El periodo de confinamiento en casa, como medida preventiva por el Covid-19, posibilita y potencia la oportunidad para poner a discusión la redistribución de las tareas y las responsabilidades al interior de los espacios domésticos, planteó Verónica Moreno Uribe, académica de la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana (UV).
Esta semana, la profesora impartió la charla “Trabajo de cuidados en época de confinamiento”, a través de las plataformas digitales Facebook Live y Zoom, la cual fue organizada por el Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres (OUVMujeres) de esta Universidad.
Su disertación inició con una breve explicación sobre el concepto de trabajo de cuidados, que alude al conjunto de tareas, saberes experiencias, la crianza y gestión de sentimientos, que se realizan al interior de los espacios domésticos. Sin embargo, fue considerado un “no trabajo”, porque no existe una transacción económica ni un salario.
Verónica Moreno dijo que se trata de un escenario de devaluación y depreciación del trabajo de las mujeres, al considerarlo que no es trabajo y que este hacer no genera riqueza y, por consiguiente, no es importante.
“Considero que es fundamental para sostener la vida, para la gestión de bienestar al interior del espacio doméstico, las economías (visto como el proceso para asegurar el abastecimiento de las comunidades), además gesta saberes en quienes lo producen.
”Es el engranaje perfecto del patriarcado, es una imposición tiránica para las mujeres y está articulado con otros dispositivos como el amor romántico, la abnegación, el sacrificio, se le hace creer a la mujer que es una forma que tiene para dar y demostrar amor.”
El contexto generado por el virus SARS-CoV-2, dijo la académica, posibilita la transformación en las dinámicas al interior del espacio doméstico.
“Hay un potencial que deberíamos aprovechar para que se convierta en un tema de reflexión y negociación: la posibilidad de construir otros acuerdos menos desiguales que faciliten a todos la existencia en este contexto de suma adversidad.”
Lo cierto, apuntó, es que durante este periodo de confinamiento en el trabajo de cuidado se decantan un conjunto de tremendas desigualdades derivadas de la mala redistribución de las tareas entre los diferentes miembros de la familia, aunado a esto se desempeñan otras actividades, resultando en una gran carga de responsabilidades y emociones.
“El cuidado implica el conjunto de quehaceres domésticos y la gestión de los afectos, y el confinamiento nos ha metido a todos en una situación de incertidumbre, preocupación o pobre negociación para la redistribución de las tareas en la casa, sumado al hecho que seguimos trabajando, apoyando a los hijos en su educación, gestionamos las emociones, resultado que se convierte en un caldo de cultivo para violencias y conflictos.”
También, dijo que esta coyuntura ha sacado a la luz una gran cantidad de desigualdades y violencias en contra de las mujeres, que han sido minimizadas incluso por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En contraposición a esta declaración hay textos e investigaciones como la presentada por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que reporta que sólo en este periodo de confinamiento se presentaron 67 mil denuncias, las solicitudes de refugio incrementaron 30 por ciento, y las llamadas telefónicas para pedir refugio aumentaron entre 60 y 80 por ciento.
“Hay un agotamiento emocional generalizado, pero sobre todo verbalizado y expresado por las mujeres, en virtud de otras series de mandatos, lo cual también detona en su propia efectividad.”
UV/Paola Cortés