Como comenté ayer (ver: El Observatorio Cultural Ciudadano rendirá homenaje a la maestra Acela Castro), el martes 26, a las a las seis de la tarde, el Observatorio Cultural Ciudadano Veracruz hará un homenaje a la maestra Acela Castro López «Tía Marcela». En la entrega de hoy, la maestra Lourdes Hernández Quiñones, coordinadora del Observatorio, hace una semblanza de la maestra que será reconocida.

«La maestra Acela Castro tiene 82 años, la edad es lo de menos pero en esos 82 años no ha parado de trabajar y sigue haciéndolo, afortunadamente. Nació en Orizaba pero se fue muy chiquita a vivir a la Ciudad de México y tuvo la fortuna de conocer a muchos y muchas de los actores y actrices que pusieron las bases del teatro mexicano; se formó con ellos, fue actriz en varias obras y luego la vida la fue llevando por distintas situaciones, fue mamá de dos chiquitos, como el teatro no le daba lo suficiente para mantener a sus hijos, entró a trabajar —que es una cosa curiosísima— a la Secretaría de Recursos Hidráulicos en la Ciudad de México. Ahí propuso hacer actividades para los hijos de los trabajadores y formó una compañía de teatro con los niños. Luego fue llamada al que era el Instituto Nacional del Consumidor, que luego se convirtió en Profeco, y ahí desarrolló actividades, sobre todo de gestión cultural, haciendo difusión del consumo inteligente a través de actividades artísticas.

«En el año 85 se vino a vivir a la ciudad de Xalapa como trabajadora del la Procuraduría Federal del Consumidor, fue cuando la conocí. Empezó a dar talleres de la Profeco en la Feria Nacional del Libro Infantil y Juvenil, y la verdad es que eran muy gustados, tanto por mamás como por hijos, porque se le compartían a la gente distintas tecnologías para hacer jabón, desodorante, perfumes, para aprovechar mejor los alimentos. Estuvo ahí durante varios años, se jubiló en el año 2001 y empezó su vida como oradora ingresando al grupo Toastmasters, donde ha permanecido. Es una mujer que siempre está presente en las muchísimas actividades culturales de Xalapa. Es maravillosa, aun con sus limitaciones para caminar, sigue siendo una consumidora de actividades culturales.

«En el Observatorio dijimos hay que voltear a ver a esta gente que ha estado haciendo talacha durante muchos años —en el caso de ella, durante cincuenta— en el rubro del arte y la cultura, y que por hacerlo modestamente a veces se siente que no es reconocido, eso nos preocupa mucho. La disciplina de la promoción cultural, que es bastante reciente, se ha ido profesionalizando poco a poco, pero quienes hemos estado del lado de la gestión no nos hemos ocupado en hacer la historiografía de la gestión cultural, y una meta que nos hemos trazado en el Observatorio Cultural Ciudadano es ir registrando estas historias para constituir, espero que el año que entra, la historiografía de la ciudad de Xalapa en materia de promoción cultural. Quisimos empezar con ella porque, como te decía, no se ha notado mucho pero ha estado trabajando durante muchísimos años.

«El reconocimiento va a ser el próximo martes, a las seis de la tarde, en el Centro Recreativo Xalapeño. Se va a proyectar una pequeña semblanza de quién es Acela, luego va a haber un conversatorio en el que van a participar personas que la han conocido en las distintas facetas en los distintos momentos de su vida, después le entregaremos un reconocimiento por parte del Observatorio, y al final, ella dirá unas palabras».

 

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Acela Castro López «Tía Marcela»

Inicia su carrera artística en la infancia, participando en montajes de cuentos clásicos para niños. Protagoniza «La Bella Durmiente» y «El Manto encantado». Continúa en montajes de teatro para adolescentes.

A los 20 años se inscribe en el IRBAO (Instituto Regional de Bellas Artes de Orizaba) para iniciar su formación como actriz.

Participa en montajes del grupo de teatro como protagonista en las obras «Proceso de Familia», «El cuartelazo», «Señoritas a disgusto», «El medio pelo», «Una pura y dos con sal», «Las vacas de Quiviquinta», «Monólogo Edith Piaf», «Las cosas simples». También participa como declamadora en recitales poéticos.

Cuando Bellas Artes retira la plaza de maestro de teatro, Acela es invitada a continuar en el IRBAO como maestra del grupo, recibiendo una gratificación del sindicato de una compañía cervecera local, y es así como inicia su etapa de maestra y directora. Dirige «Los diálogos del pensador», «Sic Vos Nom Bovis», «Diálogos juveniles sobre opresión, violencia, justicia y liberación» y otros ejercicios escénicos. Es en estos momentos cuando el director del IRBAO le sugiere convertirse en profesional del teatro en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), pero Acela se convierte en madre, se traslada al Distrito Federal y deja pendiente esos planes.

En 1976, Acela retoma su formación artística, se acerca al INBA y se inscribe en la Licenciatura en Teatro para cursar Dirección Teatral; con la experiencia que ya tenía como actriz, es invitada para protagonizar «El pelícano» y como asistente de Dirección de Martha Luna, en «El rostro perdido», premiada por los Críticos de Teatro con el premio Julio Bracho.

Como integrante del grupo Barrionetas, se registra en la Unión Mexicana de Titiriteros, A.C. (UMTAC) y es así como inicia su relación profesional con los títeres, registrándose en la Unión Internacional de la Marioneta (UNIMA), México.

