Este lunes, en Papantla, fue atacada a balazos la periodista María Elena Ferral, una comunicadora que ha tenido fuertes diferencias con algunos caciques fuertes de la región, específicamente con el ex alcalde de Coyutla, Basilio Picazo Pérez, quien en septiembre de 2017, siendo diputado local, renunció al grupo legislativo del PRI para pasarse a la bancada del PAN para votar un mes después a favor del desafuero del entonces alcalde priista de Coxquihui, Ángel Reveriano Pérez Vega, su amigo y ex correligionario, el cual fue acusado en la administración del ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares de los presuntos delitos de evasión de presos, abuso de autoridad, desobediencia y resistencia de particulares, y por cuya captura se ofreció un millón de pesos.
Corresponderá a la Fiscalía General del Estado (FGE) investigar y determinar si, en efecto, las causas del intento de homicidio en contra de Ferral tendrían que ver con su oficio periodístico.
Sin embargo, no es la primera vez que implican a Picazo Pérez en este tipo de sucesos.
En junio de 2005, por ejemplo, la Policía Ministerial del Estado detuvo a Vicente Rodríguez Lazcano y Rodolfo Carballo Rivera, dos supuestos autores materiales del crimen del ex síndico de Coyutla, Miguel Alfonso Vázquez, los cuales, en su declaración ante el Ministerio Público de Papantla involucraron al ex munícipe priista como autor intelectual del homicidio ocurrido el 6 de mayo de ese año, según quedó asentado en el acta de investigación ministerial PAP3/257/05.
Como se recordará, Basilio Picazo traía fuertes diferencias políticas con el ex síndico, quien junto con la ex regidora Hortensia Escudero Escamilla lo había denunciado por corrupción ante el Congreso local.
El ex alcalde y su familia han mantenido un fuerte cacicazgo en esa región totonaca, donde se les atribuyen innumerables atropellos y abusos de poder, motivando que los pobladores, organizados en el Frente Ciudadano Coyuteco, evitaran que despachara en Palacio Municipal durante los cuatro años de su administración (2000-2004).
La FGE, a cargo de Verónica Hernández Giadáns, debe esclarecer este alevoso ataque que es doblemente agraviante porque la víctima es una mujer y periodista.
En los últimos tres sexenios el periodismo en México se ha convertido en uno de los oficios más letales: en los 15 años recientes –a partir de las administraciones de los ex presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón, del PAN, y de Enrique Peña Nieto, del PRI– se registraron 139 homicidios y 22 desapariciones de periodistas nacionales.
Sin embargo, en el primer año del régimen del presidente Andrés Manuel López Obrador se llevaban contabilizados 11 periodistas asesinados en el país, de los cuales 7 fueron victimados durante 2019.
El caso más reciente ocurrido en Veracruz fue el de Jorge Celestino Ruiz Vázquez, corresponsal del diario Gráfico de Xalapa en el municipio de Actopan, asesinado en agosto del año pasado en la localidad de La Bocanita, cuyo crimen le ha sido imputado a un escolta del ex alcalde José Paulino Domínguez Sánchez, recién desaforado por otros delitos y actualmente prófugo también por este homicidio.
