Ricardo Ahued es un buen hombre, íntegro pero ineficiente. Las palabras del Presidente para despedir a su Director de Aduanas fueron poco elogiosas y muy duras para quien apostó su capital político al proyecto del Presidente.

Tras confirmar la controvertida renuncia del ex alcalde de Xalapa, el mandatario dijo que se realizaría una limpia en las aduanas del país, infiriendo que Ahued no había cumplido con la encomienda. Este lunes el senador con licencia habría cumplido apenas 11 meses en el cargo, muy poco tiempo para limpiar una corrupción de décadas. Su pecado fue intentarlo.

“En el caso de las aduanas viene una limpia porque se han hecho intentos. El hasta ahora director de aduana una gente íntegra, honesta, pero es un monstruo lo de aduanas de 100 cabezas; que la aduana de Manzanillo, que la de Lázaro Cárdenas, que la aduana de Tijuana, si les contara lo que sucede porque se fueron haciendo costumbre los actos de inmoralidad”, dijo el Presidente el viernes.

Ahued no fue removido porque hiciera mal su trabajo; tampoco por su deseo de regresar al Senado como dijo López Obrador; menos aun por un conflicto profesional con su jefa Raquel Buenrostro. Don Ricardo se fue de Aduanas porque le estorbaba al círculo íntimo del presidente tanto como les empezaba a estorbar en el Senado. Como el coronavirus, el origen de la renuncia podría estar en China, sólo hay que seguir la ruta del dinero, las drogas y el contrabando.

La pandemia del Covid19 ha puesto contra la pared a las organizaciones del crimen organizado en todo el mundo, no sólo por el aislamiento de millones de consumidores, sino porque la logística del tráfico de estupefacientes se ha detenido: las rutas marítimas y aéreas funcionan al mínimo. El golpe económico para los cárteles en México ha sido brutal, tanto como para los chinos.

Desde hace algún tiempo, los chinos se convirtieron en una amenaza para México y el mundo, pues actualmente son los mayores productores de la droga fentanilo. El analgésico que entró al mercado en 2013, se ha transformado en el opioide más letal en Estados Unidos. Para su tráfico, México juega un papel importante por las ventajas que le concede su vecindad con los gringos.

De acuerdo con la fundación Insight Crime, las empresas chinas producen la mayor parte del fentanilo y los narcos mexicanos forman parte de la exportación. En 2017 la Agencia Antidrogas de Estados Unidos identificó el modus operandi del tráfico de drogas: el punto de origen son los laboratorios ilegales que operan en China de los cuales, según el Departamento de Justicia de EEUU, existen al menos 5 mil sitios.

Originalmente los envíos a México se hacían a través de correo o embarques vía aérea que a veces se negocian en la llamada internet profunda. Aunque la práctica aún se mantiene ha sido paulatinamente desplazada por otras dos. Otra modalidad es enviar contenedores de fentanilo en barcos mercantes que zarpan de China, y llegan a puertos mexicanos en el Pacífico como Mazatlán, Colima, Lázaro Cárdenas y Michoacán.

El problema en las aduanas de los puertos y aeropuertos del país no se trata sólo de corrupción. Los agentes aduanales y el personal recogen apenas migajas del comercio a gran escala que se realiza de drogas sintéticas y contrabando que lo mismo inundan las calles de Nueva York que las bodegas de Tepito.

Como en el resto del territorio, el Cártel de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación mantienen un control férreo de las aduanas que es por donde ingresa su materia prima y se distribuye su producto ya procesado. Esto el gobierno lo ha sabido todo el tiempo, sin embargo, se trata de comercio trasnacional que a todos conviene.

A últimas fechas, el gobierno de México ha establecido vínculos muy sólidos con China, al grado que será una empresa de aquél país –señalada de corrupción a nivel mundial- la encargada de realizar el primer tramo del Tren Maya. Una buena parte de las expectativas de López Obrador para superar la crisis del coronavirus es precisamente China, país al que ofreció visitar una vez que pase la pandemia.

Con el mercado de drogas paralizado por el Covid19, las aduanas son claves para reactivar el comercio ilegal desde China. En las conversaciones del Presidente con el círculo íntimo del Chapo Guzmán no se habla solamente de su traslado a cárceles mexicanas; además, los compromisos formales –e informales- con los chinos van mucho más allá del Tren Maya.

Si la intención era mandar a Ricardo Ahued a que se manchara las manos para nulificarlo, se equivocaron. También se equivocaron si pretendían que actuara como siervo de la nación al servicio del tráfico de drogas y mercancías, dejando que las cosas mantuvieran su caos ordenado. Tal vez Ahued creyó en la voluntad del Presidente de limpiar las aduanas del país, lo intentó hasta que entendió que no lo habían mandado a eso. Hoy ha dejado de ser útil a la causa morenista.

Las del estribo…

1. Barcos de Pemex “vacacionan” frente a las playas de Tuxpan, esperando poder almacenar en la Terminal Marítima el petróleo que no tenemos a quien vender. Es la imagen de la estulticia de una Rocío Nahle que sigue pensando que los principales productores de petróleo del mundo se rindieron ante México.
2. Es una estupidez pensar que el aislamiento obligado por el Covid-19 va a disminuir la delincuencia. Si los criminales no tienen miedo a una muerte inminente y violenta frente a un cuerno de chivo, menos lo tendrán a una enfermedad. Esa es la razón por la que marzo –el primer mes de aislamiento- fue el mes más violento de este gobierno.