Qué jalada eso de prohibir montar yeguas, caballos y caballitos en la capital. –Chopenjawer

Ya hemos comentado en este espacio que la Cuarta Transformación tiene su propia y particular manera de gobernar; un estilo propio que difiere (y por mucho) con la forma tradicional a la que la clase política ya estaba acostumbrada.

Había reglas y códigos no escritos; señales en fotografías y discursos, que luego eran interpretados por los analistas o por los mismos políticos que entendían los mensajes entre líneas. Ahí se podía descifrar si alguien había caído de la gracia de un jefe político (figura que al parecer ya no existe en la 4T, pues sólo hay un tlatoani) o cuál era el rumbo de las decisiones en los gobiernos.

Para muchos, la 4T ha resultado ser impredecible. Los rituales, los discursos, las señales son distintas y, hasta en algún momento, confusas. Hay quienes dicen que es fácil de descifrar: sólo hay que pensar al revés a como estábamos acostumbrados con el priato que reinó en Veracruz y que tuvo su colita en el miniyunato, con ese eterno priista de peso pintado de azul llamado Miguel Ángel Yunes Linares.

Uno de estas «innovaciones» es que no se hagan eventos masivos para inauguración de obras como anteriormente se hacía para el lucimiento del gobernante como el famoso «banderazo», convocando a medio pueblo. De hecho, este lunes, un eje del mensaje del gobernador Cuitláhuac García Jiménez es dar a conocer obras que en apariencia resultan poco trascendentes, pero sí tienen un gran significado para las comunidades que durante años sólo sirvieron para votos a cambio de promesas. En ese sentido, la Cuarta Transformación es congruente con su lineamiento «Primero los pobres”.

No necesariamente podemos juzgar si es bueno o malo, sino que simplemente la «Cuarta Transformeishion» trae otro chip y ya se verá si lo cosechado rinde los frutos deseados.

Lo que quizás sí necesita recalcarse es que en la pandemia –más allá de los resultados en materia de salud– los gobernantes y figuras de peso de la 4T deberían mostrar la cara amable del poder. Tener empatía y alejarse de ese activismo recalcitrante que en nada abona.

Lo anterior se aplica por lo que ocurrió, por ejemplo, con el lamentable tuit de la No Primera Dama, Beatriz Gutiérrez Müller, cuando le ganó el impulso por contestar de manera nada inteligente una pregunta respecto a si recibiría a padres de niños con cáncer.

Nada impide que un gobernante de la Cuatro-Té pueda mostrar compasión, empatía y sin necesidad de hacerlo luciéndose ante los medios.

Una acción que fue bien vista, por mencionar algo, fue que el gobernador Cuitláhuac García Jiménez recibiera en los primeros minutos que arrancó su gobierno a los colectivos de personas desaparecidas, mostrando la empatía que otros gobernadores simplemente nunca tuvieron.

Repetimos: se entiende que la Cuarta Transformación trae su propia dinámica para distanciarse de lo que se hizo tradicionalmente en política durante muchos años, pero no es mal visto (quizás solamente por los adversarios que vomitan a la 4T sólo por un odio irracional y ridículo) que se muestre tantita empatía de aquí en adelante con pacientes en hospitales, personal de salud que se la está jugando con el Covid119, con policías caídos o mujeres asesinadas vilmente.

Y no se necesita ser médico, ni bombero, ni «tira». Sólo tener tantita empatía.

NOTA PARA PEGAR EN EL REFRI: «Hicimos obras donde otros solo fueron a comprar votos», es la frase constante que se escuchará este lunes en el mensaje del gobernador Cuitláhuac García Jiménez que dará este lunes a la 1 de la tarde, como adelanto a su informe oficial de gobierno del 15 de noviembre.

NOTA MUY TRISTE: Muy lamentable la partida de Gina Sotelo. Comunicadora muy talentosa y de mucho prestigio. Locutora de primer nivel. También catedrática que a muchas generaciones a las que enseñó y compartió sus conocimientos. Su fallecimiento fue algo inesperado para muchos la noche de este domingo. Descanse en paz.

LA ÚLTIMA POR HOY: 
Este lunes, Diana Aróstegui Carballo será nombrada oficialmente como titular de la Secretaría del Trabajo, Previsión Social y Productividad, luego de que el 29 de abril renunció Guadalupe Argüelles Lozano tras el escándalo por la detención de su hijo Efrén Rogelio «N» en posesión de droga, en estado de ebriedad y conduciendo un vehículo oficial. A su salida, Diana Aróstegui fue nombrada como encargada de despacho y este 6 de julio oficialmente se convierte en secretaria del gabinete de la Cuarta Transformación.