Manuel Gómez Ventura, diputado federal plurinominal de Morena, es el emblema de lo que son los “representantes populares” que están en funciones, producto de la suerte que tuvieron al haberse integrado al partido de Andrés Manuel López Obrador; muchos como él se subieron al carro sin tener el mínimo merecimiento para hoy representarnos en la tribuna más alta del Congreso. Gómez Ventura es un comerciante de Cosoleacaque, de esos de puestos callejeros informales que jamás han pagado impuestos, sedicente contador privado (de razón) que, como todos los demás de su estatura académica, se vieron sorprendidos por el triunfo y hoy se sienten dueños, como su jefe, de la vida y las fortunas de sus conciudadanos. Antes borrachos de baqueta y ladrones de servicios públicos, hoy son nuestros flamantes representantes populares. Pues bien, este personaje que se asemeja al 99 por ciento de sus homólogos, el pasado fin de semana tuvo la mala entraña de agarrar a madrazos al señor Walterio Ruiz Escobar y a su hermana Carolina, todo porque se les ocurrió dar la vuelta en la entrada de la cochera del poderoso diputado de Morena. Gómez Ventura salió personalmente, en estado de ebriedad, custodiado por guardaespaldas (así quién no) y bajó de su vehículo a don Walterio, lo agarró a madrazos, le dijo que él era diputado federal, amigo personal de López Obrador y de Dios… y ¡madres!, que lo tunde por haber tenido la osadía de querer dar la vuelta con su vehículo frente a la casa del diputadito. Al lugar de los hechos llegó la policía, el diputado les dijo: “Ahí les encargo a estos pendejos”, y se metió a su domicilio a seguir libando (son cuarenta días) y los polis trataron de llevarse detenido al pobre de don Walterio quien en ese momento sintió que le faltaban unos lentes y un teléfono celular que le bajaron los “ayudantes” del poderoso diputado. Los polis se portaron «generosos» con don Walterio y, tras conminarlo a que se retirara del lugar, también se retiraron no sin antes reportarse con el diputado Gómez Ventura a quien le dieron el reporte: “Todo en orden jefe, no hubo problema con el veleidoso, cualquier cosa estamos a sus órdenes”. Ni modo, así es el gobierno de “izquierda” que hoy gobierna el país.