La situación de los negros esclavizados y de los libertos durante la Colonia, la importación de negros de Nueva Orleans a Veracruz, y los mercados coloniales que traían mercancías —entre ellas, esclavos— de muchos lugares del mundo, son los temas que aborda la doctora Sagrario Cruz Carretero en esta tercera parte de la conversación.

¡Qué largo sueño violento!

Vine en un barco negrero.
Me trajeron.
Caña y látigo el ingenio.
Sol de hierro.
Sudor como caramelo.
Pie en el cepo.
Aponte me habló sonriendo.
Dije: —Quiero.
¡Oh muerte! Después silencio.
Sombra luego.
¡Qué largo sueño violento!
Duro sueño.
La Yagruma
de nieve y esmeralda
bajo la luna.
(Nicolás Guillén.
Poeta afrocubano)

Hubo una presencia esclava fuerte durante la Colonia pero creo que no se visualiza la gran masa de población afrodescendiente libre. Precisamente por este racismo larvado, la población negra tendía a buscar parejas que se llamaban de «vientre libre», esto es, parejas cuyos hijos fueran libres, estamos hablando de indígenas y mestizas. La herencia de la esclavitud se daba por la madre, los hijos de las negras esclavizadas eran esclavos, los hijos de las negras libres y de las indígenas, no.
También hay que considerar que las cargas de esclavos, por ley, debían tener un sesenta y seis por ciento de hombres, y treinta y tres por ciento de mujeres, entonces, entre los esclavos había una menor cantidad de mujeres que de hombres. También buscaban mujeres libres por la idea racista de «mejorar la raza», se sigue usando ese término hoy día y no estamos conscientes de lo racista que es esta idea de que si buscas una pareja más clara, tus hijos salen más claros y estás «refinando» la descendencia, este es un símil con la azúcar: el azúcar blanca está refinada, el azúcar morena, no; hoy sabemos que el azúcar morena es mucho mejor y más sana, pero esta idea de «refinar» la raza es una metáfora con el azúcar porque estas comunidades son fundamentalmente cañeras.
Conforme iba avanzando la Colonia era mucho más redituable para el dueño de una propiedad contratar mano de obra libre asalariada que mantener a un esclavo el resto de su vida, porque estaba obligado a mantenerlo hasta el final de sus días aunque ya no le fuera útil y la iglesia puso trabas para que no liberaran a estos esclavos viejos porque era una forma de los dueños de deshacerse de ellos, era una especie de jubilación forzosa que no era redituable económicamente. En la primera mitad del siglo XVIII todavía vamos a encontrar una fuerte presencia esclava, pero hay un descenso en la compraventa de esclavos conforme se va acercando el final de la Colonia.
Otro temor de los dueños de los esclavos eran las rebeliones, porque no solamente fue la rebelión de Yanga, hubo muchas otras rebeliones que no fueron registradas tan popularmente; en 1735 hubo una en la región de Omealca que cobró muchas vidas de españoles y puso en jaque a la Corona, igual que la de Yanga. Los negros de la región de Soteapan y Amapa fundaron el pueblo de Santa María Guadalupe de Amapa, está muy cerca de la Cuenca del Papaloapan, es parte de un territorio cultural similar pero ya es parte del estado de Oaxaca, ahí se dio otra rebelión de esclavos.
Los españoles no querían tener más problemas y tener más ganancias, esto implicaba contratar mano de obra libre, pero estos asalariados siempre se estaban moviendo, eran itinerantes y no pagaban impuestos, entonces la Corona dijo hay que hacer que estos que andan de trashumantes ofreciéndose como mano de obra —como ganaderos, como rancheros, como agricultores, o vagos, también encontramos documentos que dicen: hay muchos vagos que nada más llegan y saquean o roban—, paguen impuestos, entonces les dieron tierra. Repoblaron con negros los pueblos deshabitados de los indígenas para lograr el arraigo y que pagaran impuestos, pero como la ley decía que tenían que ser indios, les dieron la denominación de indios aunque fueran negros y para los investigadores ha sido una confusión.

