Hace dos días, cuando el Presidente López Obrador aseguró que el país se encontraba blindado ante la crisis económica, seguramente no creyó en las cifras que le daba su Secretario de Hacienda, el Banco de México y todos los indicadores económicos globales. Siempre ha confiado más en su instinto que en la información, sin embargo, esta vez nos podría salir muy caro a todos.
Esta semana, el mercado bursátil y el peso frente al dólar tuvieron dos jornadas de pesadilla que nos han remontado más allá de la crisis mundial de 2009, aunque podríamos estar frente a algo mucho peor. La caída en los precios del petróleo, el Covid-19 y el colapso de los indicadores macroeconómicos –los que mantenían a flote a la economía nacional– no pudieron llegar en el peor momento.
Con tres trimestres consecutivos sin crecimiento económico, con una caída en la recaudación fiscal y la producción de petróleo, sin inversión pública, y con la desaceleración de los principales sectores productivos, el gobierno se vio obligado a echar mano de los ahorros que habían dejado otros gobiernos: el fondo de estabilización. El blindaje que presumió el presidente no era más que papel de china.
Por supuesto que los factores macroeconómicos no son responsabilidad absoluta del gobierno: México no controla por sí solo los precios del petróleo y mucho menos el comportamiento de las bolsas de valores; muchos países la estamos pasando muy difícil. Sin embargo, sí es responsabilidad del Presidente hacer una lectura distorsionada e irresponsable del escenario económico mundial.
El Presidente insiste que estamos blindados ante una crisis económica mundial. Los datos, los reales, no los suyos, dicen exactamente lo contrario.
Este jueves, por ejemplo, ante la caída libre, la Bolsa Mexicana de Valores tuvo que suspender operaciones apresuradamente para evitar el colapso. El mercado bursátil paró de emergencia este jueves tras un desplome de 7 por ciento; el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) se desplomó por la mañana hasta un 9.18 por ciento, a 35 mil 126.92 puntos.
La última vez que ocurrió el paro fue en 2015, por fallas cerca del cierre de mercados, mientras que para el IPC, es la mayor caída en un solo día desde el 10 de septiembre de 1998 y al final de la jornada se estacionó en su peor nivel de los últimos 8 años. Es decir, no habíamos vivido una jornada así desde hace más de dos décadas.
El dólar tampoco se quedó atrás. Luego de que el Presidente presumió que la moneda nacional había soportado el “lunes negro”, resulta que no imaginaba que la jornada del jueves sería mucho peor. El billete verde alcanzó un máximo histórico de 22.98 pesos durante la madrugada de este jueves en negociaciones internacionales y se espera que los bancos abran ofreciendo la divisa en más de 22 unidades, informaron los medios. Es decir, nunca el dólar había estado tan caro; la tarde de este jueves estaba por romper la barrera de los 23 pesos.
A pesar de las mayores coberturas cambiarias que anunció esta semana la Comisión de Cambios, integrada por la Secretaría de Hacienda y el Banco de México, y la inyección de más de 2 mil millones de pesos de las reservas del país, las ventas de pánico del peso mexicano se volvieron a desatar después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al Covid-19 como pandemia y advirtió que habrá más países afectados.
¿En serio siguen pensando que no pasa nada? ¿De verdad creen que estamos blindados? ¿Estamos preparados para la crisis económica y sanitaria? ¿Ya tienen listas las excusas de siempre? ¿Van a seguir hablando de la rifa?
Lo peor está por venir. En dos semanas el Covid-19 podría alcanzar su pico más alto de contagios en el país, lo que obligará a paralizar la mayor parte de las actividades económicas. Según el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, en 15 días –finales de marzo- México podría estar en una fase de dos, transmisión comunitaria, con lo que podría haber cientos de casos con coronavirus y se tendrán que tomar otro tipo de acciones de control.
En estos días hemos visto la cancelación de eventos masivos, la suspensión de actividades públicas, la paralización de algunos sectores del transporte de pasajeros –aéreo y terrestre- pero podríamos llegar incluso al cierre de escuelas, bancos, plazas comerciales, etc. El impacto económico será brutal para una economía que se ha estancado.
Los romanos de la 4T tocan la lira mientras el país arde en llamas.
Las del estribo…
- El tema del gobierno municipal de Actopan empieza a tomar rumbo. En las horas por venir, Eduardo Carranza Barradas, regidor segundo y ex alcalde del municipio y Nayeli Toral Ruiz estarían tomando protesta como presidente municipal y síndica. Hubo quien quiso llevarse todas las canicas, pero en el Congreso los metieron en cintura. Las nuevas autoridades tendrán marca personal a sus finanzas. Actopan sigue siendo un polvorín.
- Luego de que el proceso de destitución del ex fiscal Jorge Winckler ha demorado más de lo que se esperaba, los diputados de Morena –con su reciente suma de votos- se aprestan a ir ahora sí por el juicio político, y con ello, la remoción definitiva. Van por la tercera y parece que será la vencida.