“Eso sí calienta”. AMLO a Jorge Ramos

Los resultados de un trabajo político dentro de la administración pública se deben ver reflejados en la sociedad: si se habla de una mejora en la economía se debe reflejar en los bolsillos de los ciudadanos; si de obra pública se trata, hay que presumirla cuando se inaugura una, no anunciando proyectos que casi siempre dejan de cumplirse; una clínica de especialidades médicas se inaugura y se pone en marcha, no se promete como la que Fidel Herrera nos dijo construiría en donde estaba la calera de Banderilla y jamás se volvió a acordar de ese importante proyecto,  y si de seguridad se trata, tampoco es poniendo plazos fatales para garantizarla, es combatiendo a quienes provocan la inseguridad y que el pueblo tenga la percepción de que la autoridad está cumpliendo cuando recupere la confianza para salir a la calle a disfrutar de los espacios públicos, para transitar de noche con tranquilidad, para no tener miedo a que nos maten por robarnos un celular, es decir, la eficiencia en el servicio público se debe percibir, no se debe prometer.

Miguel Ángel Yunes llegó al gobierno en medio de una guerra entre cárteles que se protagonizaba en la entidad alentada, permitida, tolerada, por el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, lo que costó muchas vidas de inocentes veracruzanos, y dijo que en seis meses terminaría con la violencia. Se fueron sus dos años y el baño de sangre que provocó su permanencia en el poder es lo peor que nos ha pasado a quienes vivimos en este estado en toda la historia.

Por eso no estamos de acuerdo con lo dicho por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien este miércoles aseguró que su gobierno ya logró controlar la tendencia al alza de los homicidios dolosos y se comprometió a que, para el próximo primero de diciembre, dará los resultados de la estrategia en el combate a la inseguridad en el país.

En verdad no sabemos a qué zona del país se refiere pero seguramente Veracruz no está incluido porque aquí la violencia no ha disminuido un ápice, al contrario, cada día que pasa nos enteramos de más secuestros, más robos, más paisanos que mejor se fueron del estado, de más comercios cerrados por la presión que ejercen los delincuentes que cobran el llamado “derecho de piso” y que si se resisten a pagarlos los asesinan, de más absurdos “cortinazos” y en fin de mucha más violencia como si los que la generan estuvieran viendo en Veracruz un paraíso de impunidad para sus actividades.

Y a propósito de AMLO, durante la conferencia matutina de este miércoles, el periodista Jorge Ramos lo cuestionó en el sentido de que cifras oficiales mostraban que 2019 ha sido el más violento; además, le preguntó si aún con ello, no piensa cambiar a su gabinete y su estrategia de seguridad.

“Eso sí calienta”, le respondió el tabasqueño, y agregó: “es un tema que tratamos todos los días, es una signatura pendiente, es un tema que no hemos podido resolver”… Bien por aceptar la incompetencia.

Luego, López Obrador regresó a su “explicación, no justificación”, de que en administraciones anteriores “se dejó crecer mucho la inseguridad, la violencia, no se atendieron las causas, se abandonó la actividad productiva, se dejaron de crear empleos, los salarios son los más bajos el mundo, la corrupción en México era de las más elevadas en el mundo, se abandonó a los jóvenes, se impuso la protección, la impunidad, no había autoridad, no había una línea que dividiera a la autoridad con la delincuencia”.

Y mencionó el caso de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón, actualmente detenido en Estados Unidos por presuntos vínculos con el líder del cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán.

En este contexto, la pregunta obligada podría ser: ¿y a Veracruz cuándo le toca retornar a la tranquilidad?… No, mejor no den plazos, mejor cumplan con el compromiso de brindarnos seguridad, que para eso pagamos nuestros impuestos.

De Mario Ulises Pereyra

Nuestro amigo, el abogado y político sureño Mario Ulises Pereyra nos escribe unas líneas que a continuación compartimos:

“Mi estimado Manuel te saludo con afecto y te comento, como todos los días  ayer leí  tu columna «Soñamos con otro Xalapa». Muchos como yo que llegamos a Xalapa, en los años sesentas a prepararnos en las distintas  Facultades de la Universidad  Veracruzana, hemos visto cómo han pasado por la Alcaldía Gobernantes buenos, como Don Fernando García Barna, Othoniel Rodríguez Bazarte, políticos como Jorge Uscanga Escobar, Carlos Padilla Becerra, Enrique Hernández Crisanto, Reynaldo Escobar Pérez, Ricardo Ahued Bardahuil, Ignacio González Rebolledo, Guillermo y Américo Zúñiga Martínez, Rafael Hernández Villalpando, Carlos Rodríguez Velasco, Manolo Fernández Ávila, entre otros, que  en su momento pusieron su mayor esfuerzo en aportar obras de beneficio colectivo para la ciudad capital, pero como se dice lo que empieza termina​ y esa época  terminó  para Xalapa, cuando las mayorías decidieron darle su voto a un inexperto personaje que se dice académico y que tal vez lo sea, pero inexperto y desconocedor de la administración publica, que lo único que ha logrado ha sido transformar a Xalapa, hacia el caos, ya no caben los carros ni los  baches en las calles, la seguridad una paradoja, nulas obras públicas, cobros excesivo en agua potable, pero eso  sí  subejercicios que lo ha hecho regresar recursos etiquetados para la ciudad.

“Estamos pagando  los errores electorales, como también en Coatzacoalcos, Poza  Rica, Minatitlán, Papantla y en  general todos los municipios mal gobernados por los militantes de Morena. Tus sugerencias me parecen viables y factibles de realizar si hay voluntad política que, desgraciadamente, es de lo que se carece. Me voy a permitir realizar otra sugerencia que puse en práctica en Coatzacoalcos, cuando tuve la oportunidad de fungir, no fingir como ahora lo hacen, como Síndico del Ayuntamiento. Con el acuerdo del Cabildo  enviamos una convocatoria previo censo realizado, por inspectores y jefes de manzana de todos los lotes baldíos de la ciudad a sus propietarios ofreciéndoles un plazo de 45 días para que procedieran a limpiar, sanear, delimitar y bardear su lotes así como construir las banquetas que no existían, advirtiéndoles que de no hacerlo lo haría el departamento de obras publicas municipales, y el costo de la obra les aparecería el próximo año en sus recibos del impuesto predial,  debo decirte mi estimado amigo y magnifico periodista que mas del 80 % de los propietarios dieron una respuesta positiva, y aquellos que no lo hicieron por negligencia, en su siguiente recibo se les cargó el costo más los intereses generados por el financiamiento. Con ello se evitó la proliferación de fauna nociva, y que esos lotes sirvieran para la comisión de diversos delitos.

“Espero mi amigo que esta sugerencia la llegaran a tomar en cuenta las autoridades y la aplicaran la ciudad ganaría mucho al no contar con tanta basura y contaminación que se genera en estos lotes. Un saludo afectuoso  y mi agradecimiento por tu atención”. Lic. Mario Ulises Pereyra Esquivel

Reflexión

¿De quién será la mano tersa, fina, que está detrás de la marcha que organizan los universitarios para protestar por el abuso que se está cometiendo en contra de la contadora Clementina Guerrero “Tula”? Ese empujoncito habla de lealtad a la amiga.

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