En octubre del año pasado platiqué con Raysel Pérez, me comentó que estaba grabando un disco con el material que compuso en los talleres de la beca María Grever y que esperaba estrenarlo en diciembre. Es difícil programar los proyectos independientes porque hay muchos imprevistos y factores que escapan de las manos, en este caso, por ejemplo, cuatro de los músicos que participan en el disco residen en Miami, Florida, y la grabación se hizo a distancia. Este año, finalmente, el álbum vio la luz y estaba programado para presentarse el primero de abril, pero nuevamente se cruzó un imponderable, el que todos conocemos, sin embargo, hará una presentación a través de su página de Facebook (Raysel) —en la que pueden solicitar el disco— el martes 24 de marzo a las siete de la tarde-noche.
El fin de semana le llamé para pedirle que me diera los detalles:

«Por fin salió el disco, la presentación iba a ser el primero de abril, con esta contingencia, ya no se va a poder realizar, pero voy a hacer una live session el martes 24 de marzo a las 19:00 horas y la voy a transmitir por mi fanpage de Facebook.

«Son once canciones, todas de mi autoría, por supuesto, y dos bonus track que son versiones distintas de dos piezas del disco. Es un disco bastante diverso, todas las canciones hablan de diferentes tipos de procesos del amor y del desamor; y en cuanto a los formatos musicales, hay una base de guitarra, bajo y batería, y a partir de ahí lo fui condimentando según lo que fue pidiendo cada canción.

«Hay dos canciones hermosas en estilo de feeling, las hicimos con una estética de trío de jazz como en un night club de Nueva York: contrabajo, batería y piano acústico. Una se llama Brutal Castigo, la cual tiene, además de la del trío, una versión en la que estoy acompañado solamente por el piano. La otra se llama Te he vuelto a ver, es un bolero maravilloso.

«Todos los arreglos del disco son míos, menos los de las dos canciones del trío de jazz, esas las arreglaron Kemuel Roig e Hilario Bell. Kemuel Roig es una personalidad de la música contemporánea, ahora se desarrolla en el ámbito musical de los muy famosos; es uno de los pianistas cubanos contemporáneos más solicitados hoy por hoy, ahora mismo está haciendo la gira del famoso guitarrista norteamericano Al Di Meola, en otro tiempo ha tocado con la banda de Arturo Sandoval, con Tony Succar. Hilario Bell es un compañero mío desde que estudié en Cuba, estuvimos juntos y vivimos muchas cosas, por ejemplo, tocamos en el primer grupo con el que salí de cuba, el grupo Muralla, era un grupo que tocaba pura música latinoamericana y él era el baterista. Ahí hicimos una amistad que no se ha podido separar nunca, y tanto en mi disco anterior como en éste, le pedí que me apoyara y que participara. Es un maestro de la batería. Además me sirvió de enlace para poder conseguir a Kemuel Roig y a Manuel Orza, que hoy por hoy es el bajista de Pancho Céspedes y de otros grandes exponentes. En el disco hay otro bajista que se llama Diego Paredes. Todos los que te estoy mencionando son cubanos que viven en Miami, así que se puede decir que el disco se hizo mitad en Veracruz y Mitad en Miami; yo nunca he ido a Miami, pero gracias a la tecnología hicimos esta colaboración a distancia.

«El disco está muy apegado a mí raíz pero no fue una intención sino, más bien, fue una causalidad porque me dejé llevar; no me puse ningún tipo de atadura, entonces las cosas fueron saliendo de manera orgánica y directa, y, por ende, tienen una conexión con ritmos cubanos que tengo muy arraigados por haber nacido y crecido ahí, pero te puedo decir que están manejados de una manera muy cuidada, en ninguno de los casos, esos afloramientos en cuestiones rítmicas están tratados de manera muy tradicional sino que están tratados de una manera en la que se dejan ver los elementos rítmicos —patrones, sonidos y un ambiente— pero con el formato que tenemos nosotros; por ejemplo, yo soy de Santiago de Cuba y ahí hay una manifestación artística que es muy fuerte: la conga oriental, entonces hicimos una conga en el disco pero la llevamos al formato que tenemos. Esa canción se llama Tenle confianza al amor. Uno de los elementos que identifica a la conga es que todo el tiempo hay un ‹quinto›, es un tipo de tumbadora fina que se la pasa repiqueteando toda la canción; en nuestro caso hay un quinto que está improvisando a sus anchas mientras la canción sigue su curso, pero ambientada en la conga oriental.

