Veinte años no es nada, decía Gardel; veinticinco son el tiempo preciso para hacer una transición generacional, un cambio de comandancia e iniciar un nuevo ciclo. Todo esto sucederá el sábado 14 de marzo, a partir de las siete de la tarde, cuando inicie el bailongo con el que Tierra Luna festejará su cuarto de siglo e iniciará la nueva época. De ello nos hablan Marisol Marcué y Luis Emilio Gomagu en esta segunda parte de la conversación.
Marisol
Hicimos un conteo —sin contar las repeticiones— de los eventos que hemos tenido y han sido como tres mil, considerando solo los más organizados porque, por ejemplo, las Tardes de poesía y ese tipo de actividades no las tomamos en cuenta como eventos. Han venido Iraida Noriega, Magos Herrera, las gemelas Beaujean —que vinieron de trece años—, Betsy Pecanins, Tehua, Totó la Momposina, Natalia Lafourcade, Carla Morrison, Ximena Sariñana, Carmen Sousa, Nacho Méndez, el Septeto Habanero, la Orquesta 33 de Colombia, Sistema Solar y muchos jazzistas Internacionales. Ha venido gente de teatro como Héctor Bonilla, Las reinas chulas y muchos más.
Luis Emilio
Y locales: Sonex, Aguas Aguas, toda la escena xalapeña ha participado del foro.
Marisol
Muchos años fuimos sede de Junio Musical, del Festival Afrocaribeño, de Jazz Fest, del Festival JazzUV. En un tiempo hicimos una serie de homenajes a Agustín Lara y Radiotelevisión de Veracruz vino a transmitir en vivo.
Una cosa que me llama mucho la atención es que a Tierra Luna la gente viene a escuchar la música, a ver el teatro; podemos decir que en veinticinco años, dos o tres veces hemos tenido una de esas mesas escandalosas a las que tienes que acercarte y pararte a un ladito para que se callen, generalmente, la gente viene a escuchar y a disfrutar de la música.
Luis Emilio
El aniversario significa para nosotros una nueva época tras todos estos años de trabajo y la comandancia de la generala. Yo anduve un tiempo en Buenos Aires y trabajé en un montón de cosas, y en medio de eso me encontré con gente del ámbito de las artes; encontré a muchos mexicanos y, con sorpresa, a bastantes xalapeños. Con unos amigos armamos un colectivo, realizamos algunos festivales que estuvieron en Xalapa y en Buenos Aires, y la intención de venir y tomar la dirección del espacio por parte mía tiene que ver con profundizar la construcción de los puentes culturales que unen pueblos y naciones. En Tierra Luna, con toda su trayectoria y con la tradición migrante por parte nuestra, queremos fortalecer el puente entre el Cono Sur y México.
La idea es que Tierra Luna sea un club cultural a partir del veinticinco aniversario, que el foro del patio se profesionalice para poder albergar espectáculos de la envergadura que tuvo en otros momentos, pero que la infraestructura venía de instituciones con presupuesto. Tierra Luna se ha mantenido como un espacio independiente —lo cual me parece bastante loable—, autogestivo, siempre fuera de los presupuestos oficiales. No ha sido fácil pero buscamos fortalecernos como espacio para compartir con Xalapa, con los artistas y con la escena local; creemos que hay un resurgimiento bastante fuerte, hay muchos espacios que están trabajando profesionalmente con espectáculos de primer nivel y recibiendo músicos de todo el país y de todo el mundo, y queremos que la nueva etapa de Tierra Luna como club cultural esté a la altura de las circunstancias del movimiento que hoy vemos en Xalapa.
La celebración va a ser más bien lúdica, de júbilo, no tanto ceremonial; no se trata de tirar la casa por la ventana porque, en realidad, no tenemos casa que aventar (risas). [El de la grabadora no resiste la tentación de decir: ni ventana por donde aventarla].
El 14 de marzo vamos a hacer una celebración tipo baile, intentando también hacer una reunión generacional, que es lo que internamente estamos haciendo, un pase entre la gerencia de la generala y yo, que yo asumo la dirección el espacio. Va a tocar Bantú, la nueva salsa de Xalapa, y La Cachimba, una banda de cumbia de unos chavos de distintas partes del país que tocan cumbia más contemporánea. Vamos a hacer una falsa develación de placa, porque no hay placa (risas), pero vamos a hacer un acto simbólico. La intención es que sea un horario bastante extendido para que podamos compartir y brindar con amigos y artistas invitados que tenemos ganas de volver a ver en el espacio, y queremos que vuelva a habitarse como en sus mejores épocas.
