Para muchos, es la época más esperada del año. Con semanas de antelación, la televisión y la radio nos preparan para la llegada de la Navidad, una festividad llena de regalos, convivencia en familia, rituales, viajes y comida abundante. Pero es nuestro cerebro el responsable de que esta alegre tradición sea tan especial.

El espíritu navideño cautiva a millones de personas en el mundo, cada diciembre. Más allá del aspecto religioso, este fenómeno colectivo se caracteriza por nostalgia, felicidad y expectativa. Es por eso que hace cuatro años, en su tiempo libre, un grupo de neurólogos de la Universidad de Copenhague se interesaron por descubrir si había algún indicio del “espíritu navideño” en el cerebro. A manera de broma, mencionan que, en la investigación, “no se consumió ponche de huevo o pan de jengibre antes de los escáneres”.

Para su estudio, reunieron a 26 participantes de diferentes culturas. Les realizaron un escáner de resonancia magnética funcional, técnica con la que se puede medir la actividad relativa de las diferentes áreas del cerebro.

Una vez que los participantes se encontraban dentro de la máquina de resonancia magnética, les mostraron más de 80 imágenes, algunas con temática navideña y otras con objetos y escenas de la vida diaria. Al mismo tiempo, los científicos registraron qué zonas cerebrales se activaron más durante cada imagen.

Posteriormente, se les aplicó un cuestionario sobre sus hábitos navideños y lo que pensaban sobre la festividad. El siguiente paso fue un pequeño cuestionario para correlacionar sus respuestas con la actividad cerebral.

Al analizar los resultados del cuestionario, los investigadores seleccionaron a 10 individuos que celebraban la Navidad y a 10 que no lo hacían; compararon sus escáneres para determinar qué tan diferente era el cerebro del primer grupo respecto al segundo. De esta manera, detectaron que los lóbulos parietales izquierdo y derecho, así como las cortezas premotora y somatosensorial, estaban asociadas al “espíritu navideño”. En estudios pasados, la activación de los lóbulos parietales se había vinculado con la autotrascendencia, que es una cualidad compleja que hace que nos sintamos parte de algo más grande y está relacionada con la espiritualidad.

“Las emociones complejas todavía no son comprendidas del todo”, mencionó el autor del estudio, Bryan T. Haddock, en un podcast de The BMJ. Aún es muy difícil determinar si esta red neuronal navideña es exclusiva de la Navidad o si es indicativa de las emociones que también experimentan las personas que celebran otras festividades, como Janucá o el Diwali. Sin embargo, aunque el estudio tuvo una muestra pequeña de participantes, es uno de los primeros que deliberadamente buscan una “firma” navideña en el cerebro. “Tenemos un resultado que es interesante y divertido”, señaló Haddock.

Todavía falta mucha investigación para saber qué ocurre en muestras mentes durante las tradiciones navideñas, pero por ahora podemos saber que una amalgama de emociones, expectativas y áreas cerebrales están trabajando juntas para que la Navidad sea la época más placentera del año.

Fuente: tecreview.tec.mx

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