Como si hubiese acudido a la sede del PRI a postularse como precandidato a algún puesto de elección popular, este jueves se apareció por el Congreso local el abogado Alejandro Williams Mendoza para inscribirse en el proceso para la designación del Fiscal General del Estado.

Un trámite por cierto que debería ser mediante una elección popular, según dijo en enero pasado cuando acudió a la Ciudad de México a la IX Asamblea Nacional Ordinaria de Líderes Juaristas, donde logró que se le designara, dada su condición de doctor en derecho, Coordinador Nacional de Asesores, cualquier cosa que ello signifique y para qué sirva.

Lo que fue obvio es que alguien olvidó decirle al efervescente Alejandro Williams Mendoza que la elección de Fiscal General está en manos de los diputados locales y no depende de un proceso de elección popular.

Y es que pareciera que llegaba con silbatos y matracas, y poco faltó para que se instalara un grupo musical que amenizara el jolgorio armado con decenas de abogados, socios y amigos que olvidaron los riesgos de la pandemia con tal de impulsar a un aliado que, en caso de ganar el puesto, podría ayudarles a agilizar sus casos.

Y sí, parece que ya ha prometido mucho a quienes sólo serán sus contrapartes, no sus aliados, en caso de convencer a los diputados con argumentos más que con muestras de músculo político, aun cuando él se proclama como el «candidato del pueblo».

Este abogado dice que está respaldado por Barras de Abogados del sur de Veracruz, lo cual sería contradictorio con su discurso, ya que si cierto sector es quien lo impulsa, traería desde antes de su elección intereses claros y la procuración de justicia sólo sería para favorecer a unos cuantos.

Y mire quién busca ser el abogado de Veracruz, el que quiere impartir justicia, el amplio conocedor del derecho que no sabe distinguir los diferentes procesos legales para diferentes puestos.

Alejandro Williams Mendoza es de esos abogados que quieren estar en todas las trincheras posibles con tal de figurar en la escena mediática y, con ello, llamar la atención para ganar un puesto público, tan necesario para sostenerse cuando los litigios están cada vez más difíciles y más riesgosos.

Las benditas redes sociales

Tiene fama de buscachambas… nada más la fama

Hoy busca la Fiscalía General, un jugoso empleo que le permitiría tener 9 años de un salario apetitoso, una posición de privilegio, una gran capacidad para reunir a sus amigos y una enorme movilidad para acudir a congresos de abogados, como antes aspiró a ser rector de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz (UPAV) para lo que quiso mover cielo, mar y tierra, aunque apenas generó un vientecillo que a nadie despeinó.

“Un rector surgido de la propia comunidad”, señalaba en una “petición” lanzada por él mismo hace un año en la plataforma Change que apenas logró el apoyo de 345 personas (no llegó siquiera a convencer a una por día) y que en el apartado de razones para apoyarlo solo concitó el entusiasmo de cinco amigos.

Este jueves, luego de ser admitido para acudir solo, sin la muchedumbre que le gritaba porras, a presentar su solicitud para participar en un proceso que, pese a calificar como viciado, ya ha legitimado con su inscripción, lanzó un comunicado de prensa en los siguientes términos:

“En las instalaciones del Congreso de Veracruz, se llevó a cabo el registro como candidato a Fiscal General del Estado de Veracruz, de Gabriel Alejandro Williams Mendoza. Durante su registro estuvo acompañado de aproximadamente 150 personas, integrantes de asociaciones civiles, académicas, barras de abogados y ciudadanos en general, quienes le manifestaron su respaldo y apoyo.

“Tras su registro como candidato y a las puertas del Congreso, una multitud de personas tomaron la palabra para expresar su respaldo, manifestando que son nuevos tiempos y que esperan que los diputados escuchen al pueblo y no sean títeres de intereses nefastos por imponer a un Fiscal carnal”.

¿Se imagina que no hubiera pandemia? Es posible que se hubiera armado un plantón permanente para lograr que se le nombre en el cargo.

El 28 de abril pasado, integrantes de la asociación “Fraternidad de Líderes por el Bienestar de Todos”, en una conferencia de prensa exhortaron al Congreso del Estado llevar a cabo la designación del próximo Fiscal General del Estado (FGE) «con piso parejo» para todos los aspirantes y con ello sanear el sistema de justicia en la entidad.

Césareo López Luría, presidente de dicha organización, sostuvo que el sistema de justicia en Veracruz necesita de un saneamiento urgente y que por eso se requiere de un cambio verdadero que se verá reflejado en la sociedad veracruzana si a la titularidad de la FGE llega una persona preparada.

¿Y saben qué? Pues, bueno, que esa persona preparada era nada menos que nuestro personaje Williams Mendoza, a quien Cesáreo presentó como “un hombre honesto y humano, además de un profesionista que ha desarrollado una carrera sin compromisos con partidos políticos”.

Ya veremos cómo le va con los diputados locales, y qué tal le va frente a otros postulantes, entre ellos, la actual Encargada de la Fiscalía, Verónica Hernández Giadáns, que a estas alturas parece costal de box, con tantos ataques que se le han propinado, como si fuera una consigna.

Frases sin disfraces

“La verdad no cambia porque sea o no sea creída por la mayoría de las personas”. Hipatia de Alejandría

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