En términos mediáticos y de política pública, ¿qué es más importante: el sorteo de millones de pesos disfrazados de una falsa rifa de avión o una disminución tan importante en el precio de la gasolina? La obviedad ofende, pero llama la atención que frente a las horas enteras que el Presidente se la ha pasado hablando de la rifa, apenas haya dedicado unos minutos para adjudicarse el bajísimo precio de los combustibles.

En otras circunstancias, seguramente hubiera sido uno de los anuncios más importantes del sexenio: la promesa cumplida, el mayor estímulo a la economía en años, resultado de que se había acabado el huachicol y la corrupción en Pemex. Pero sabedor que todo era mentira, López Obrador y su feligresía han tomado con inusual prudencia el anuncio.

Y no pueden festejarlo como quisieran por dos poderosas razones: porque fue el mercado y no el Presidente quien decidió la baja en el precio de la gasolina, y que ante la caída de los precios, López Obrador tuvo la poco amable ocurrencia de aumentar el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS), evitando que el combustible estuviera aún más barato. En sentido estricto, el Presidente subió el precio de las gasolinas.

Ayer la revista Forbes, en su edición para México, confirmó que durante la última semana, el valor del impuesto ha sido más elevado que el precio de la gasolina regular. Es decir, en estos momentos estamos pagando más de impuestos que de producto.

Según el informe, la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo) aseguró que el Impuesto Especial Sobre Producción (IEPS) a la gasolina ha rebasado al precio por cada litro de este combustible en el Golfo de México. Esa es la razón por la que el precio ha disminuido tanto, sobre todo en la zona conurbada.

Un botón de muestra: el precio al contado (spot) de la gasolina cayó hasta 2.44 pesos por litro en los puertos de Madero, Pajaritos, Veracruz, Tuxpan y Dos Bocas, mientras que el IEPS total —que incluye el gravamen federal, estatal y por emisiones de dióxido de carbono— fue de 5.51 pesos por cada litro, el pasado 23 de marzo.

“La caída de los precios de referencia del combustible está vinculada al desplome del petróleo crudo, que llegó a su peor nivel en 18 años por la menor demanda energética derivada de la pandemia de coronavirus covid-19 y una subsecuente guerra de mercado entre Arabia Saudita y Rusia”, explica el artículo.

Las ventas en las gasolineras del país han caído en promedio de 15 a 20% por volumen, aunque son cifras preliminares. Recordó que en Estados Unidos la reducción en las ventas oscila en 40%, mientras que en España supera 60%. Lo mismo ha ocurrido en al menos otros 73 países, así que el mercado ha decidido por encima de los gobiernos.

En México, al menos 11 mil 061 estaciones de servicio han reducido el precio de la gasolina considerando la referencia de precio del 10 al 23 de marzo. De esta cantidad, 10 mil 557 gasolineras han bajado 1 peso; 8 mil 554, dos pesos, 4 mil 770 hasta tres y 812 estaciones, 4 pesos o más. Los gasolineros confirmaron que esta tendencia a la baja puede continuar durante los próximos días y trasladarse a un mayor número de estaciones de servicio.

El presidente López Obrador, dijo que el precio de la gasolina regular no debe rebasar los 17 pesos por litro y pidió a los empresarios gasolineros que no abusen con los precios. Pero él tampoco ha reducido el impuesto como lo prometió en campaña y como lo propusieron en el Congreso las más importantes figuras del morenismo.

Se trata de un acto de cínica desmemoria. En enero de 2017, la entonces coordinadora de los diputados de Morena –y actual Secretaría de Energía-, Rocío Nahle García, informó que su grupo parlamentario presentó una iniciativa para reducir en 60 por ciento el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a las gasolinas y diésel.

“Es aquí, en el Congreso, donde se debe de resolver el asunto de los impuestos, del IEPS (a los combustibles), que tanto está molestando y pegando a la economía familiar”, apuntó en un incendiario discurso, acompañada por el senador Mario Delgado, hoy flamante Presidente de la Jucopo en la Cámara de Diputados. Todo fue una farsa.

Esa es la verdadera razón por la que el Presidente y sus huestes no han salido a festinar al Zócalo la reducción del precio de gasolina. A veces, el cinismo los avergüenza.

Las del estribo…

1.    De qué tamaño es la emergencia del Covid-19 que el Presidente prefirió que fuera el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell y no él mismo, quien hiciera el anuncio de que el gobierno federal suspende a partir de hoy todas sus actividades. ¿Esto incluirá las conferencias mañaneras? Después de una pasmosa pasividad, el gobierno federal parece tener prisa por tomar medidas para salvar la catástrofe.

2.    Hoy, con los nombramientos de Pavel Pazos Rincón como representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Judicatura del TSJE y de Liliana López Coronado –esposa del Secretario de Educación Zenyasen Escobar-, como Consejera del IVAI, el Secretario de Gobierno habrá perdido el invicto en eso de los nombramientos en poderes y organismos autónomos. Los grupos al interior del gabinete se reacomodan de cara a las elecciones.