Como consecuencia de la pandemia de Covid-19, la actividad de los partidos políticos en Veracruz, como en todo el país, se ha detenido.

Las únicas voces relacionadas con los partidos son las de los diputados y senadores, la llamada agenda legislativa; fuera de eso, sólo hay algunas declaraciones manejadas por las áreas de prensa de los partidos, pero nada más.

En Veracruz, el dirigente de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, lanza de vez en vez alguna declaración en apoyo a las políticas instrumentadas por el gobierno federal y particularmente por el presidente Andrés Manuel López Obrador; pero pareciera que el partido se ha detenido.

Lo mismo ocurre con el PRD, cuyo dirigente estatal, Jesús Velázquez Flores, ha tratado de mantener cierta presencia mediática, pero las circunstancias le obligan a asumir una posición más bien discreta.

El PRD estaba en una etapa de reorganización interna, la renovación de la dirigencia estatal, que se vio interrumpida por el coronavirus. Para mejor ocasión quedaron las asambleas municipales.

En Acción Nacional cada vez son menos frecuentes las apariciones del presidente del comité estatal, Joaquín Guzmán Avilés, quien sólo sale a medios para lanzar alguna crítica ocasional al gobierno estatal y federal; cero propuestas; el discurso se centra en la crítica sistemática.

Los actores políticos que disputarán cargos de elección popular en la contienda de 2021 también han bajado el nivel de exposición; obligados por las circunstancias, por una pandemia que orilla al encierro domiciliario, los aspirantes a aparecer en las boletas del próximo año han bajado el perfil. Algún mensaje relacionado con las medidas de prevención, a través de redes sociales, y hasta ahí la cosa.

En el PRI parece que la pandemia les viene chica; el partido que encabeza en la entidad Marlon Ramírez anunció con bombo y platillo que su proceso de elección de las presidencias y secretarías generales de los 212 comités municipales avanzan, aunque sea a distancia.

El comité estatal y la fundación Colosio emitieron la convocatoria para elaborar el plan de trabajo de las fórmulas de los aspirantes.

En su comunicado,  dicho partido, la otrora aplanadora político-electoral de México, enfatiza que el proceso se realizará respetando “las recomendaciones de la OMS para evitar la propagación del COVID-19”; de tal manera que contrario a lo que ocurre con el PRD o con el PAN, que determinaron suspender o al menos bajar el nivel de actividad, el PRI renueva su estructura.

El primer problema para el tricolor radica en que en ninguna parte de sus estatutos se establece la posibilidad de una elección interna a distancia, así sea por los comités municipales.

El segundo problema para ese partido se relaciona con el escaso interés que despierta la lucha interna por las dirigencias locales; si antes de la pandemia nadie daba un cacahuate por el PRI, una vez desatada la ola de contagios (más de 5 mil en el país) se espera un nivel de participación irrisorio.

En tiempos de coronavirus, el tema político electoral queda en segundo o tercer término; primero está la salud, la vida; en segundo lugar la economía y el empleo; y sólo después de esos asuntos, fundamentales para el país, cobra interés la política, las elecciones, el deporte o la farándula.

El PRI puede seguir con su contienda interna “a distancia”, pero es muy poco probable que su convocatoria tenga algún eco, por mínimo que éste sea. @luisromero85