El año anterior, el envío de remesas a México alcanzó la cifra histórica de 35 mil 460 millones de dólares, 5.3 por ciento más que en 2018. Y el gobierno de López Obrador cacareó y festinó la cantidad como si hubiera sido un logro de la 4T, cuando debió sentirse avergonzado.
¿Por qué? Te explico, lector.
Si radicas en el extranjero y mantienes a tu abuelita pero te consta que vive bien de su pensión, que tus hermanos también la procuran, que tiene una entrada extra porque vende tamales los fines de semana y además le pegó al Melate, la cantidad que le envías bajará sustancialmente porque la buena mujer no necesita de tu apoyo. De hecho, te dará tranquilidad saber que está bien económicamente y parte del dinero que le enviabas lo ocuparás en cubrir tus necesidades.
Pero si por el contrario te enteras que su pensión es exigua, que no le alcanza para nada, que tiene que recibir tratamiento médico privado porque en el IMSS y el ISSSTE no tienen ni para Aspirinas y además su casero está a punto de correrla porque le debe siete meses de renta, lo que haces es dobletear la cantidad que le envías para que salga de sus apuros.
Exactamente eso pasó con las remesas. El año anterior la economía creció -0.1 por ciento, mucha gente se quedó sin trabajo, las necesidades de las familias que tienen al hijo o al padre trabajando en Estados Unidos aumentaron y por eso aumentaron las remesas.
Pero en esta ocasión no será así.
Con la recesión que está tocando a la puerta de Estados Unidos por el coronavirus, se calcula que las remesas bajarán hasta un 85 por ciento en relación al año anterior, debido a que miles de mexicanos se quedarán sin trabajo.
A pesar de la formidable cantidad (35 mil 460 mdd), las familias que recibieron ese dinero lo ocuparon en uno, comprar la canasta básica; dos, pagar deudas urgentes; tres, comprarse ropa (una blusa, un pantalón o unos zapatos) y cuatro; en la compra de útiles escolares.
¿Por qué? porque salvo las excepciones de rigor, los beneficiarios son más de cuatro millones de personas que también viven al día.
¿Qué va a pasar con ellas cuando su único sustento es lo que reciben del otro lado del Bravo?
No lo dijo el señor Presidente en su mensaje al pueblo de México de este martes.
¿Qué va a pasar con los más de 30 millones de mexicanos que trabajan en el comercio informal y aportan el 24 por ciento del PIB? Es decir ¿qué va a pasar con este importante sector de la economía nacional?
Tampoco lo dijo el señor Presidente.
Lo que sí dijo en un mensaje que resultó un decepcionante compendio de palabrería aderezada con arengas patrioteras y mentiras: “El pueblo de México está hecho para resistir adversidades y para salir adelante. Hay un pueblo fuerte, consciente organizado. Y hay un gobierno con autoridad moral, con autoridad política y que actúa de manera eficiente. Encabezo un gobierno del pueblo, para el pueblo y con el pueblo. No hay divorcio, por eso somos fuertes”.
Y también mintió: “Tenemos fondos extras para usar de alrededor de 400 mil millones de pesos. Esto nos va a permitir mantener los programas de bienestar, además del presupuesto porque la recaudación ha sido buena. Esto nos permite mantener todos los programas de bienestar. Nos permite tener recursos para enfrentar la caída de los precios del petróleo, al mismo tiempo que tomamos la decisión de bajar el precio de las gasolinas… ¡Viva México, viva México, viva México”.
Los 400 mil millones sólo existen en su imaginación; la recaudación del año anterior fue pésima y él lo sabe, como también sabe que no fue quien bajó el precio de la gasolina sino el mercado internacional.
De que a los mexicanos nos va a pegar el coronavirus eso no tiene vuelta de hoja.
Pero a Andrés Manuel le pegará y feo el golpe de la realidad.
PD
Ayer escribí que el puerto de Veracruz tiene a siete infectados con coronavirus, cuando siete son los que hay en el territorio estatal. Cuatro están en Boca del Río, uno en Ixtaczoquitlán y dos en Veracruz. Gracias a quienes me hicieron ver mi error.
bernardogup@nullhotmail.com