Del Misisipi al Papaloapan

Los ingleses le quitaron a los españoles la Florida, la ocuparon y dijeron a partir de mañana, todo el que se quede es protestante; como ya eran católicos, decidieron dejar la Florida y la Corona dijo —imagínate el racismo— los blancos pueden optar por irse a La Habana, a Veracruz o a Campeche, pero todos los negros —que eran negros seminoles— se van a la región de San Carlos Chacalas, en Veracruz. Emigraron y allí, en lugar de registrarlos como negros, los registraron como indios. Encontré esos documentos y dije ¿pero cómo que son indios si en la Florida eran negros?, me fui a los registros militares y, efectivamente, eran negros a los que le dieron la categoría de indios para poder arraigarlos y que pagaran impuestos.
Esto pasó en muchos pueblos de Veracruz; en la Cuenca del Papaloapan, en la zona de Los Tuxtlas, en la zona de Acayucan fueron registrados como indios, pero a la hora de reclutarlos en las milicias eran negros, entonces vamos a ver un rediseñamiento y una recolocación de población en zonas despobladas, como es el caso de Veracruz, con negros de diferentes procedencias, por eso se hace tan rica la cultura musical de Veracruz. Yo me preguntaba ¿cómo es que llega el banjo?, ¿por qué me estoy encontrando bandas musicales que tienen banjo?, pues por estos contactos culturales entre Nueva Orleans y Veracruz.
La empresa de barcos de vapor que comunicaba Alvarado, Cosamaloapan y Tlacotalpan venía de Nueva Orleans, entonces vino una oleada de gente de allá a habitar esta región, y si tienes oportunidad de conocer Nueva Orleans verás que la herrería, los balcones, la disposición arquitectónica son muy similares a los de la Cuenca del Papaloapan.
Si ves esta herrería colada, este gusto musical tan exquisito dices ¿cómo en un pueblo alejado como Macondo tienen esta riqueza artística, musical, literaria?, pues porque no estaban aislados, estaban en un contacto cosmopolita con Nueva Orleans, la Florida, La Habana. Era una comunicación fluvial y marítima, eran puertos pluviales de entrada y salida conectados por estos barcos de vapor procedentes de Nueva Orleans.
Me encontré un documento que recopiló Ramírez Lavoignet en el que dice que se terminó este contrato con las empresas de Nueva Orleans porque el dueño venía en uno de estos barcos de propelas, se descompuso, se empezó a hundir, el dueño no se bajó, intentó repararlo pero se hundió y se ahogó, entonces, la viuda decidió vender todo y regresarse a Nueva Orleans. Ahí se cortó este periodo de la historia y de comunicación con Nueva Orleans, pero nos dejó toda una impronta de rasgos culturales como la presencia de la okra —que es un ingrediente muy importante para la comida cajún de Nueva Orleans— en algunas regiones, está aquí, en Veracruz, y no nos damos cuenta de que tenemos esta herencia neorlandesa; o la existencia de apellidos de origen francés que creen que son franceses pero no, son de afrodescendientes que venían a trabajar con esta empresa de Nueva Orleans. Esa es parte de la historia que no se ha explorado en Veracruz.

Los portales de los mercaderes

Tenían instrucciones de no pasar por el
Portal de los Mercaderes, pero la criada
se aventuró hasta el puente levadizo del
arrabal de Getsemaní, atraída por la bulla
del puerto negrero, donde estaban rematando
un cargamento de esclavos de Guinea.
El barco de la Compañía Gaditana de Negros
era esperado con alarma desde hacía una
semana, por haber sufrido a bordo una
mortandad inexplicable (…)
A la hora en que el perro pasó por el mercado
ya habían rematado la carga sobreviviente,
devaluada por su pésimo estado de salud,
y estaban tratando de compensar las pérdidas
con una sola pieza que valía por todas. Era una
cautiva abisinia con siete cuartas de estatura,
embadurnada con melaza de caña en vez del
aceite comercial de rigor, y de una hermosura
tan perturbadora que parecía mentira (…)
No la herraron en el corralón, ni cantaron su
edad ni su estado de salud, sino que la pusieron
en venta por su sola belleza. El precio que el
gobernador pagó por ella, sin regateos
y de contado, fue el de su peso en oro.
(Gabriel García Márquez.
Del amor y otros demonios)

Xalapa tenía una presencia africana importante, los esclavos se vendían en la Plaza del Rey, donde está ahora el Mercado Jáuregui, de hecho, en breve se va a instalar allí una placa muy bella; yo le agradezco mucho al maestro Vicente Espino, cronista de Xalapa, porque accedió a poner una placa que conmemore que ahí era la venta de esclavos.
La Feria de Xalapa traía mercancías de todos lados, incluyendo esclavos; se vendían en la Plaza del Rey y se distribuían en los diferentes pueblos, entre ellos Almolonga y Coyolillo. Otros puntos de venta estaban en el puerto de Veracruz, en Córdoba y en Orizaba. Esas eran las cuatro metrópolis importantes en la época de la Colonia, de ahí en fuera todo eran villas o ranchos muy pequeñitos.
Había dos afluencias importantes de esclavos que se asentaron en la costa pacífica, una vía era el Golfo de México, llegaban por el puerto de Veracruz o por Campeche —eran fundamentalmente esas dos entradas—, atravesaban el territorio nacional y llegaban al Pacífico.
Otra afluencia, también muy interesante, era vía Filipinas, por esta vía traían esclavos de un territorio hindú —que tiene origen africano— que se llama Goa, es un territorio de origen portugués asentado en la India —los portugueses fueron los grandes conquistadores y no visualizamos que somos también muy lusitanos gracias a esta expansión comercial de los portugueses, de hecho, hablamos muchas palabras en portugués sin darnos cuenta, particularmente aquí en Veracruz.
La Nao de China traía esclavos de Goa, eran hablantes de portugués, nacieron en la India pero eran de origen africano. Los llevaban a Filipinas y de ahí los traían al Pacífico, al Puerto de San Diego, que está en Acapulco, había otro más al norte, San Blas, pero a través del Puerto de San Diego se hacía la distribución de estos esclavos en la costa pacífica; hacia el norte, llegaba hasta Puerto Vallarta; y al sur, a la Costa Chica hasta el Istmo de Tehuantepec, alcanzando Chiapas. No se visualiza a Chiapas como un estado negro, pero la costa chiapaneca también tiene una presencia africana muy importante.

