Hace algunos días, hubo mucha efervescencia en las redes sociales por el despido “temporal” o “ausencia laboral” a la que serían sometidos trabajadores de diversas empresas a causa de la emergencia del Covid19, particularmente del consorcio Alsea que opera la cadena más importante del país de Comida Rápida, Cafeterías, Comida Casual, Fast Casual y Restaurante Familiar.

Basta decir que algunas de sus marcas suelen ser las más concurridas en México: Domino’s Pizza, Starbucks, Burger King, Chili’s, P. F. Chang’s, Italianni’s, The Cheesecake Factory, Vips, Vips Smart, El Portón, Archies, Foster’s Hollywood, Cañas y Tapas, Gino’s, TGI Fridays, wagamama, Foster’s Hollywood Street, Ole Mole, Corazón de Barro y La Casa Del Colmal. Por ello, la medida implica que miles de personas se vayan a sus casas sin ninguna prestación laboral y con el riesgo de quedarse sin empleo de manera definitiva.

Consorcios así no improvisan. Cuentan con despachos de abogados que conocen las leyes al dedillo, lo que le permite sortear toda clase de conflictos, lo mismo con sus empleados que con sus clientes. Por eso es que las redes sociales hicieron un llamado para realizar un boicot contra estos negocios. Sin embargo, aunque justa, la medida no hace sino lo que se intenta combatir: dejar sin empleo a las personas.

El tema llamó la atención del propio Presidente López Obrador, quien llamó a los empresarios que realizaron despidos ante la epidemia de coronavirus a “rectificar” y no hacer recortes por la contingencia. El mandatario dijo haber recibido reportes de la Secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, sobre recortes y despidos de varias empresas, por lo que pidió “no aprovechar una situación de crisis” para tomar estas decisiones.

“No las voy a mencionar, a las empresas, porque lo que quiero es que rectifiquen, que nos ayuden”, expuso López Obrador, quien insistió en que no hay un fundamento legal para hacer despidos ante la epidemia porque “no hay una declaratoria de emergencia sanitaria”. Lo que no dijo es que sí hay un fundamento para que no lo hagan.

Según el artículo 427 de la Ley Federal del Trabajo, son causas de suspensión temporal de las relaciones de trabajo en una empresa o establecimiento “la suspensión de labores o trabajos, que declare la autoridad sanitaria competente, en los casos de contingencia sanitaria.”

En el caso de una contingencia sanitaria, señala el artículo 427, se observará que “el patrón no requerirá aprobación o autorización del Tribunal y estará obligado a pagar a sus trabajadores una indemnización equivalente a un día de salario mínimo general vigente, por cada día que dure la suspensión, sin que pueda exceder de un mes.”

Entonces, ¿porqué las empresas han empezado a despedir “temporalmente” trabajadores? Sencillamente porque saben que el gobierno no ha declarado la emergencia sanitaria, lo que tendría impacto en otras áreas del gobierno, no sólo en lo laboral.

Si el Presidente quiere defender el empleo y someter a estas empresas a las leyes laborales, tiene que declararla en este momento. Así, durante un mes los trabajadores estarían protegidos al menos con el salario mínimo en lugar de perder su empleo; incluso si las empresas decidieras liquidarlo conforme a la ley.

La norma establece que en caso de aplicar un salario mínimo, el empleador pagaría normalmente y el resto del salario con cargo al gobierno federal, como crédito fiscal. Solo la emergencia en si le da un respiro al empleador, siempre y cuando el gobierno decrete la emergencia sanitaria. El limbo deja sin protección a los trabajadores, no a las empresas.

La propia Secretaría del Trabajo advirtió que no existe fundamento legal para que las empresas despidan a los trabajadores o modifiquen unilateralmente las condiciones de trabajo, durante el periodo de contingencia generada por el Covid-19. En un comunicado, la dependencia afirmó que las empresas que han incurrido en estas prácticas deben rectificar y cumplir con la ley.

El problema es que la ley refiere que debe declararse la emergencia sanitaria y el gobierno no lo ha hecho. Por eso es que no procede sanción alguna, sino acaso los llamados a evitar los periodos de “ausencia laboral” que han decretado las empresas.

Es posible que lo que realmente preocupe a estas empresas es precisamente al boicot al que han convocado sus consumidores. Ya ha pasado antes sin éxito, pero con el ánimo tan sensible por la pandemia, podrían estarle jalando los bigotes al tigre y no al Peje.

Las del estribo…

  1. La razón por la que el gobierno parece no entender la gravedad de la pandemia, es porque su apuesta es a que enfermen muchos pero que los casos graves no sean tantos que puedan recibir atención médica. Lo mismo pensaron en Italia y España: hoy los hospitales están colapsados, aunque insistan en que las comparaciones son catastrofistas.
  2. Algo bueno nos tenía que dejar el coronavirus. No hay tráfico en la ciudad, la gente sale a las calles sólo a lo necesario; las playas lucen limpias y la incidencia delictiva ha caído de manera sorprendente. Hasta los malandros le tienen más miedo al virus que a los cuernos de chivo. Y eso que apenas viene lo peor.