Poza Rica, Ver.-Un total de doce cocinas del crimen organizado para deshacer cuerpos humanos fueron localizadas en municipios de la zona norte de Veracruz, además de restos óseos en los municipios de Coyutla, Poza Rica y Tihuatlán.

Integrantes de la V Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas presentaron el informe del trabajo que realizan en la zona norte de Veracruz desde el 7 de febrero, en donde trabajaron en la búsqueda de sus seres queridos.

Dejaron en evidencia la gravedad de la problemática de desaparición de personas en la zona norte de Veracruz y confirmaron que los hallazgos son aún más desoladores que en otras ocasiones, pues en dos semanas y con escasos recursos a su disposición, encontraron doce sitios con fuertes indicios de existencia de las llamadas “cocinas”, lugares donde se desintegran cuerpos humanos.

En estos casos, los pocos fragmentos restantes suelen estar en condiciones desfavorables para la identificación, condición que se ve agravado por el clima de Veracruz y la actividad agrícola y ganadera.

Entre el 7 y el 21 de febrero del presente año, impulsados por el amor a sus seres queridos y frente a la incapacidad del estado de hallarlos y como en las cuatro ocasiones anteriores, desde 2016 -en Veracruz, Sinaloa y Guerrero-, la Brigada realizó trabajo de sensibilización y construcción de paz en escuelas, desde primaria hasta nivel universitario, así como en iglesias de distintos credos, encontrando una respuesta conmovedoramente positiva entre la población.

La Brigada también realizó búsqueda en vida de familiares en hospitales, centros de privación de la libertad y calles. Además, a pesar de los contratiempos generados por el clima, se realizaron rastreos de restos humanos a partir de la información proporcionada por la ciudadanía, así como visitas a los servicios médicos forenses.

Se destacó que localizaron restos óseos humanos que, tras ser hallados, están bajo resguardo de la Fiscalía General de la República (FGR), quedando pendiente su identificación y retorno a sus familias, a lo que darán seguimiento puntual.

Adicionalmente, por primera vez, se desarrolló un eje de trabajo de intervención con murales y placas conmemorativas en el espacio público, así como sensibilización y capacitación para funcionarios públicos municipales y estatales.

Subrayaron que la fiscalía está obligada a investigar este extremo con base en los más altos estándares y evitando descartar evidencia bajo suposiciones y sin antes haber procesado pericialmente los lugares.

La Brigada decidió también regresar por quinta vez al predio conocido como La Gallera, encontrando más restos humanos a pesar de que había sido intervenido por las autoridades en al menos dos ocasiones anteriores.

Más grave aún: los restos encontrados aquí hace más de tres años aún no han sido procesados para su identificación.

Además, en el trabajo con los servicios médicos forenses locales encontraron una gran cantidad de irregularidades, como fichas incompletas y con identificación sin número o secuencia lógica, con fotografías insuficientes o evidencia de toma de fotografías de varios cuerpos mezclados en la misma ficha, entre otros graves errores.

Con lo anterior, destacaron, se confirmó que las capacidades forenses ordinarias del Estado son insuficientes, por lo que es urgente la implementación del Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense al que se comprometió la Comisión Nacional de búsqueda en noviembre pasado.

Por la incapacidad del Estado mexicano enfatizaron que se requiere de toda la ayuda internacional posible, por lo que piden que el Estado acepte la competencia del Comité para las Desapariciones Forzadas de la ONU, de manera tal que las familias de personas desaparecidas que no han tenido acceso a verdad y justicia puedan acceder a este mecanismo.

Hicieron un llamado para que se implemente en la región una política integral de búsqueda que contemple la reacción inmediata ante las denuncias y el trabajo coordinado con los colectivos de familiares de la zona.

Para este trabajo, es fundamental el compromiso de las iglesias locales, tanto católicas, evangélicas, entre otras, para seguir abonando e impulsando un proceso de construcción de paz y reconstrucción del tejido social en la zona norte del estado de Veracruz.

AVC/Misael Olmedo

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