La Torre de Babel

Por la costa pacífica entraban mercancías que se distribuían a toda la Nueva España. Te comentaba que la Feria de Xalapa fue un centro de distribución de mercancía y de cultura muy importante; aquí llegaba marfil de Filipinas, seda de la India o de China, telas maravillosas de todos esos lados, de hecho, el paliacate se llama así porque hay una región en la India que se llama Pulicat y la tela de Pulicat tiene el mismo estampado que tiene el paliacate, esas vírgulas que significan la palabra son diseño un hindú, en Pulicat ya no lo tienen porque es un diseño antiguo, pero nosotros lo hemos preservado.
En la Nao de China se traía marfil para hacer santos, maderas preciosas, maderas oscuras también para hacer santos: cristos negros, vírgenes negras; o muebles, a lo largo del siglo XVIII hubo una producción impresionante de muebles con incrustaciones de madreperla, de concha y de marfil, y biombos pintados que tenían un estilo asiático bellísimo. Estos muebles eran consumidos por personas de alto estatus, pero se empezaron a reproducir por habitantes —indígenas, mestizos y afrodescendientes— de la Nueva España y de repente ves Budas, chinas con sombrilla y dices ¿qué hacen estos indios pintando estas imágenes?, pues es parte de esta influencia. No se relacionan con el contexto original, sencillamente están tomando el preciosismo de la imagen y poniéndolo en su contexto, y realizándolo con técnicas muy locales de factura de los muebles, como el maque, que es un recubrimiento que se le daba a la madera; es una pasta hecha con insectos que se colocaba sobre la madera para preservala, y sobre esa capa de maque se pintaba y se incrustaba con marfil o con concha. Hacían unos paisajes bellísimos sobre los muebles y esos muebles se convertían en códices narrativos que mostraban escenas de cacería, de juego, incluso mapas. Se traían artesanos de Michoacán, que es donde se hacía el maque, o de Guerrero para pintar estos muebles y se vendían en las ferias, que eran como un World Trade Center de la época y nos hablan de confluencias, mezclas. No podemos hablar de una sociedad de castas separadas, es una sociedad mestiza.
Esto fue en el siglo XVIII, luego llegó la presencia inglesa con la piratería, con el comercio ilegal y nos llegaron otras mercancías, otras influencias. Es un crisol, por ejemplo, en el siglo XVIII, con la presencia inglesa entraron mercancías traídas de todo el mundo inglés —incluyendo África— que ya empezaba a ganarle territorio a España y a Portugal. Se introdujeron tantas mercancías que establecieron un mercado en México que es el Mercado Jamaica. Los ingleses quitaron Jamaica a los españoles y establecieron ahí un territorio británico, aunque es un territorio muy pequeñito y muy poco productivo, es muy estratégico; ahí llevaban las mercancías para distribuirlas de manera ilegal por todo el circuncaribe: Golfo de México, Centroamérica continental y el Caribe insular; incluso, desde ahí salían ataques piráticos.
Veracruz no estaba exento de eso, tenemos un consumo de jamaica impresionante, es una planta de origen africano que en lengua africana se llama sorrel y nosotros le decimos jamaica porque la trajeron los ingleses que se asentaron en Jamaica o ya jamaiquinos de origen inglés que empezaron a distribuir mercancías en la Nueva España.
Entonces, el Caribe se convirtió en un crisol de ida y vuelta, llegaron diferentes influencias musicales, culturales; basta analizar los apellidos, ¿cuántos orígenes de apellidos tenemos?, es impresionante, particularmente en Veracruz; más la riqueza étnica de todos los grupos indígenas, no solamente los asentados sino los llegados, los avecindados; es una Torre de Babel.

(CONTINÚA)

 

PRIMERA PARTE: Presencia africana en la región circuncaribe
SEGUNDA PARTE: El Caribe afroandaluz
CUARTA PARTE: ¡Fuerza, fulgor y vida!
APÉNDICE: Poesía afrocicuncaribeña

 

 

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