El hecho de que no acudan a recibir atención oportuna puede ponerlos en grave riesgo y convertirse en una bomba de tiempo para el sector hospitalario.

José Alberto Beverido, médico de la Clínica del ISSSTE de Córdoba, Veracruz, cuenta que hace unas semanas recibieron a una señora en el área de urgencias. Tenía vértigo y mareos. Pero cuando quisieron ingresarla por unas horas, la mujer se negó a permanecer en la unidad sanitaria.

“Le dijimos que, aunque no tenemos área de internamiento, porque somos clínica y no hospital, la íbamos a internar durante unas horas en observación para ver cómo evolucionaba con los medicamentos y luego ya tomar una decisión. Pero la señora pegó un brinco y dijo que no, que no le pusiéramos nada, que ella solo había ido por una pastillita y que se iba de allí en ese momento, porque tenía miedo a contagiarse de coronavirus”.

Beverido cuenta también el caso de una paciente que llevaba 20 días con descompensación de azúcar. “No quiso venir antes por lo mismo, estaba muerta de miedo por el Covid”.

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La señora Alejandra Nieto, 65 años y chef de profesión, es otro ejemplo de que el miedo ha alejado a los pacientes de este hospital veracruzano. Antes de la pandemia, la señora iba regularmente a la Clínica del ISSSTE en Córdoba, una vez al mes sin falta, a que le dieran su medicina y la checara el doctor. Su última cita la tenía para el 15 de abril, pero ya no fue.

“Tengo ya tres meses sin ir a la clínica. Y no voy porque, la verdad, sí tengo mucho miedo del coronavirus. No quiero contagiarme. Y bueno, aunque quisiera ir, mis tres hijas no me dejan salir ni de la puerta de la casa. Dicen que, como soy hipertensa, tengo mucho riesgo de enfermarme muy grave si me contagio de Covid. Así que no salgo para nada”, cuenta doña Alejandra.

La señora ha dejado de ir incluso a la farmacia de la clínica. “El medicamento lo puedo pedir por teléfono al ISSSTE, para que me lo manden para la casa. Pero, la verdad, siempre hay mucho problema con eso. Tardan muchísimo en contestar, o a veces ni contestan. Así que mejor lo compro yo por fuera, en una farmacia de genéricos, para que no me salga tan caro”, dice.

Ocho profesionales de la salud entrevistados por Animal Político para este reportaje coinciden en señalar que muchas personas no están yendo a los hospitales, aunque se sientan muy mal, por miedo a infectarse.

Los médicos y enfermeras aceptaron compartir sus testimonios respecto al tema de atención a otros padecimientos en los hospitales donde laboran y si la gente está acudiendo a las instituciones, pero todos, salvo Beverido, prefirieron omitir su nombre.

México no es un país donde los profesionales de la salud quieran compartir información con nombre y cargo. Tienen miedo de las consecuencias negativas en sus empleos.

“Hay pacientes que han suspendido su hemodiálisis por no querer ir al hospital y después ya ingresan en estado crítico. Están llegando pacientes muy graves, prácticamente a morir nada más”, asegura una residente del Hospital General de Zona # 57 del IMSS, en Cuatitlán Izcalli, Estado de México. Este es uno de los llamados hospitales híbridos, donde se reciben tanto casos de Covid como de otras enfermedades.

La médica precisa que antes de la epidemia, entre primer contacto y urgencias había entre 50 o 60 pacientes, 40 en promedio en este hospital. Ahora, solo hay de 19 a 20 pacientes en urgencias no Covid, contando los referidos de otros dos hospitales, el # 72 y el 58, dedicados al 100% a la atención del nuevo coronavirus.

En el Hospital Rubén Leñero de la Secretaría de Salud de la CDMX, otro de los híbridos, la situación es similar. Uno de los residentes de esa institución dice que antes de la crisis de Covid recibían una urgencia de apendicitis por guardia. “Ahora llega un caso cada tres o cuatro días. No sabemos si la gente se está aguantando y de pronto van a llegar, o cómo están en su casa, quizá un poco más tranquilos, no han detonado las urgencias. No sabemos”.

La cuestión es que en este hospital se manejaba un volumen de 60 o 70 pacientes y hasta 150. “Ahorita no hay ni la tercera parte. Tenemos camas vacías en la zona No covid. El área Covid sí está llena, pero la otra no. Y eso que estamos recibiendo casos de emergencia de otros hospitales, donde solo se dedican a pacientes con el virus”.

Animal Político/Andrea Vega y Manu Ureste

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