El recorte del 75 por ciento al presupuesto del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) genera un panorama desolador para la investigación, mantenimiento y resguardo de zonas arqueológicas, recinto y museos.
Investigadores y docentes entrevistados por AVC, advierten que al concretarse este recorte instruido desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Pública (SHCP) significa condenar “a muerte“ a este instituto que fue creado hasta 80 años, pues desde hace más de tres los recortes mantienen limitada su actividad.
Tan solo en Veracruz existen alrededor de 8 mil sitios arqueológicos, al menos diez están abiertos al público como El Tajín, Cempoala, Quiahuiztlán, Vega de la Peña, El Cuajilote, Las Higueras, Cuyuxquihui, Castillo de Teayo, Tres Zapote y El Zapotal; además otros sitios históricos como en el caso de Museo San Juan de Ulúa, Baluarte de Santiago, entre otros.
Sitios de Veracruz condenados morir
El integrante del Consejo de Arqueología del INAH, Sergio Vázquez Zárate, dijo que que al no tener recursos, los sitios arqueológicos e históricos podrían ser entregados a particulares bajo la figura de “custodias honoríficos” y con ellos queden ”secuestrados” por intereses económicos.
”El riesgo es el posible secuestro del patrimonio, al intentar convertir el patrimonio cultural en un negocio lucrativo; por ejemplo, en Quinta Roo hay empresas hoteleras que quedan como custodios honoríficos de un bien, que no propietarios, y dentro de sus instalaciones hay pirámides, pero para acceder hay que hospedarse, es como si hubieran secuestrado el patrimonio y ese es un riesgo”.
Consideró que el recorte al presupuesto implicaría pasar de “terapia intensiva” a la muerte de los sitios en resguardo del instituto y la imposibilidad de trabajar en nuevas áreas.
“Al quitarle el manto protector de la vegetación, las zonas arqueológicas son ‘conectadas a un respirador artificial’ para siempre, están totalmente expuestas a las lluvias, huracanes, incluso a la erosión turística, si hay reducción presupuestal cuántos ‘pacientes’ en ese estado de vida artificial están en riesgo de morir conforme esta metáfora“.
En Veracruz solo diez sitios tienen acreditada la tenencia de la tierra, uso de suelo, la custodia permanente y mantenimiento para que la sociedad pueda visitarlos y conocerlos.
Dijo que con el recorte se pone en riesgo la atención que se le da a la zona de monumentos abiertos para la visita pública, como a las llamadas zonas arqueológicas, los centros históricos que son propiedad de la nación y están bajo la tutela del INAH, además de aquellos con valor por su historicidad colonial.
“Por ejemplo el Baluarte de Santiago o San Juan de Ulúa, cada uno de ellos alojan colecciones o acervos importantes como las Joyas del Pescador, el museo de San Juan de Ulúa, y además de los custodios requieren de especialistas que estén a cargo de la curaduría, museografía permanente, la actualización de la información, mantenimiento de las piezas“.
Señaló que en últimos años el INAH ha pasado de impulsar nuevas investigaciones a otorgar recursos únicamente a proyectos destinados a recuperar áreas con daño, ya que dijo que cada diez, nueve son salvamentos o rescate.
“Es como ir a dar primeros auxilios y no tener medicina preventiva para atender los casos; se abren esos proyectos porque son recursos que proporcionan terceros, empresas, lotificadoras, fraccionadores, Pemex, Comisión Federal de Electricidad, Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Sin apoyos, proyectos naufragarán
El académico de la Facultad de Antropología de a Universidad Veracruzana (UV), Alfredo Vargas González, advirtió que la situación ya era complicada antes del anuncio de la reducción del presupuesto, porque el 75 por ciento del INAH se destina para gasto burocrático y el resto para investigación.
Dijo que los limitados recursos se reparten entre los centros INAH estatales y a eso se suma que desde hace tres años además los recursos que se obtenían de otros organismos paraestatales como Pemex comenzaron a escasear.
“La disminución de proyecto es dramática de por sí porque se comenzó a reflejar con la transición del Gobierno federal porque ya había tenido un recorte de los recursos de terceros, en este caso de Pemex. Veracruz depende de la inversión de proyectos de exploración petrolera y con ello se derramaba la cobertura estatal para proyectos de salvamento. Con la reforma energética desde hace dos o tres años no hay proyectos de salvamento para Veracruz”.