Su último texto
Por cierto, en uno de sus últimos textos publicados en su columna “Polaca Totonaca”, María Elena Ferral se refirió el pasado 12 de marzo al “nuevo escenario político” en el que advertía precisamente que “la lucha por el poder será encarnizada, pues las alianzas entre quienes buscan apoderarse del Totonacapan entero, van con todo y sin lugar a dudas que habrá más crímenes políticos en esta región, en donde las autoridades dicen que no pasa nada y no solo eso, sino que quienes los ordenan, actúan con la más completa impunidad y hasta les son revocadas las órdenes de aprehensión que la policía investigadora jamás ejecuta…”
Y añadía que “(…) los crímenes que se han registrado desde el 2018 a la fecha en la región, principalmente en los municipios de Papantla, Gutiérrez Zamora y Tecolutla, son apenas el comienzo de la férrea disputa por las alcaldías de al menos once municipios, son una prueba de lo que viene, si es que la autoridades deciden no frenar a las cabezas de este peligroso grupo político, del que cuando se pensaba que estaba en el fondo del precipicio, se observa nuevamente el resurgimiento del Grupo Totonacapan, cuyas principales cabezas, los hermanos Camerino Basilio y José Benito Picazo Pérez y Rómulo Isael Salazar Macías, tienen nuevos aliados, entre ellos el ex alcalde perredista de Papantla, Marcos Romero Sánchez…”
Ferral expuso que “(…) a partir de la aparición de este tenebroso grupo en el escenario político, surgen de nuevo los asesinatos que se suman a los anteriores, los más sonados los de los ex alcaldes de Coyutla, los hermanos María del Carmen y Manuel Jiménez Rosas, seguido de la ejecución de Miguel Alfonso Vázquez, quien fuera síndico de la comuna que encabezó Camerino Basilio Picazo, tras haberlo denunciado en el Congreso, ante el Órgano de Fiscalización Superior, ante el propio gobierno estatal, pero sus representantes se volvieron sordos, ciegos y mudos y el valiente luchador social fue ejecutado en presencia de su menor hijo, de apenas 9 años de edad, quien reconoció y señaló a los asesinos de su padre el ex síndico de Coyutla, Miguel Alfonso, crimen por el que se liberó una orden de aprehensión en contra del mismísimo ex alcalde de Coyutla, Basilio Picazo, quien tras andar a salto de mata, terminó siendo premiado con una curul en el Congreso del Estado, de ese tamaño es la impunidad en el Totonacapan, por lo que mientras que el asesino intelectual no puso un pie en la cárcel, los presuntos asesinos materiales, entre estos Rodolfo Carballo Rivera y Vicente Rodríguez Lazcano, estuvieron presos muy poco tiempo…”
Y refería que “Rodríguez Lazcano es esposo de la actual tesorera municipal de Gutiérrez Zamora, Kitzia Salazar Juárez, sobrina en línea directa del empresario citrícola Rómulo Isael Salazar Macías, una de las dos principales cabezas del Grupo Totonacapan, que lleva más de dos décadas operando en esta región, perpetuándose en la lucha por el poder a base de plomo y sangre y brincando de partido en partido en cada elección…”
Puntualizaba que “por este sonado crimen, en noviembre del 2006, el Tribunal Colegiado de Circuito con sede en Boca del Río le negó el amparo definitivo al ex alcalde de Coyutla, Camerino Basilio Picazo Pérez, a quien se le instruía la causa penal 116/2205, por presunta autoría intelectual en el asesinato del ex síndico de aquel ayuntamiento, Miguel Alfonso Vázquez, hechos ocurrido el 6 de mayo de 2005, por esa razón, la Procuraduría de Justicia del Estado debió dar cumplimiento a la respectiva orden de aprehensión girada en contra del ex munícipe que, por lo visto, siempre gozó de protección y sigue gozando de ella, pues de otra manera no se explica el por qué no se ejecutó y luego la misma instancia ordenó dejar sin efecto la detención respectiva, tras haber sido acusado de haber mandado a asesinar –por problemas de tipo político y administrativos– a su ex síndico, Miguel Alfonso Vázquez, en la comunidad de San Andresito, municipio de Coyutla…”
“(…) Para evitar ser detenido, el ex presidente municipal Basilio Picazo tramitó el Juicio de Amparo número 672/05, el cual le fue concedido por el Juzgado Undécimo de Distrito con sede en la ciudad de Poza Rica, aunque le fue negado de manera definitiva meses después, esos fueron los primeros crímenes atribuidos a este grupo criminal, siguieron otros y se dice que sigue habiendo, más los que faltan porque en el Totonacapan es un secreto a voces que Basilio Picazo quiere tener el control absoluto del Distrito, no para trabajar y gestionar beneficios, sino porque busca perpetuarse en el poder y convertirse en cacique por siempre…”
