ciento; ello permitió que la nulidad priista, Alfredo del Mazo, del Edomex, quien ganó 2 puntos porcentuales, pasara al sitio 29 que detentaba el xalapeño.

Ha sido una caída dolorosa, si consideramos el inicio de este ranking en agosto de 2019. En esa ocasión, el gobernador Cuitláhuac García, con 41.1 por ciento de aprobación, se colocaba en el lugar 12; al siguiente mes, pese a un ajuste de medio punto a la baja, subió al lugar 11. Por desgracia, mes con mes, ha ido cayendo en la aprobación ciudadana y en el ranking nacional, siempre según Consulta Mitofsky.

Este año comenzó en el lugar 14, pero en febrero cayó cuatro lugares, y de ahí en adelante, en medio de la pandemia del Covid-19, el mandatario siguió cayendo (sobre todo, entre abril y mayo) hasta llegar en junio al lugar 30. De agosto de 2019 a junio de este año, Cuitláhuac cayó ¡18 lugares! Y eso representó 12.2 puntos porcentuales perdidos.

De ese modo, argumentar que el mandatario veracruzano apoya, con su discurso celebratorio del segundo aniversario de su triunfo electoral, las aspiraciones de quienes puedan ser candidatos de Morena en 2021 es un acto propagandístico de la oposición.

De eso puede acusarse a los mandatarios morenistas que están en los cuernos de la luna, como Claudia Sheinbaum, gobernadora de la CDMX, colocada en junio en el cuarto lugar con 57.7% de aprobación; Rutilio Escandón, de Chiapas, en el lugar 7 con 55.2%, o Jaime Bonilla, de Baja California, colocado en el lugar 12, con 48.7%.

Pero en Veracruz, no. Es más posible que los candidatos de Morena tengan como lastre los niveles de aprobación del gobernador Cuitláhuac García Jiménez, en lugar de ser catapultados por sus discursos de alabanza.

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Frases sin disfraces

“Imagínense los que lucharon en otros tiempos por la libertad, por la justicia, por la democracia, por la soberanía. ¿Qué, estaban esperando a que tuvieran sus computadoras?” Andrés Manuel López Obrador.

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