Los millennials son cosa del pasado. Hoy, recluidos en nuestras casas y obligados a guardar sana distancia, todas las generaciones (Generación X, Millennials, Generación Z, Alpha) nos hemos reunido para presenciar el nacimiento de una nueva: los pandemillennials, la de millones de niños y adolescentes cuya existencia no estará determinada sólo por la tecnología sino también por la pandemia y la nueva forma de convivencia social. Será la generación superviviente.

El Covid-19 marcará negativamente a toda una generación. Los “pandemilenials” serán aquéllos que crecerán en medio del aislamiento, la sana distancia y la crisis económica provocada por la pandemia; será una generación identificada por los cubre bocas, que verá en las calles y los espacios públicos un lugar de riesgo permanente, limitados hasta en sus libertades básicas como demostrar afecto a través de un beso o un abrazo y donde la salud será más importante que el dinero.

Esta última premisa va a cambiar las reglas de la economía y la importancia en la pirámide de las profesiones. Será el tiempo de la revolución de las batas blancas, donde los médicos y los científicos se conviertan en el eje de la actividad humana, al menos hasta que se encuentre una vacuna eficaz y llegue la siguiente pandemia.

Sus hábitos de convivencia y consumo cambiarán radicalmente, acelerando el proceso de adquisición de bienes y consumo a través de internet. Los “pandemillenials” serán la generación virtual donde la mayor empresa de hoteles del mundo Airbnb no tiene habitaciones, donde Amazon la mayor tienda del mundo no tiene un sólo establecimiento físico, donde Paypal el mayor banco del mundo tampoco tiene ninguna sucursal, y que Facebook, el mayor medio de comunicación del mundo, no vende nada. La excepción se convertirá en la regla.

De no encontrar pronto una solución a la pandemia, las consecuencias no sólo serán económicas y sanitarias. Los cambios serán profundos: el comercio será fundamentalmente digital, la educación en línea desplazará el modelo presencial dejando a las escuelas y universidades como verdaderos museos; bastará la acreditación virtual del conocimiento para conseguir títulos profesionales y certificación de habilidades.

El office home podría representar una ventaja comparativa a las empresas que tendrán que sortear una crisis profunda. La convivencia social podría volverse esporádica, limitada en tiempo y lugar. Los conciertos de música, las procesiones religiosas, las fiestas populares, las playas atestadas de vacacionistas, tendrán que encontrar nuevas formas para sobrevivir.

Después de la polémica irrupción de la generación de los Millennials, a quienes se atribuyen los principales cambios en la sociedad contemporánea -la transformación del deseo de poseer por el valor del ser, donde estudiar no es garantía de encontrar trabajo, ni que trabajar es sinónimo de felicidad-, llegó la Generación Z (aquéllos nacidos entre 1994 y 2010), distinguida por jóvenes muy creativos, con una alta adaptabilidad a nuevos entornos que siguen dispuestos a inventarse sus propios empleos como una forma de democratizar el acceso a las oportunidades.

Y justo cuando se empezaba a hablar de una generación Alpha (la reinvención social tras las generaciones X, Y y Z) nos llegó la pandemia. Los niños Alpha nacieron a partir de 2010 y la mayoría de ellos son los hijos de la Generación X y los millennials. Son la primera generación de nativos digitales que se reconocen por ser bastante solitarios y viven a través de los smartphones y el internet.

Serán ellos quienes se convertirán ahora en los “pandemillenials”. Las secuelas de la pandemia de Covid19 los obligarán a aprender e interactuar de una forma totalmente nueva, mientras que los viejos sólo nos adaptaremos a las formas que ellos determinen. Su contacto habitual con la tecnología les permitirá convertirse con mayor rapidez a un mundo en aislamiento constante.

Vivirán además en un mundo en crisis, con un empobrecimiento creciente, la falta de empleo de sus padres y la ausencia de los privilegios de los que han gozado las generaciones anteriores. No serán, al menos en un inicio, una generación rebelde y contestaría contra la autoridad y el gobierno, sino que serán sometidos a cambiantes reglas de convivencia y movilidad. Es difícil predecir si al menos lograrán vivir en una sociedad más segura y con menos violencia.

Por supuesto que los científicos encontrarán pronto una vacuna contra la pandemia, pero mientras eso sucede, la sociedad mundial empieza rápidamente a desarrollar nuestras formas de convivencia, aprendizaje, comercio y entretenimiento. Muchas de ellas llegarán para quedarse.

El futuro ya no es lo que era antes.

Las del estribo…

  1. En la zona conurbada de Veracruz-Boca del Río se registra la mitad de todos los contagios a nivel estatal. La razón es muy sencilla, porque ahí están algunos de los hospitales más grandes de la entidad (IMSS, ISSSTE y del gobierno estatal) que fueron reconvertidos para atender Covid19. Sin embargo, no tardan en intentar endosarle la factura a los alcaldes incómodos.
  2. Con discreción, los operadores de Morena en el Congreso trabajan horas extras para preparar la sesión del próximo martes 12 de mayo. Aunque la agenda se conocerá hasta el lunes, todo está listo para ratificar a la encargada de la Fiscalía del Estado y sacar adelante la reforma electoral que prevé la reducción del presupuesto a partidos políticos y la reelección de Ayuntamientos. Se pronostica una sesión larga e intensa, aunque bajo control.