Orizaba, Ver.- Sin importarles la contingencia por el Covid-19, una veintena de comerciantes originarios del municipio de Ixhuatlancillo se instalaron en la entrada y el atrio de la Catedral San Miguel de Arcangel, a pesar de que la Diócesis de Orizaba y el ayuntamiento no otorgó los permisos para su comercialización.

Debido a que el párroco Demetrio Landa González y el guardia en turno les suplicaron en repetidas ocasiones para que se retirarán del lugar e hicieron caso omiso, al lugar tuvieron que arribaron trabajadores del área de Comercio y oficiales de la Policía Municipal.

Tras exhortarlos en repetidas ocasiones para que se retirarán, ya que se encontraban generando aglomeraciones, los mercaderes se continuaron llegando, señalando que nadie podía prohibirles a la venta.

«Que se salgan todos y me salgo, sino acá me quedó»; «No me voy a quitar hasta que venga el padre y me diga que me tengo que quitar»; «Tengo que vender sino no como»; «Sí, ya ahorita me quitó, nada más vendo esto y me salgo»; fueron algunas de las contestaciones de los comerciantes hacia los oficiales.

Finalmente después de casi dos horas de invitarlos a qué se retirarán, los mercaderes se salieron y continuaron su vendimia por las calles principales de la ciudad, mientras que en la catedral el acceso fue restringido, con el objeto de evitar que se volvieran a meter los comerciantes.

AVC

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