El Kinoclub del Ágora de la Ciudad cerrará el año con un ciclo de cine gay. Las funciones, de acceso gratuito, serán tres primeros miércoles de diciembre (el cuarto es navidad) a las 19:00 horas.
El ciclo inicia el miércoles 4 con una cinta icónica del cine mexicano: El lugar sin límites, de Arturo Ripstein, película basada en la novela homónima de José Donoso que exhibe, como no se había hecho en nuestra filmografía, la homofobia, el machismo, la doble moral, la corrupción y los abusos de poder.
Una cinta, escribe Alejandra Lomelí «considerada por muchos como la primera en abordar seriamente y sin tapujos la homosexualidad, así como la represión sexual y los deseos que permeaba en la sociedad mexicana, temas críticos que siguen siendo de gran actualidad en nuestro país por lo que el filme se mantiene vigente a través de los años (…) El Lugar sin Límites marca el primer gran testimonio de ese México oculto de doble moral, de machos en crisis que luchan a toda costa por reprimir (y matar) sus deseos y una de las primeras películas sobre crímenes de odio (…)
«Sórdido es el adjetivo que mejor describe esta obra. Ambientada en un México mezquino, patético y doloroso, Ripstein nos adentra en un prostíbulo ubicado en un pequeño pueblo donde sobreviven la Manuela (Roberto Cobo), un travesti, y la Japonesita (Ana Martín), hija de la Manuela. Don Alejo (Fernando Soler), el anciano cacique del lugar, quiere comprar el prostíbulo para venderlo a un consorcio junto con el resto del pueblo. El regreso de Pancho (Gonzalo Vega), un joven camionero ahijado de don Alejo, desatará las tensiones entre los personajes.
«Además del necesario testimonio que supone la crítica sobre la ambivalencia sexual, la frustración y el crimen, la película destaca por las excelentes actuaciones, principalmente la de Roberto Cobo, un actor cuya carrera siempre estuvo definida por la calidad más que por la cantidad de filmes que realizó y que, junto con su papel de el Jaibo en Los Olvidados, de Luis Buñuel, conforman sus dos personajes más icónicos en el cine».
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Fausto: Primero te interrogaré acerca del infierno. Dime, ¿dónde queda el lugar que los hombres llaman infierno?
Mefistófeles: Debajo del cielo.
Fausto: Sí, pero ¿en qué lugar?
Mefistófeles: En las entrañas de estos elementos. Donde somos torturados y permaneceremos siempre. El infierno no tiene límites, ni queda circunscrito a un solo lugar, porque el infierno es aquí donde estamos y aquí donde es el infierno tenemos que permanecer…
[MARLOWE, Doctor Fausto]
[Epígrafe de la novela El lugar sin límites, de José Donoso]
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