Hasta al Presidente López Obrador le pareció un exceso! Ayer, al gobernador Cuitláhuac García le ganó la euforia y las ganas de quedar bien con su mentor; con el exabrupto de llamar “separatistas” a los gobernadores que han decidido tomar sus propias decisiones para enfrentar la pandemia, le ganó la nota nacional al Presidente.
Sin medir consecuencias y sin recordar que también forma parte de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), el mandatario veracruzano quiso servir de “telonero” de lo que imaginaba sería un incendiario discurso de López Obrador. Cuál sería su sorpresa cuando el Presidente tuvo que salir a enmendarle la plana. El mensaje fue claro: el único que tiene la anuencia de pelearse y descalificar es él.
Cuitláhuac dijo que no coincide con algunos gobernadores que han decidido hacer grupos –en clara referencia a los mandatarios panistas- y aseguró que es momento de unir el esfuerzo de todos los estados en torno al interés nacional de salir delante de la crisis provocada por la pandemia. Hasta ahí todo bien hasta que…
“Sinceramente, hasta me parece una intención de agruparse como golpista, perdón, pero lo veo de esa manera. Separatista, sería mejor la palabra”, y entonces encendió las redes y los portales de noticias. El mandatario veracruzano había acusado a sus homólogos de separatistas, un concepto del que evidentemente no tiene ni idea de lo que significa, por lo que el Presidente no tuvo empacho en exhibirlo públicamente.
López Obrador aclaró paradas y dijo que si bien él no lo ve como un agrupamiento golpista, sí lo ve como un asunto politiquero. “Yo no diría que es un agrupamiento golpista, ni siquiera diría separatista, con todo respeto a lo que expresó el gobernador de Veracruz porque no están planteando desprenderse de la República Mexicana”. ¡Trágame tierra!, pensó el novel mandatario veracruzano. Esta vez, el tradicional espaldarazo a su honestidad le supo a azúcar amargo.
El segundo momento de la gira fue a la salida de la zona militar de El Lencero. Ahí, decenas de colectivos de búsqueda de personas desaparecidas y sus familiares lo esperaban para intentar hablar con él. Con los vidrios arriba, el Presidente los miraba sin inmutarse, a sabiendas que se trata de una de las promesas incumplidas de su gobierno.
Apenas el viernes pasado, aquí mismo en Xalapa, el Subsecretario de Derechos Humanos de la Segob, Alejandro Encinas reconoció que no hay logros en el tema de las personas desaparecidas, por lo que pidió a las Fiscalías de los Estados mayor compromiso para actualizar el Registro Nacional, así como el banco de datos genético para la identificación de cuerpos.
Se calcula que en el país hay más de 60 mil personas desaparecidas; es apenas una cifra preliminar porque los datos siguen recabándose; Encinas alertó que Veracruz es una de las entidades en donde más fosas clandestinas se han hallado en el país. Muchos familiares de esas víctimas fueron las que se apostaron ayer afuera del batallón militar de El Lencero.
A la salida del Presidente, la pequeña turba cerró el paso de la suburban negra, la cual avanzada con dificultad en medio de la cámara húngara. Entre gritos y fotografías de decenas de personas que han desaparecido producto de la violencia que se vive el país, el Presidente empezó a recibir insultos, algo poco común en cualquier gira presidencial.
“¡Bájate cabrón!”, “¡Sólo atiendes a la mamá del Chapo”!, “¡Amlo, recíbenos! ¡Amlo, recíbenos! ¡Amlo, recíbenos… o te seguiremos hasta donde vayas!”, gritaban una y otra vez las madres de desaparecidos que se quejan de que a pesar de su solicitud de audiencia, el Presidente se ha negado sistemáticamente a reunirse con ellas y sus familias.
Ya con las aguas mansas, en Perote el Presidente presumió los logros alcanzados por el programa “Sembrando Vida”. En realidad, sólo incluyeron un evento más en su ruta hacia Puebla donde estará este martes. López Obrador no vino a sembrar un árbol, a entregar un cheque o a supervisar cómo va el rescate del Cofre de Perote luego del voraz incendio del año pasado. Vino a presumir un programa fracasado.
Durante el evento, Cuitláhuac García dijo que en Veracruz se sembrarán y producirán 20 millones de árboles del programa “Sembrando Vida”. Es una mentira sobre otra: la inversión es del gobierno federal, no del suyo. Además, el año pasado en todo el país sólo se logró producir 40 millones de árboles de los 575 millones que era la meta. Presume un programa que no es suyo y que sólo ha mostrado corrupción e ineficacia.
Las del estribo…
1. Como ayer dijimos, la reforma que se impulsa en varios estados del país gobernados por Morena para reducir el presupuesto a los partidos políticos y desmantelar los órganos electorales es una estrategia ordenada desde Palacio Nacional. Ayer lo dijo el Presidente: ojalá y otros estados sigan el ejemplo de Veracruz. Por eso la prisa. Ahora sólo falta que muestren las actas de cabildo.
2. La comidilla. Luego de que en giras presidenciales pasadas ni siquiera lo invitaban al templete, ayer el alcalde de Xalapa Hipólito Rodríguez tuvo la oportunidad de platicar largo y tendido con el Presidente. Ahora la atención se centró en la ausencia en presídium del representante presidencial en Veracruz, el súper delegado Manuel Huerta, quien estuvo afuera atendiendo a la gente. Sin embargo, es una iguana muy apedreada a la que no le quita el sueño el reflector y las formas de la “nueva normalidad”.