Si la Fiscalía General del Estado sorprendió con la inesperada detención del comunicador José Cárdenas al implicarlo sin evidencias contundentes en el crimen de su colega María Elena Ferral –ejecutada el 30 de marzo pasado en la ciudad de Papantla–, la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP) ha desconcertado todavía más al prejuzgar al corresponsal de alcalorpolitico.com, violentando su derecho de presunción de inocencia.

Este domingo, el diario digital con el que colabora Cárdenas, publicó que Israel Hernández, subalterno de Jorge Morales, secretario ejecutivo de la CEAPP, se “lavó las manos” respecto al caso del comunicador detenido, expresándole a su esposa Nora Flores que no le darán apoyo legal ni otro tipo de ayuda, pese a que el periodista encarcelado, al momento de su detención, exclamó que “esto es lo que me gané por decir las cosas contra Gobierno del Estado”. Además, su cónyuge ha exhibido capturas de pantalla del teléfono celular para demostrar que él no fue quien citó a Ferral el día del atentado sino que fue la víctima quien lo llamó, lo que de verificarse echaría por tierra la imputación que le está haciendo la Fiscalía, de que Cárdenas fue quien “puso” a su camarada para que la acribillaran, lo que suena absurdo ya que tampoco han sido plenamente identificados los autores intelectuales y materiales del asesinato.

La CEAPP –un órgano autónomo creado por decreto del ex gobernador Javier Duarte en 2012, tras el sonado crimen de la corresponsal de la revista Proceso, Regina Martínez– se encuentra de hecho entre la espada y la pared, ya que institucionalmente está obligada a defender tanto la causa de la víctima como a exigir garantías de un proceso justo para el supuesto cómplice de los victimarios, máxime que él mismo ha denunciado que su implicación habría sido en represalia por el ejercicio crítico de su oficio periodístico.

Lo cierto es que este caso ha dividido las opiniones del gremio, pues la detención de Cárdenas generó la protesta casi unánime de sus camaradas de esa región del norte de Veracruz, quienes argumentan a su favor que es un periodista y padre de familia ejemplar.

Sin embargo, Fernanda de Luna Ferral, la hija de la extinta columnista, en un mensaje difundido en sus redes sociales escribió este sábado 25 que “tal vez a muchos les cueste creer, que piensen que es un ataque al gremio, están en su derecho de pensar así”, pero dijo que ella confía en la Fiscalía por lo que pide no entorpecer las investigaciones “y que caiga el que tenga que caer.”

Por supuesto, el crimen de María Elena Ferral debe esclarecerse pero con pruebas fehacientes, que no generen dudas. Y la CEAPP deberá asegurarse que tampoco se utilicen “chivos expiatorios” como habría ocurrido con el caso del periodista Jorge Celestino Ruiz Vázquez, asesinado en agosto del año pasado en Actopan, uno de cuyos supuestos homicidas, de 54 años de edad, padece artritis reumatoide-deformativa, por lo que muy difícilmente podría haber manipulado una arma.