Este lunes los alcaldes de Veracruz, Medellín, Boca del Río y Alvarado ordenaron la suspensión de clases debido a la pandemia del Covid-19. Horas antes el gobierno estatal había anunciado que las clases continuarían hasta el 20 de este mes, lo que levantó una ola de protestas en las redes sociales. “Cuatro días de clases son un riesgo para la salud de nuestros hijos, piense un poquito Gobernador” posteó un padre de familia.

Este martes los munícipes de Orizaba, Fidel Rojí López, y de Lerdo de Tejada, Hermas Cortés García, quisieron hacer lo mismo pero el secretario de Educación, Zenyazen Escobar, dijo que no porque ese tipo de suspensiones compete única y exclusivamente al Gobernador.

“Ningún alcalde en el estado tiene la facultad de suspender clases, únicamente el Gobernador. Lo digo porque el estado es el patrón de los maestros y el alcalde no ve el pago de la nómina; no puede ningún Ayuntamiento suspender clases”, dijo el funcionario y tiene razón. Ningún artículo de la Ley Orgánica del Municipio Libre faculta a los alcaldes a tomar estas medidas.

El problema es que el coronavirus ya llegó a México y no tarda en tumbar la puerta de Veracruz con el consabido contagiadero, ante la indolencia de un gobierno estatal que apenas está tomando medidas (muy leves, por cierto) para tratar de contener la pandemia.

A diferencia de un investigador de la UNAM que dijo al periodista José Cárdenas que la estancia del coronavirus en nuestro país será corta pero mortal, el subsecretario de Salud Federal Hugo López-Gatell, aseguró que será de 12 semanas, mínimo. Y ningún hospital del sector Salud de Veracruz está preparado para atender a los futuros contagiados.

A pesar de lo que diga el inútil secretario de Salud, Roberto Ramos Alor, los hospitales de la entidad no cuentan con suficientes camas en terapia intensiva ni con respiradores artificiales para las decenas o quizá cientos de pacientes que van a necesitarlos.

Hasta ahorita y sin duda por un verdadero milagro del Señor, no se tiene registrado ningún caso de Covid-19 en nuestro estado. Pero ¿qué va a pasar cuando se reporte el primero y a este le siga un segundo, tercero, noveno o vigésimo en cuestión de días?

Hasta este martes se tenían confirmados 93 casos en el país y sin duda esto le movió el tapete al Presidente López Obrador que a la hora de escribir estas líneas tenía una reunión urgente con todos los miembros de su gabinete.

¿Será que se tomen acuerdos perentorios para afrontar la crisis que viene? Ojalá.

Pero en Veracruz las cosas se siguen tomando con calma.

Ante la parsimonia gubernamental, la sociedad civil está tomando medidas preventivas y lo mismo hicieron cuatro alcaldes que sin pedirle permiso al gobierno, ordenaron el cierre de escuelas.

¿Alguien se los va a reprochar? Nadie.

Tiene razón Zenyanzen al decir que las autoridades municipales carecen de facultades para suspender clases. Pero no carecen de sentido común y por eso ordenaron cerrar las escuelas.

La dejadez por el coronavirus es tal en nuestro estado, que si por Cuitláhuac García fuera, en estos momentos seguiría celebrándose la Cumbre Tajín y la secretaria de Turismo, Xóchitl Arbesú, estaría invitando a todo mundo a visitar las paradisiacas “playas” de Poza Rica en esta Semana Santa.

bernardogup@nullhotmail.com