La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) advirtió sobre los peligros de la trata de personas en tiempos de la crisis del coronavirus Covid-19, debido a los factores que aumentan la vulnerabilidad de algunas personas frente a posibles tratantes como el acceso a servicios, pérdida de su trabajo, reducción de jornadas laborales.
Aunque en Veracruz no se tienen cifras exactas sobre casos de trata de personas, se ha señalado como un estado de captación y tránsito de víctimas; incluso, apenas el año pasado se dio a conocer la detención de un hombre en Agua Dulce acusado por este delito.
Fue a finales de 2019 cuando elementos de la Policía Federal Ministerial adscritos a Tlaxcala, detuvieron a Isaí “N” por su presunta participación en el delito de trata de personas y a quien ubicaron como “enganchador”, personas dedicadas a convencer con engaños a potenciales víctimas.
Por ello, la OIM alertó que en medio de una Policía Federal Ministerial y económica como la que actualmente se vive las situaciones pueden poner personas en escenarios donde las necesidades básicas propias y de sus familias pueden verse comprometidas.
El Grupo de Protección Global detalla que los tratantes aprovecharán el contexto de que el Covid-19 ha significado cambios y restricciones asociadas a la movilidad de las personas.
”La preocupación por suplir sus necesidades básicas puede hacer a las personas caer más fácilmente en las redes de trata porque pueden aumentar los desplazamientos internos en búsqueda de acceso a servicios y alimentación”.
Señala que en algunos lugares es posible que aumente el desplazamiento interno, y con este, la vulnerabilidad de quienes se encuentran lejos de casa y en busca de suplir las necesidades básicas propia y de sus familiares.
Además, hace especial énfasis en que los menores de edad pueden estar más expuestos si hay interrupciones en los servicios educativos o separación de los cuidadores
”Ante la incertidumbre económica y de salud, los menores pueden enfrentar interrupciones en los servicios educativos o sus cuidadores pueden enfermarse y quedarse sin atención, lo que los convierte en un blanco fácil para el tráfico, particularmente a través de la falsa promesa de empleo y educación”.
Incluso, considera que las formas de explotación utilizadas por los tratantes pueden cambiar, ya que las personas que fueron previamente explotadas sexualmente en lugares físicos o públicos ahora pueden ser explotadas en línea o en hogares privados.
”En el caso de las personas que actualmente son víctimas de explotación, es probable que estén físicamente confinadas o no puedan escapar de su situación. Como resultado, tendrán un acceso menos oportuno a la información, el apoyo y los servicios relacionados con la pandemia, lo que los hará más vulnerables”.
Agrega que la falta de ganancias puede aumentar la violencia de los tratantes hacia sus víctimas y estas pueden no tener la capacidad de aislarse a sí mismas o distanciarse socialmente de otras, especialmente si se ven obligadas a proporcionar servicios sexuales o trabajo.
”A menudo no poseen documentación y esto dificulta el acceso a servicios. Muchas veces la identificación o pasaporte son retenidas por los tratantes, lo que entorpece su acceso a servicios de salud, y les deja vulnerables al abuso, la detención y la revictimización por parte de las autoridades que imponen cuarentenas y gestionan puntos de control que han fortalecido las medidas de control durante la pandemia”.
Además, las víctimas no se encuentran en un estado óptimo de salud, ya que sufren graves formas de maltrato, incluida la violación, el trabajo forzoso, las palizas físicas, la tortura, el hambre, el abuso psicológico y la privación de tratamiento médico, lo que debilita la salud de las víctimas de la trata, lo que puede hacerlas más vulnerables a infecciones severas, como Covid-19.
Por ello, urgen a las autoridades a trabajar en conjunto para identificar los perfiles de tratantes, implementar acciones con enfoque de género, y fortalecer las relaciones con las comunidades.
AVC/Perla Sandoval