«La clave célula rítmica que le da identidad a cuba y al Caribe; yo hice una canción que se llama Mi clave, está dedicada a la clave como herencia y a la vez como estandarte de un pueblo, de una cultura. Es una de las canciones más importantes y más cubanas que tiene el disco. Kemuel Roig grabó el piano en casi todas las canciones del disco; en Mi clave acompaña magistralmente toda la canción y al final entran todos los elementos de la música cubana: la tumbadora, la campana, el coro y una trompeta con sordina. En esa canción sentimos que hicimos un viaje a Santiago de Cuba, esa canción es muy importante porque es cubana sin tapujos, sin pudor, se dejó ver sin taparse ni siquiera un centímetro de piel.

«Hay otra que se llama No me dolió, es una canción muy fuerte basada en sucesos que pasan a diario en países como los nuestros, que tienen que ver con el atropello, con el abuso de poder, y cómo las clases a las que pertenecemos, que es la sociedad común, de repente somos violentados. Ese tema que tiene que ver con esto directamente y yo siento que en cuestión de esta energía y de esta repulsión, es el más fuerte del disco.

«La canción que más me gusta a mí se llama Enamoramiento, en un momento el disco se iba a llamar Enamoramiento, pero me di cuenta que era porque yo amaba mucho esta canción. Es una canción especial porque tenía muchos tambores africanos y al final fui quitando y fui quitando, y al final quedó con un cuarteto de cuerdas y mi guitarra. A mí me encanta, la verdad, esa es la canción más sutil que tenemos en el disco.

«Hice mi primera cumbia, no iba a entrar en el disco pero dije ¿por qué no?, entonces la puse. Es una canción que, como dice mi hija, no habla de nada pero habla de todo, se llama Cumbia sin tema. Intenté hacer una cumbia un poco seria pero, como al fin es cumbia, que también sirviera para que la gente baile. Cuando estaba en el proceso dije la voy a hacer con puro trombón para ponerle un sello, entonces la hice con mucha guitarra eléctrica en sonido medio rock y le puse unos trombones. Yo vine a México por primera vez con una orquesta que se llama Karachi, que en su sección de metales tenía puros trombones, como la Dimensión Latina, de Venezuela; entonces, esos son sonidos que me han acompañado y los quise poner ahí. La canción ha sido un éxito y está en dos versiones: una en la que yo la canto toda, y un bonus track que tiene hasta un videoclip. Para esta versión llamé a Joaquín Salamanca —el hijo de Memo Salamanca—, que es cantante de Los Socios del Ritmo; y al señor Hugo Fernández, fundador de los Junior Klan. Ellos dos son representativos en este género, entonces dije yo no soy cumbiero, voy a llamar a los expertos. En esta versión, ellos cantan conmigo y, la verdad, se hizo muy divertida y eso está ayudando a que la canción tenga un éxito rotundo.

«Hay un tema al final que se llama Desesperanza, es un bolero muy lindo con un corte medio de tango, ese sí tiene un corte muy tradicional con una introducción de guitarras al estilo de los grandes boleros mexicanos.

«Lo peculiar del disco es que no se va a sacar en plástico y por ahora no lo voy a meter en ninguna plataforma de streaming porque quiero llegar al público en conciertos de pocas personas para poder platicar con ellas y hacer conciencia de lo que es el proceso creativo del creador, para sensibilizar un poco al público sobre el trabajo del cantautor cuando se sienta a hacer una canción y, a partir de ahí, cantarles mis canciones y ahondar más en las almas a partir de esa sensibilidad.

«Lo estamos manejando a través de una página, que es una iniciativa mexicana, que se llama Sembrando Música, en esa plataforma está el disco. La gente adquiere una tarjeta que tiene un código de descarga, entra a la página, pone el código y le llega a su correo la música, la ficha técnica del disco y un texto muy lindo que escribió un maestro mío de Cuba que se llama Tomás Montoya.

«Lo más importante es que estamos tratando de aportar nuestro granito de arena para el mejoramiento del planeta porque estas tarjetas traen unas semillas y después de la descarga, las puedes sembrar en tierra y con un buen cuidado germinan en dos semanas, entonces no solo no estamos ocupando el plástico sino que que también estamos dándole vida a una plantita nueva».

 

 



 

 

 

CONTACTO EN FACEBOOK        CONTACTO EN INSTAGRAM        CONTACTO EN TWITTER