Marisol
La verdad es que sí es necesaria la sangre nueva, gente que venga con más ímpetu porque nosotros movíamos tarimas, movíamos mesas, armábamos y desarmábamos, pero sí llega un momento en el que dices ya, que venga alguien, por favor, que agarre la estafeta. Entonces, a partir del 14 de marzo, oficialmente le cedemos la batuta a Luis.
Luis Emilio
En esta nueva época hemos recibido un gran apoyo, incluso en el diseño de la imagen actual, de Aram Huerta; él también hizo la imagen del evento de Tongolele.
Con toda esta trayectoria, lo que identificamos —o por lo menos así se presenta a mis ojos— es que Tierra Luna es una tradición en Xalapa, tanto en lo cultural como, aunque quizá con más bajo perfil, en lo gastronómico, pero se ha sostenido con esas dos actividades.
Hoy en día, en el espacio hay talleres permanentes de un montón de actividades artísticas: hay ballet, karate, dentro del espacio hay una escuela de flamenco y otras cosas. La búsqueda en esta nueva época es que deje de ser un esfuerzo individual y se convierta en un esfuerzo colectivo y que continúe la tradición Tierra Luna, que ha sido una tradición en movimiento porque ha cambiado de espacio, porque primero fue un café, luego un café-restaurante, cuando se vino para acá fue un café-teatro y ahora va a ser un club cultural.
Todo este movimiento, como te decía, a mis ojos aparece como con esa tradición migrante que nuestra familia lleva adentro y es la impronta que le estamos imprimiendo. Creemos que tiene mucho futuro, aunque puede pensarse que al ser un lugar ya consolidado —por lo menos en términos de lo local— no tiene mucho para aportar, pero me parece que lo que Tierra Luna como club cultural tiene para ofrecer está empezando; ha sido un esfuerzo de un montón de años que, quizá, lo que ha hecho es generar los cimientos y de ahí debemos partir para continuar una labor que nos trasciende como familia y que, incluso, trasciende a Xalapa como ciudad
El espacio es muy hermoso y fue construido con la intención de que fuera un foro cultural, un lugar de encuentro, un lugar de creación, un lugar de ideas, y eso, con todo el esfuerzo que se ha hecho durante todos estos años, pienso que es una especie de piso a partir del cual debemos buscar nuevos horizontes.
Marisol
Para nosotros es una fortuna que como el noventa por ciento de las actividades que hemos tenido, han sido porque nos han buscado; cuando recibí un correo de Betsy Pecanins, salí corriendo de la oficina y dije:
—Miguel, está escribiendo Betsy Pecanins, dice que quiere venir a cantar
—Te han de estar vacilando
—Tal vez, pero ya le contesté
—¿Y qué le dijiste?
—Pues que sí
Fue real y vino dos o tres veces.
Otra vez estaba trabajando en la oficina, vino un chico y me dijo ahí hay una señora que quiere hablar con usted; era la mamá de Natalia Lafourcade, ya nos conocíamos porque ella había venido con Esther Hernández Palacios. Le dije:
—¿Qué tal?, ¿cómo estás?
—Soy la mamá de Natalia y mi hija quiere venir a cantar aquí, quiere hacer un concierto petit comité
—¿No me estás vacilando?
—No, es verdad
Natalia había pasado al baño, en ese momento salió y me dijo. Las pasé a la oficina, platicamos y también vino como dos o tres veces.
También Karen Souza y Paté de Fuá nos han buscado. En verdad es un privilegio para nosotros lo que ha sucedido en Tierra Luna y, por lo mismo, cuesta trabajo pensar en un adiós; no, aquí estamos y aquí seguiremos. El 14 de marzo, a las siete de la noche vamos a hacer una pequeña pero muy sentida ceremonia para mencionar un poco de lo que ha pasado, ¡y a bailar se ha dicho!
PRIMERA PARTE: Me pongo hoy las alas de oro
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