Desde los sótanos más nauseabundos del palacio de gobierno, al más puro estilo de quien realmente gobierna Veracruz, se dio la instrucción de hacer circular la versión de que la compañera periodista corresponsal de Diario de Xalapa por más de veinte años, había traicionado un pacto que estableció con los miembros de la delincuencia organizada de la zona de Papantla y que por eso la reacción de los malandros, que así cobran las afrentas, asesinando. Nada más vil que eso. El gobierno anterior, el de Miguel Ángel Yunes Linares, criminalizaba a los periodistas caídos, lo hizo también el de Javier Duarte, y al parecer es el estilo de los ineptos, de los que ven en dar la vuelta a las cosas una salida a su responsabilidad. Lo cierto es que el caso del crimen de la compañera María Elena Ferral se suma al de muchos colegas que han caído bajo las balas asesinas de delincuentes a los que los periodistas han denunciado, los cuales están coludidos con las autoridades para ganar impunidad. La Fiscalía General del Estado no tiene que ir muy lejos en la investigación del crimen de la periodista, menos andar inventando historias perversas que solo reflejan su escandaloso nivel de ineficacia, improvisación e ignorancia de sus obligaciones. En abril del 2016, María Elena Ferral denunció ante FGE al exalcalde de Coyutla y exdiputado local Basilio Picazo Pérez: “Yo estaba en un restaurante de Papantla y dejé comiendo a mis hijos cuando Basilio llegó acompañado de su esposa, con su hijo y empezó a decir que me haría daño, que ya me dejó vivir mucho tiempo y que me desaparecería en estos días, delante de su esposa y un niño de nueve años”, manifestó en aquella ocasión. Lo curioso es que tras la denuncia nada le pasó a Basilio Picazo, quien en una muestra de agradecimiento al Señor de Palacio de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares, quien le habría dado impunidad, en septiembre del 2017, Basilio Picazo mandó al diablo al PRI, partido por el que ganó una curul y se fue a la bancada del PAN… La historia de la familia de Basilio Picazo, comenzando por él mismo, es de violencia, de abusos, de actos delictivos, de señalamientos de crímenes y de haber formado un poderoso grupo delictivo que sostuvo por mucho tiempo el poder político en toda la región. No le busquen mucho, traigan a este señor, señalado por la extinta periodista y procedan, o hagan lo que hizo Yunes y sigan cavando su tumba para la siguiente elección. El pueblo, los periodistas, clamamos ¡justicia!