Con medidas como cerrar el tránsito vehicular al centro de la ciudad, que son meras ocurrencias, no se coopera en nada a detener el contagio de Covid-19 en Xalapa, ciudad que por suerte solo tiene 26 casos confirmados activos y una defunción, según datos oficiales, pero que puede convertirse en algo grave por la falta de medidas de precaución de sus habitantes y de estrategias efectivas de contención de parte de nuestras autoridades. Cierran las calles del centro a los vehículos y la gente llega a sus tradicionales centros de reunión, como son los cafés, a pie, pasándose de manera irresponsable por el arco del triunfo la señal que les mandan de que al no poder llegar al centro en sus vehículos, no lo hagan a pie, carajo. Pero ese no es todo el problema, el verdadero y grave riesgo que tenemos los xalapeños es que alguien en la colonia Revolución, en la Veracruz, en la avenida Antonio Chedraui hasta El Castillo, en la avenida Rébsamen y en la zona de Las Trancas, se contagie y comience el regadero de virus porque en esos lugares los habitantes no quieren saber nada de la pandemia, no les interesa, no creen que exista, tienen sus propias leyendas urbanas contrarias a la existencia de este virus letal. Y si a lo anterior le sumamos que la Universidad Veracruzana, con sus casi 25 mil alumnos, pretende reiniciar actividades el primero de junio, fecha en la que regresan a Xalapa cuando menos 20 mil jóvenes, estamos fritos, en una situación de peligro todos por falta de capacidad de las autoridades involucradas en prevenir contagios de una pandemia y la ignorancia de nuestros paisanos que no creen en ella.