Y señalaba que “Camerino (Picazo) ya no solo se conforma con Coyutla, también quiere implantar su cacicazgo en el resto de los municipios de la Sierra Totonaca, así como en Papantla, en Tecolutla y en Gutiérrez Zamora, y es en este último lugar en donde se les relaciona en los crímenes más recientes. ¿El motivo?, la alcaldía zamoreña. Ahí el 5 de noviembre del 2018 fue ejecutado a balazos quien fuera presidente del PVEM, Francisco Javier Riaño Santes; después, el 21 de enero del 2019, también fue privado de la vida el ex candidato a la alcaldía por el PANAL y ex candidato del PT a la diputación federal, Saúl Zapata Vargas; luego, el 19 de febrero del 2020, fue asesinado el joven zamoreño Alberto René Cancino Álvarez y le siguió José Ramón Pérez Cano, quien al momento de ser ejecutado era también presidente del Partido Verde Ecologista de México, los cuatro eran ‘presidenciables’ y al menos dos de ellos trabajaban abiertamente para llegar a la alcaldía zamoreña el próximo año; hoy ya están muertos, porque alguien los mandó a quitar del camino y la gente se pregunta: ¿a quién beneficiarían estos homicidios?…”
Ferral apuntó que “ahora, una vez ‘limpio’ el camino, tres personajes se posicionan en la recta final para llegar a la alcaldía zamoreña, todos ellos identificados con el reestructurado Grupo Totonacapan: el primero es el eterno aspirante y dos veces derrotado candidato del PRD, Sergio Villa Consejo, quién hace un par de días (10 de marzo) se impuso como presidente del comité municipal con el visto bueno de Rogelio Franco Castán; el segundo es Rómulo Salazar Espinosa, hijo de uno de los cabecillas del Grupo Totonacapan, Rómulo Isael Salazar Macías, aunque su otro hijo Isael, también la pretende, aunque su salud lo frena, y el tercero Edgar Espejo Maldonado, hermano del alcalde de Tecolutla, Juan Ángel Espejo Maldonado, aliado de Marcos Romero Sánchez, a quien se dice le debe su llegada a la alcaldía tecolutleña. Los tres ya andan realizando actividades proselitistas, de entre esa tercia se dice, saldrá el próximo presidente municipal de Gutiérrez Zamora, en donde se dice que quitaron del camino a quienes les estorbaban en sus planes. Para nadie es un secreto la peligrosidad del Grupo Totonacapan, que al amparo de las negociaciones políticas actúa con total impunidad. Basilio Picazo ahora está obsesionado con la alcaldía de Papantla y ya anda en precampaña en el municipio; en anteriores ocasiones ha hecho alianza con los Romero, su hermana María Luisa Picazo Pérez fue suplente de Erika Romero Copca, cuando ésta buscó la diputación federal por el PRD, luego su hermano José Benito Picazo Pérez fue suplente de Marcos Romero Sánchez cuando este quiso ser diputado federal también por el PRD y hoy se dice que buscará derrotar a quien sea el abanderado de MORENA rumbo a la alcaldía papanteca, en alianza con el PRD, que hasta donde se observa, llevará como abanderado al dos veces Secretario del Ayuntamiento de Papantla, Octavio Tremari Gaya, llevando en su planilla como síndica a María Dolores Gutiérrez Saavedra, esposa de Basilio Picazo…”
Además señalaba que en Papantla “también ya están ‘limpiando’ el camino, (…), aquí se suma la muerte del ex dirigente del PVEM, ex operador de MORENA y ex líder de taxistas, Martín Villanueva Malpica, en cuya ejecución hay mucho de fondo pero tiene que ver principalmente el control de los taxis de todas las organizaciones habidas y por haber en el Totonacapan, incluido el municipio de Coatzintla y muy probablemente de Poza Rica, por la agrupación GREPTO, que lidera justamente Basilio Picazo…”
Ferral afirmó que Martín Villanueva, “según sus propias palabras antes de ser ejecutado”, comentó que “no haría alianza con esa organización”; además, la periodista refirió que “anteriormente, el 20 de septiembre del 2018, fue ejecutado el ex regidor y presidente del comité municipal del PAN en funciones, Héctor Armando Guevara Guzmán, quien misteriosamente ostentó las comisiones de Hacienda y Obra Pública en la administración de Marcos Romero Sánchez…”
Y concluía que “hasta ahora todos estos asesinatos están impunes y, por lo que se ve, no serán resueltos, esto que se observa es apenas el comienzo de la lucha por el poder, de aquellos caciques que no se detienen ante nada, ni ante nadie…espere la parte dos”, amagó.