Dijo que este nuevo Gobierno, independientemente de las ideologías partidistas, generó todavía más un recorte a la ya de por sí mermada carga presupuestal destinada a la investigación, por lo cual dijo el “panorama es desolador, es demoledor”.
Puso como ejemplo que el sitio arqueológico de El Tajín, que actualmente se abre los 365 días del año, cuestionó qué pasará con los recursos necesarios para su mantenimiento si se recorta el presupuesto.
“Esto no hay para dónde, ya no digamos implementos de trabajo, a los trabajadores se les pide llevar sus propios implementos de trabajo, su ropa de trabajo“.
Dijo que además generará un mayor daño a la condición de vulnerabilidad en la que trabajan los colaboradores del INAH, por lo que consideró que pensar en “elegir proyectos meritorios“ para que sigan en marcha tal como señaló el titular del INAH es impensable.
Investigación se hará a pesar del recorte
Para el investigador del INAH, Javier Omar Ruiz Gordillo, este recorte del 75 por ciento al instituto implicará limitaciones en la actividad investigadora pero no debe evitar la generación de resultados.
Dijo que una de las cuestiones que se verá afectada es tener una menor movilidad de los investigadores, por lo que consideró es necesario priorizar las acciones para el mantenimiento y conservación de edificios arqueológicos e históricos.
“No se va a detener la investigación, pero se limitará lo que se puede hacer en campo, estudiar en vivo, tendrá que modificarse esta participación en la investigación; va a afectar pero a a continuar porque nos hemos ido acostumbrando a participar de esta forma (con pocos recursos)“.
Agregó que los investigadores seguirán dando resultados, aunque haya un deterioro de actividades sobre los edificios, por lo que confió que “en algún momento“ se vea que es necesario invertir en la cultura.
Personal y colaboradores también en incertidumbre en Veracruz
Sobre esto, el docente de la Facultad de Antropología de la UV, Rodolfo Parra Ramírez, dijo que aunque se trata de un duro golpe a la investigación, una de las mayores afectaciones será al personal y colaboradores del INAH.
“Es un golpe durísimo a la investigación, de por sí en nuestro país la investigación en cuestiones culturales y de patrimonio histórico no recibe la atención necesaria por parte del Gobierno“.
Dijo que no hay un antecedente histórico que marque esta situación, porque además hay personal que no cuenta con prestaciones, ni siquiera una base laboral.
“Hay quienes no tienen una base, sin que son contratados temporalmente o por honorarios y lo primero que pienso es en ellos porque de por sí con la pandemia se detuvieron parte de algunos salvamentos arqueológicos se vieron afectados y ahora no hay esperanzas laborales para esas personas“.
Recordó que ellos también son jefas y jefes de familia, por lo cual consideró que es necesario que el Gobierno federal frenar este recorte tal como lo han demandado otros investigadores a nivel nacional.
“No habrá personal para mantenimiento, ni resguardo de zonas arqueológicas, el impacto más fuerte se reflejará en las familias y en las zonas arqueológicas“.
El patrimonio arqueológico en riesgo
México es el país de Latinoamérica con la mayor cantidad de bienes reconocidos como Patrimonio de la Humanidad, con 110 mil monumentos históricos, 53 mil zonas arqueológicas, 193 abiertas al público, y 162 museos.
Por ello, el recorte generó que investigadores y colaboradores del INAH tanto mexicanos como extranjeros levantaran la voz a través de una carta que logró el respaldo de 6 mil firmas en contra del recorte presupuestal.
Y ante la recomendación del director del INAH, Diego Prieto de pedir a investigadores que de los mil 600 proyectos que el Instituto financia cada año, eligieran el más “meritorio”, para ser financiado, mientras el resto de labores estarían en modo “hibernación”, los críticos señalan que eso es tanto como pedirle a un padre que elija a un hijo para salvarle la vida y deje morir al otro.
“Es como decirle a un padre: escoge de tus cinco hijos a cuál vas a sostener, dar estudios y alimentación y a los otros otros déjalos morir; debe buscarse otra manera“, señaló un investigador.
AVC/Perla Sandoval
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