La Delegación Norte del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Veracruz, informa a los derechohabientes y público en general sobre la importancia de estar atentos al desarrollo físico, cognitivo y social, de niños y niñas menores de seis años, ya que en la etapa comprendida entre los dos y seis años se pueden presentar enfermedades o síndromes, como el de Sanfilippo.
En este sentido, el doctor Héctor Nahin Hernández Gómez, médico familiar de la Unidad de Medicina Familiar No. 57, del IMSS, mencionó que es importante observar el crecimiento y desarrollo de los menores, para detectar padecimientos como el mencionado.
Dicho síndrome está caracterizado por el desarrollo lento y retardado de los menores, comúnmente asociado a problemas físicos moderados; el diagnóstico a veces se hace tarde porque estos niños no se ven anormales y los síntomas no son característicos.
Cuando se habla de enfermedades genéticas, uno piensa en una condición de salud que se hereda de su madre o padre, pero algunas enfermedades heredadas están escondidas y solo se aparecen cuando los dos genes en una persona están afectados, como es el caso de este padecimiento.
El síndrome de Sanfilippo afecta a cada niño en formas diferentes y progresa más rápidamente en unos que otros, los cambios vienen poco a poco, así que por ello es más práctico ajustarse a los cambios; este síndrome, en algunos casos, presenta tres etapas afirmó el especialista.
Durante la primera etapa, los padres pueden padecer de mucha frustración al ver a su pequeño con un desarrollo lento, en comparación con otros menores; por otra parte, en la segunda etapa se puede presentar actividad excesiva, inquietud y mal comportamiento.
En la tercera etapa, a los pequeños les es difícil mantener su paso firme y pueden tener tendencia a caerse al caminar o correr; gradualmente puede presentarse pérdida del habla, entre otras funciones vitales; razón por la cual es importante llevar en tiempo y forma el control de salud, enfatizó Hernández Gómez.
Para finalizar, el especialista sugirió a los padres que en caso de percibir que sus hijos no se estén desarrollando conforme a su edad y tengan un cambio repentino en su conducta o pérdida de habilidades motoras, acudan con su médico familiar o a su Unidad de Medicina Familiar más cerca, para recibir la atención oportuna.