Martínez de la Torre, Ver.- Con 22 ejecutados, media docena de baleados, por lo menos seis secuestros, alrededor de 30 atracos principalmente a tiendas de conveniencia, y una larga lista ilícitos que no se denuncian, como casos de extorsión telefónica, es como Martínez de la Torre está cerrando el primer bimestre de este 2020.

Y ello ha ocurrido pese a la presencia en este municipio del Ejército, la Armada de México, la Guardia Nacional, Fuerza Civil, Policía Ministerial, Seguridad Pública, Policía Preventiva, FGR y otras corporaciones que se supone trabajan para garantizar el orden, la tranquilidad y la paz social.

La lista de ilícitos no la brindan las fuerzas del orden, pues estarían quedando todavía más mal de lo que ya están; esto sale de los registros que lleva este medio de comunicación, y es únicamente de Martínez de la Torre. Si se agregaran los casos de Misantla, Tlapacoyan, San Rafael y otros municipios de la región, la cifra se iría a alrededor de 40 homicidios dolosos.

Las ejecuciones, secuestros, robos con violencia, extorsiones y balaceras son el pan de cada día de los martinenses, quienes en los últimos años se han tenido que acostumbrar a vivir con la zozobra y el miedo a ser víctimas de un acto delictivo.

De ahí que muchos prefieren ya no salir por las noches, y los comercios cierran más temprano de lo habitual, pues nadie quiere convertirse en parte de las sangrientas estadísticas.

Los datos evidencia la ausencia de una estrategia real de combate a la delincuencia, que los grupos de “inteligencia”, tanto del Ejército, Marina y Secretaría de Seguridad Pública, han fallado.

Dichos cuerpos policiacos saben quiénes son los delincuentes, dónde están, en qué zonas se mueven, a qué hora salen y cómo operan, pero por alguna extraña razón no actúan. Para aparentar trabajo, colocan retenes para parar motos y levantar infracciones. Cuando hay un ejecutado, los uniformados sólo llegan a acordonar, tomar fotos y luego se van.

Y así, mientras las corporaciones siguen fingiendo trabajar, la lista de ejecuciones, extorsiones, secuestros y robos seguirán creciendo; por ahora, entonces, sólo resta esperar a que llegue marzo para enumerar los ilícitos y engordar el inventario de crecimiento de la violencia de este municipio, que, aunque es potencia en exportación limón (en por lo menos 21 países del mundo) ahora ya también es conocido por su alta inseguridad.