El golfo de México, una zona de alta actividad petrolera, alberga una gran diversidad de microorganismos, algunos con la capacidad de transformar hidrocarburos en compuestos menos tóxicos para el ambiente, informó el domingo un grupo de investigadores mexicanos que trabaja en la identificación de estas bacterias en la zona.

El objetivo del equipo es diseñar estrategias de mitigación en caso de un derrame a gran escala, precisó el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) de México.

En 2010 ocurrió un incidente de este tipo en la plataforma de perforación petrolera «Deepwater Horizon», situada en el golfo de México, la cual explotó y se hundió, lo que resultó en la muerte de once trabajadores y el mayor derrame en la historia del petróleo marino.

Este hecho evidenció la falta de información acerca de la diversidad biológica y de su papel en el ecosistema de las costas mexicanas ubicadas en el golfo, explicó el investigador José Quinatzin García, del Cinvestav Unidad Mérida.

El experto comentó que una de sus líneas de investigación se refiere al aislamiento y caracterización de consorcios bacterianos del golfo de México con capacidad de degradar hidrocarburos, para determinar las condiciones que permiten a estas bacterias hacerlo de manera más eficiente, así como identificar el tipo de petróleo que pueden degradar.

Dijo que adicionalmente, junto a sus colaboradores, desarrolló un sistema experimental a escala de mesocosmos.

Las pruebas, agregó, se realizaron a cielo abierto y con volúmenes de 2.500 litros de agua a fin de simular las condiciones ambientales del golfo de México.

En estos experimentos, se evaluó la capacidad de degradación de hidrocarburos de las bacterias de esta región, en específico de comunidades microbianas originarias de la península de Yucatán, en tres escenarios distintos.

«En uno de ellos solo estaban presentes las bacterias nativas; la idea era entender lo que ocurre de manera natural durante un derrame de petróleo», añadió.

De igual manera, dijo que en otro tratamiento de estos mesocosmos se enriquecieron las muestras ambientales con bacterias que consumen petróleo.

Y el tercero, según explicó, fue una combinación entre la adición de estas bacterias y nutrientes (como fósforo y nitrógeno) que les permitieran crecer y así aumentar su potencial para disminuir la cantidad de hidrocarburos.

Actualmente, se están analizando los datos de estos experimentos a fin de encontrar la mejor estrategia para el uso de bacterias degradadoras de petróleo, resaltó.

«También estamos estudiando el uso de sustancias químicas que dispersan la mancha de petróleo en el mar y ver si son menos o más eficientes en comparación con las bacterias», indicó García.

Otra línea en la cual, dijo el investigador, se ha enfocado consiste en estudiar las muestras ambientales (de la columna de agua o los sedimentos marinos), con el fin de generar un catálogo de las comunidades microbianas de esta zona.

«Hasta el momento, este inventario incluye aproximadamente 30 consorcios de organismos degradadores de hidrocarburos y los ejemplares cuentan con varias réplicas guardadas en diversas instituciones» como el Cinvestav Unidad Mérida, aseveró.

El análisis también arrojó el descubrimiento de que los géneros de bacterias Alcanivorax, Marinobacter y Colwellia, con la capacidad de degradar hidrocarburos, son los más abundantes en el golfo de México.

«Si bien estos grupos son de los más abundantes, existen otros microorganismos que degradan hidrocarburos y en caso de algún cambio en las condiciones actuales, mismas que son ideales para los grupos hasta ahora favorecidos, las bacterias minoritarias podrían ser relevantes en la recuperación del ecosistema», agregó.

Fuente: Xinhua

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