Creo que no existe veracruzano en pleno uso de sus facultades mentales que esté a favor de las enormes prerrogativas que reciben los partidos políticos. Son un dineral y se dilapidan grosera y hasta pecaminosamente.

Un caso paradigmático es el Partido Verde Ecologista de México que, como bien sabes lector, es un club de junior metidos a políticos (por muchos años fueron rémoras del PRI y ahora lo son de Morena), que han usufructuado ese dinero en viajes de lujo, residencias y francachelas.

El Partido del Trabajo, creado y auspiciado por Raúl Salinas de Gortari cuando su hermano Carlos era presidente, se ha convertido en un consorcio familiar cuyo dueño Alberto Anaya, es uno de los hombres más ricos del país gracias a las prerrogativas que recibe y de las que no suelta ni quinto a sus escasos y fregados militantes.

Y ni qué decir del PAN, PRI y PRD que también tienen su historia.

Pero en Veracruz Morena salió más fregón que bonito al aprobar de un plumazo una iniciativa que recorta en un 50 por ciento las prerrogativas de todos los partidos políticos. Es decir, poco más de 2 mil millones de pesos.

¿Por qué no se les aplaude si era lo que deseábamos todos? ¿Cuál es la bronca si también a Morena le van a recortar el 50 por ciento?

En el papel sí, pero en la práctica puedes apostar a que no. Sus legisladores y el gobierno estatal se van a hinchar con el dinero de la oposición que servirá para engrosar sus ya repletas arcas. Porque eso de que irá a la educación y la salud es un cuento muy leído.

Hecha unas pascuas, la diputada Rosalinda Galindo dijo que ese dinero servirá para generar más inversión y bienestar social con lo que Veracruz será más próspero.

¿Inversión? ¿Bienestar? Ándele pues.

Hasta el más tarugo sabe que esos 2 mil millones serán para financiar a los candidatos de Morena en el 2021. Aunque no serán suficientes.

¿Cuánto dinero tendrá que invertir Morena si desea conservar las alcaldías de Poza Rica, Coatzacoalcos, Xalapa y Minatitlán donde sus presidentes municipales han resultado un fiasco? Xalapa es un ejemplo con Hipólito Rodríguez Herrero considerado uno de los peores alcaldes en sesenta años.

Como bien sabes lector, una de las aspirantes para la ciudad capital es la propia Rosalinda Galindo que (según ella) tiene el apoyo del gobernador Cuitláhuac García.

En el supuesto que esto sea cierto, el gobernador debe saber que todas las candidaturas de Morena se decidirán en Palacio Nacional donde de seguro tienen la lista de la parentela que Rosalinda ha colocado en puestos burocráticos.

Pero si por la de malas resulta la candidata, Morena invertirá millones en una aspirante que será derrotada.

A todo lo anterior hay que agregar que Cuitláhuac García tiene la orden de ganar en Veracruz, Boca del Río y Tuxpan, tres huesos duros de pelar. Y sin el apoyo presidencial porque tiene rato que AMLO lo borró de su lista de consentidos.

¿Cómo le harán Morena y el gobernador para complacer a su jefe? Aparte del sablazo a los partidos, habrá que echar mano de los apoyos sociales y ni así la tendrán tan sencilla, porque por cubrir a sus candidatos descobijarán a los más pobres y esto traerá consecuencias.

Por mucho que los morenos tengan casi en la bolsa 2 mil millones de pesos, Cuitláhuac está en una tablita ya que tendrá que buscar más liquidez hasta por debajo de las piedras y no será fácil.

Si no quiere sufrir un descalabro en el 2021 y que López Obrador pierda un importante bastión para las presidenciales del 2024, tendrá que hacer algo más que circo, maroma y teatro.

¿Qué pasará con la oposición que se dice traicionada por sus mismos legisladores? Otro día lo platicaré con más detalle, lector. Que te baste saber que quienes señalan como el cerebro de esa traición al diputado Héctor Yunes Landa, no andan tan errados.

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