Al margen de la importancia de los anuncios del presidente López Obrador en el marco de su reciente visita a Veracruz, llamó la atención el espaldarazo del ejecutivo a dos actores políticos de la entidad: el gobernador Cuitláhuac García Jiménez y la secretaria de Energía, Rocío Nahle García.

Ambos fueron tratados con benevolencia por el presidente, que dejó claros sus afectos.

En el contexto de la supervisión de la Rehabilitación del Sistema Nacional de Refinación, en el Complejo Petroquímico “La Cangrejera”, Coatzacoalcos, López Obrador fue particularmente elogioso al referirse al ejecutivo veracruzano; “mi agradecimiento, mi solidaridad, mi apoyo, mi respaldo, al gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, que lo he venido diciendo, lo repito, llevaba mucho tiempo nuestro estado Veracruz sin tener un gobernante honesto y con convicciones… puro gobernador sinvergüenza se había padecido en Veracruz, un estado tan importante que cayó en la decadencia por la corrupción, un estado que, como lo digo, es más que eso, más que un estado, es una República que tiene de todo, Veracruz, pero por los malos gobiernos se padecía la paradoja de ser un estado rico con pueblo pobre”.

El presidente enfatizó la cualidad de honradez del gobernador; y dijo que “es una ventaja, es una bendición que haya gobiernos honestos, gobiernos honrados”.

De igual manera, en los días recientes, el discurso de López Obrador, al referirse a la titular de SENER, ha sido sumamente cordial; Nahle García no sólo está en el ánimo del presidente, sino que parece ser su carta rumbo a la sucesión veracruzana de 2024.

El pasado 5 de junio, por ejemplo, durante su conferencia mañanera, el ejecutivo ponderó el trabajo de la titular de SENER en la refinería de Dos Bocas.

Las críticas al trabajo de Rocío Nahle y a su desempeño a la hora de abordar la crisis petrolera mundial; los escándalos por presuntos casos de corrupción en la Secretaría –los contratos asignados a empresas ligadas a sus compadres–; y la torpeza de sus declaraciones, como la que se relaciona con las tarifas eléctricas, parecen no influir en lo mínimo en la opinión y el ánimo del presidente hacia la funcionaria.

Otros actores políticos no corren con la misma suerte; el ejemplo más próximo para los xalapeños es el del senador Ricardo Ahued, quien parece excluido por el círculo cercano al presidente.

El senador, ex diputado y ex alcalde de Xalapa ni siquiera fue invitado a los eventos de la reciente visita de López Obrador al sur de la entidad.

El empresario comenzaba a despuntar mediáticamente con un discurso de defensa a los consumidores de energía eléctrica en Veracruz, cuando fue llamado por AMLO para asumir la Dirección General de Aduanas. En abril de 2019, el senador de Morena pidió a la Comisión Reguladora de Energía revisar las fórmulas y recalcular las tarifas en la entidad. Dejo inconcluso el tema para incorporarse a su nuevo cargo, del que un año después tuvo que salir.

Tras la renuncia de Ahued de Aduanas, el presidente reconoció que hubo “diferencias” y que “faltó coordinación”.

Ahued Bardahuil regresó al Senado y retomó el discurso que exige la reclasificación de tarifas eléctricas para Veracruz, pero esa medida está muy lejos de las prioridades y las intenciones de quienes definen la política energética del país; de ahí el desencuentro con la titular de la SENER.

Cuando fue priista, Ricardo Ahued se caracterizó por una agenda propia, e incluso contraria a los grupos de poder de su partido; hoy, ya en las filas de Morena, podríamos estar en la antesala de un escenario similar. @luisromero85