Hace unas semanas, cuando hablé de la lucidez conversatoria de Guillermo Cuevas, cité un fragmento de El conversador y el polemista, texto de Jesús Silva-Hérzog Márquez publicado en Nexos. Porque tras cuatro años de lucha persistente y resistente, Mercedes Boullosa ha descubierto que tras la espalda baja de las virtudes no habita la culpa sino la conversación, hoy vuelvo a la cita:

«La palabra no es solamente la voz que entretiene y comunica, el vocablo que transmite información, deseo, recuerdos, órdenes. La palabra es nuestra casa. El lenguaje es una habitación que nos esculpe. Residencia, la palabra moldea, en su voz, nuestra experiencia. Es el puño de una jaula o el aire de un plaza».

A las cuatro virtudes platónicas, según sus hallazgos filosóficos, hay que sumar una quinta que permita que la justicia, la prudencia, la fortaleza y la templanza se confirmen mediante el poder de la voz que se dispersa. La Quinta Virtud, el nuevo espacio que ha creado y que inaugurará cuando el coronavirus lo disponga, pretende ser habitación de la palabra bienhablada, muybiendicha; una casa de citas, literarias y vivenciales, donde la oreja se agrande y la vida se ensanche.

En esta entrega, Mercedes Boullosa, culpable conversa en virtuosa, conversa sobre la quinta virtud.

«Si La Culpa era como mi hijo idiota, pero en Harvard, La Quinta Virtud es como el hijo del hijo, es algo así como la consecuencia porque, por un lado, con la edad, la noche se va haciendo pesada, y por el otro lado están los problemas con los trámites y con todo lo que implica la noche; y las competencias, porque cuando abrió La Culpa, aquí alrededor no había nada y de pronto ya éramos tres lugares con el mismo giro, y al rato, otros dos más. Y es triste, pero parece que, para ciertas cosas, en Xalapa nunca se hace un trabajo de generación de público sino que es el mismo público que anda dando vueltas alrededor de los mismos eventos y solamente cambiando de lugares, como si fuéramos un pueblito; un día dicen hoy quiero una cerveza de La Brújula y se van a allá, pero en realidad son los mismos que te van a ver cantar a La Brújula, a La Casa de Nadie, a Cauz, a Ruda, a todos lados.

«Te he de confesar que yo, la incansable, me cansé de todo eso y de que no me pudieran dar el permiso siendo que yo siento que el establecimiento cumplía con todos los requerimientos y que tenía características muy privilegiadas. Por otro lado, no puedo cambiarme porque tengo compromisos con este lugar que rento, además es un lugar al que le he invertido dinero, entonces decidí que, tal vez, lo mejor era que me rindiera de la noche y apostara por otro tipo de horarios y otro tipo de giro, porque te confieso que me desilusioné del gremio, yo, realmente, estaba muy ilusionada y sí me duele que la gente diga cosas que no son ciertas de un lugar, me duele que uno monte una plataforma para que la gente trabaje y haga cosas, y no haya respuesta; y esta gente que solamente se está quejando y viendo cosas chiquitas, ya me da un poco de flojera, entonces se me ocurrió hacer un espacio no convencional dedicado principalmente a la conversación, porque me parece que en la conversación comienza todo y me parece que la quinta virtud tendría que ser ésa, la el diálogo, la de la conversación, porque ¿de qué te sirve tener templanza, fortaleza y todo lo demás si no lo puedes comunicar, si no lo puedes compartir?; y si no lo puedes compartir, tampoco lo puedes ejercer, es como un círculo vicioso según mi filosofía.

«Una señorita poco educada, en una publicación en Facebook que nos hizo mucha gracia dijo que La Culpa era un lugar de quinta y yo dije pues sí, tiene toda la razón, no tengo sillas ni mesas caras; en realidad sí era un lugar de quinta pero con la firme idea de montar y tener espectáculos de primera y tener un público de primera. Entonces todo se fue juntando: el changarro de quinta, estamos atrás de las Cuatro Virtudes, la dirección es Barragán 5, me he casado cuatro veces y digo no hay quinto malo (risas); tengo cuatro hijos, me hubiera encantado tener un quinto pero, afortunadamente, ya no estoy a tiempo. Entonces dije voy a ponerle La Quinta Virtud.

«¿Por qué es un lugar no convencional para la conversación?, porque ¿en dónde conversamos normalmente?, vamos buscando cualquier lugar: el parque, una estación de radio, un café, la casa de la tía Lupe, no sé, pero éste es un lugar en el que sabes que todo está todo pensado para conversar, por eso la imagen que quiero darle tiene una orejota y es un poco ciega. También quiero que sea un lugar para el estudio y para el trabajo.

«Cuando se me ocurrió la idea, todos los días soñaba algo y me despertaba y lo boceteaba y lo iba a ideando, en fin, ya tiene un rato que está en mi cabeza dando vueltas todos los días como buena obsesa que soy. Cuando sentí que la idea ya estaba completa, le conté a mi mejor amiga, se murió de la risa y me dijo estúpida, lo que quieres poner es un coworking, y yo le pregunté ¿qué es eso?; entonces me dijo que son oficinas que rentan para que la gente vaya a trabajar o estudiar y tienen toda la infraestructura para compañías que todavía no tienen oficinas.

