En medio de la fase II de la pandemia del Covid-19, ayer hubo una señal de alerta preocupante: ante falta de pruebas para coronavirus en hospitales de Veracruz cada vez hay más pacientes diagnosticados con “influenza y neumonía atípica”, de ahí que es altamente probable que las estadísticas oficiales por COVID-19 estén desfasadas de la realidad.
Detrás de ello podría estar la intención de las autoridades de ocultar las cifras reales de los casos no registrados y de la incapacidad para realizar pruebas a todos los pacientes que ya han mostrado síntomas. Por el bien de todos, ojalá y esto resulte una mentira.
El problema no sólo es el falso diagnóstico, sino que se les está regresando a casa con un tratamiento médico equivocado. Ambas enfermedades por sí mismas merecerían una atención hospitalaria que descarte por completo el Covid-19, pero no hay pruebas suficientes.
Y en complemento de la irresponsabilidad, en el lamentable caso de que algunos de estos pacientes fallezca –una “neumonía atípica” en una persona mayor de 70 años es casi una sentencia de muerte-, las estadísticas registrarán que se trató de una causa diferente al coronavirus; las personas, según el gobierno, morirán de complicaciones por influenza o neumonía. Se llevarán el secreto de su enfermedad a la tumba.
Esto lo han denunciado trabajadores de hospitales, lo que ha sido desmentido por las autoridades de la Secretaría de Salud. Y por supuesto que puede haber quien intente generar pánico desde la oscuridad, sin embargo, el reducido número de pruebas realizadas a pacientes podría confirmar la teoría.
Hay que recordar que la mayoría de los casos sospechosos son de personas que se realizaron pruebas en hospitales privados –La Beneficiencia Española o el Hospital Ángeles, entre ellos- después de haber viajado al extranjero. La prueba resultó positiva, pero al no estar autorizados estos nosocomios para realizar las pruebas, las autoridades de salud los han colocado en la lista de sospechosos.
El caso de la hija del empresario veracruzano Ramón Gómez, es el mejor ejemplo. Ella tuvo un diagnóstico positivo de Covid-19 en su prueba de hospital, pero el informe del gobierno federal lo reconoció hasta tres días después. Lo mismo han denunciado en redes sociales otros matrimonios que viajaron recientemente a España y que se realizaron la prueba en clínicas privadas.
Esto sólo confirma que, en efecto, las autoridades veracruzanas buscan generar la falsa idea de que “no pasa nada”. A la fecha, todos saben que los hospitales carecen de pruebas para Covid-19 y están diagnosticando sin dar certeza a los enfermos, por ello desde hace varios días oficialmente sólo hay 7 casos positivos confirmados y una treintena de sospechosos.
Esto es realmente grave. Podría haber muchos casos más y que no se conocen porque no están haciendo las pruebas. Las que resultaron positivas se han hecho en hospitales privados. Eso de “neumonía atípica” es una bomba de tiempo.
Muchos especialistas consideran que en México y en Veracruz hay pocos casos confirmados porque en realidad se han realizado pocas pruebas. De tal forma, podría haber cientos de casos que al ser asintomáticos o no manifestar síntomas graves, siguen su vida con normalidad esparciendo el virus. Incluso, también está la posibilidad de que el personal de salud no esté lo suficientemente capacitado para diagnosticar los síntomas de la pandemia. La verdad sólo la arroja la prueba.
Hasta ahora, la estrategia del gobierno de México –y en consecuencia del sistema de salud es su conjunto- es atender sólo los casos graves y no realizar pruebas de forma masiva como han hecho otros países. No hay recursos para eso.
Y podrían tener razón. ¿Para qué gastar los escasos recursos que se tienen y ocupar servicios hospitalarios en personas que podrían no contraer la enfermedad o que estando enfermos no tendrían un cuadro grave, sino que estarían en recuperación desde sus casas? En Europa intentaron hacer una lectura parecida y fracasó.
El problema radica en que no se quieren saturar los hospitales para dar prioridad a los enfermos graves. Pero sin una prevención adecuada, los enfermos graves se multiplicarán y terminarán saturando los hospitales irremediablemente. Hasta hace unos días, el personal médico del IMSS denunciaba que no había protocolos de protección ni para ellos.
Si el gobierno dice que se está haciendo lo correcto, no lo sabemos. Si sus adversarios dicen que hay incapacidad –eso sí está comprobado- y que los hospitales colapsarán, tampoco lo sabemos. Estamos ante una situación de emergencia epidemiológica nunca antes vista.
Hay que ponernos en manos de los médicos y científicos. Mientras, que el gobierno y sus adversarios sigan su guerra de estiércol.
Las del estribo…
- ¿Qué urgencia tienen en Palacio de Gobierno en sacar a la nueva comisionada del IVAI en medio de la emergencia sanitaria del coronavirus? La misma oficina lleva más de un año con el Instituto Veracruzano de la Mujer acéfalo a pesar de las dos alertas de género. La única pandemia que hay en Veracruz es la de la soberbia y el poder.
- Ayer martes, la Asociación de Bancos de México (ABM) anunció medidas para diferir hasta por 4 meses el pago de créditos que se vean afectados por la contingencia. Banorte y Santander fueron los primeros. Mientras, el gobierno confirma que ni descuentos ni prórrogas de impuestos, presa de sus prejuicios y fobias. Hoteles y comercios en Veracruz empieza a cerrar.