«En el momento en que ella me dijo eso me dio mucho gusto, en lugar de sentirme decepcionada dije me encanta porque eso quiere decir que tal vez todavía soy moderna, que quizá todavía tengo algo que aportar y que quizá todavía pertenezco al mundo; porque cuando fracasé con La Culpa, me abordó el sentimiento de ya no estar preparada para el mundo, de quererme ir a una montaña a pintar y ya no meterme con el mundo, porque ni el mundo me está entendiendo, ni yo le estoy aportando nada; o ni le estoy entendiendo al mundo ni me está aportando nada, en fin, todos estos sentimientos un poco decepcionantes, deprimentes que te asaltan cuando acabas de fracasar con algo, lo que sea, pero sobre todo con algo en lo que creíste y amaste profundamente.

«En el momento en que la idea tomó forma en mi cabeza, despedí a La Culpa con mucho amor, le agradecí todo lo que me dio, que no fue poco, y arranqué con la idea de La Quinta Virtud. No va a ser un coworking como tal, porque si lo hago así, en diez minutos me va a pasar lo mismo que me pasó con La Culpa: alguien, a dos locales de distancia va a abrir uno con mucho más dinero, con unas sillas bien cómodas con rueditas, con lo que le gusta a los millennials: la tipografía o las imágenes que están en todos los negocios; estas cosas que necesita esta nueva generación de que todo tenga un sello de igual, o al menos yo —que estoy viejita— así lo veo y digo en el momento en que aparezca ese lugar, voy a volver a quebrar, entonces necesito generar algo, no que sea auténtico en el sentido de copyright, pero sí auténtico en el sentido de que realmente esté ahí lo que yo quiero, un lugar donde yo pueda volcar mi pasión. Yo soy una persona que cree que hay una sola forma de pasársela bien, de flotar, de sobrevivir, y es la cultural; y no lo digo yo, lo dice, como muestra gráfica, el desmadre que estamos viviendo, este país ya comprobó que la ignorancia es el peor negocio del mundo.

«La Quinta Virtud va a generar una agenda de temas y vamos a invitar a gente a conversar, vamos a tener un cineclub, va a haber una plataforma radial; durante meses hemos estado haciendo talleres de radio con diferentes personas que están interesadas en tener un programa de radio, en La Quinta no va a haber un estudio de transmisión como tal, pero sí un equipo de sonido y un espacio físico para realizarlo, y que la gente pueda venir tomarse un café y escuchar un programa de radio en vivo».

El Foro de contingencia

«Como no pude inaugurarlo de manera física, puse en Facebook: ¿por qué no armamos entre todos un foro de contingencia para compartir lo que hacemos de una manera virtual?, como yo ya traía una agenda propia, dije pues doy mis talleres vía Skype o YouTube y el que pueda, que apoquine porque, en mi caso —no para hablar de mí, yo no soy la importante, sino como muestra de un segmento de la población—, soy una artista independiente, como, pago renta, pago servicios, y todo de mi trabajo, y hay muchos compañeros que están en la misma circunstancia que yo, entonces dije hagamos un foro entre todos y lo ofrecemos a la ciudadanía y como hay mucha gente que se encierra y está recortadísima, igual que nosotros, que sea una cooperación voluntaria, que aporten tres pesos, cinco pesos, lo que puedan. Otro beneficio es que en lugar de tener los cincuenta que caben en un foro, con suerte y te ven cien, porque siempre hay gente que no te va a ver o no te va a escuchar o no va a estar contigo porque tiene trabajo, porque los hijos no se lo permiten o por cualquier razón y éste es un buen momento para que haga otras cosas.

«Cuando saqué la convocatoria, Paty Ivison y Jatziri Gallegos, que son dos artistas que tienen un salario y un gran corazón, hicieron aportaciones y me pareció que lo decente era que ese dinero se utilizara para publicidad, porque además no es mucho; si me hubieran dicho Mercedes, ten cien mil pesos, busco cincuenta artistas y le doy dos mil pesos a cada uno y que haga lo que quiera, pero como no es tanto, lo mejor es usarlo para la publicidad porque si pongo un video en mi perfil, escasamente me ven dos mil o tres mil personas —ni sé cuántos contactos tengo—, pero si le pongo dinero, igual tengo acceso a otras cinco mil personas que no me conocen y podrían conocerme; pero los artistas nunca tienen ese dinero, dicen ¿la cena de hoy o le meto cincuenta pesos a Facebook?, pues la cena.

«Publiqué el primer evento, el segundo evento, el tercer evento y la gente se ha ido agregando, y no solamente artistas, hasta ahorita tenemos dos talleres de danza, uno de remodelación y reparaciones domésticas, uno de introducción a la albañilería, uno de canto, uno de manejo de la voz, uno de poesía, uno de creación literaria y un taller de cine. Pueden consultar todo en la página de Facebook de La Quinta Virtud.

«El foro de de contingencia no pretende darle un lugar en el universo a La Quinta Virtud, La Quita Virtud acaba de llegar, primero que abra sus puertas y después que se lo gane; no, no es esa la intención, la única intención es convocar porque hay mucha gente que me conoce como promotora cultural por una trayectoria mi vida, no es de ahorita ni de ayer, ya llevo un rato en esto y simplemente intento servir de vínculo entre la gente y los artistas; esa es la idea del foro de contingencia».

 

 

 

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