En 1979, su examen de tercer grado de dirección incluye tres obras cortas: «La pesadilla» de Emilio Carballido, «Las aceitunas», de Lope de Rueda; y «La Marquesa de Larkspur Lotion”» de Tennesse Williams, con la supervisión del maestro Raúl Zermeño. Es en este momento, cuando Acela es invitada para impartir clases de teatro en la Escuela Normal por Cooperación y en el Instituto Plancarte, para lo cual debe tramitar su autorización como maestra de teatro en escuelas normales. En los programas de la SEP se incluye en la currícula el Teatro de Muñecos, así que Acela debe transmitir la construcción de títeres y su uso en la escena y, sobre todo, en el aula.

A la par de esta actividad, Acela propone en la Secretaría de Recursos Hidráulicos los cursos de verano para hijos de los trabajadores, como programa vacacional de apoyo a padres y se integra el grupo de teatro infantil y juvenil, dirigido por Acela Castro, que cada verano presenta un espectáculo. Adapta para teatro los cuentos «Pinocho», «La vanidad no cuenta», «El castigo de la soberbia» y dos trabajos que surgen de la creatividad infantil con improvisaciones sobre los códices maya y la influencia de la televisión en los niños.

A partir de estas experiencias infantiles y las de los normalistas, la maestra Acela comienza el registro de los trabajos escénicos colectivos surgidos de improvisaciones para convertirlos posteriormente en libretos de teatro infantil. Así surge la dramaturga, quien, invitada por Román Calvo, se registra en la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM) con su obra «¿Realidad o fantasía?».

El examen profesional de Acela, sería la obra «En un lugar de la Mancha», de Norma Román Calvo, versión de El Quijote para niños, musicalizada y con escenas de títeres integradas. El montaje fue supervisado por la maestra Martha Luna y rebasó las 100 funciones en el Teatro Orientación de la Unidad del Bosque de Chapultepec. A partir de esta experiencia, Román Calvo propone a la maestra Acela hacer un nuevo montaje para presentarlo en el Teatro La Capilla en Coyoacán, participando como directora de la obra y como productora, en una sociedad integrada por Córcega, Román Calvo y Bichir, teniendo la oportunidad de fungir como empresaria teatral.

En 1981, Rafael López Miarnau, director invitado en la Escuela de Arte Teatral del INBA, forma parte del grupo de Directores de Teatro de la Nación, coordinados por Carlos Solórzano y le corresponde dirigir la obra «Espectros», de Ibsen, para lo cual invita a Acela como asistente de dirección. Al terminar la temporada es invitada a capacitarse como Promotor Cultural e Instructor de Creatividad por la Dirección General de Cultura y Recreación de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en los cursos que serían impartidos por Hillary Ball, de Inglaterra, y Susana Alexander, de México. Al finalizar la capacitación, lo aprendido sería aplicado en los circuitos culturales en escuelas normales rurales y casas de cultura; así como en estancias infantiles del ISSSTE, y bibliotecas y unidades habitacionales de la Ciudad de México.

Una vez concluidos dichos trabajos, es invitada a integrarse a CONALEP como Jefe de Extensión Cultural y Deportiva del Plantel Aragón, donde logra incorporar dicho plantel a los Circuitos Culturales, favoreciéndolo con eventos artísticos y exposiciones. Al mismo tiempo continúa con las clases de teatro en escuelas normales y, además, forma su propio grupo de teatro «Arlequín», con el que hace el montaje de su primera obra corta «¿A qué jugamos, abuelita?», que estrena en el foro abierto del Bosque de Chapultepec y en algunas salas del Departamento del Distrito Federal.

En 1983 se embaraza por segunda ocasión y, buscando algo más estable en su economía, acepta una oferta como empleada administrativa en el Instituto Nacional del Consumidor (INCO); en 1985 logra que dicha dependencia la traslade al estado de Veracruz, donde le asignan el Departamento de Educación para el Consumo en la Delegación Xalapa. En éste, Acela organiza círculos infantiles de orientación para el consumo, en los que integra la creatividad y la improvisación teatral, obteniendo autorización para impartirlos en escuelas primarias. Con los cursos de capacitación impartidos por el Instituto Nacional del Consumidor, Acela se convierte en Instructor y Promotor Consumerista y participa en radio y televisión en TV Más, donde promueve las actividades educativas del INCO. Al transformarse el INCO en Procuraduría Federal del Consumidor, Acela continúa con las actividades de Educación para el Consumo, participando en Ferias de la Salud, Comités Interinstitucionales del Gobierno Estatal de Veracruz y en el Comité Organizador de la Feria Nacional del Libro Infantil y Juvenil, desde 1990 hasta que se jubila en el año 2001. Además, en la feria del libro impartió cuatro talleres diarios, incluyendo títeres, cuentos, historias y otras técnicas de promoción de la lectura.

Durante la Feria Nacional del Libro Infantil y juvenil del año 2003, Acela presenta el espectáculo «Déjame que te cuente» con el nombre de «La tía Marcela», contadora de cuentos e historias, apoyándose con títeres para ilustrar sus historias. En la feria del libro del 2008, Acela presenta su primer libro, «El árbol de las palabras», editado con sus propios recursos.

En 1997, inicia su carrera como Toastmaster para acreditarse como Comunicador Competente y Líder de Alto desempeño, logrando en el 2002, convertirse en Toastmaster distinguida y ocupar los cargos de Liderazgo nacional del Distrito 34; recibiendo el premio a la Excelencia Educativa en el 2004, en Reno, Nevada; y en el 2005, en Toronto, Canadá. En Toastmasters, Acela elabora módulos educativos, boletines y folletería, administra la página web del Club Visionarios de Xalapa y ha publicado en revistas y boletines del Distrito 34 y de otros clubes.

Como promotora y gestora cultural, Acela participa en el Primer Diplomado de Gestión Cultural impartido en Xalapa por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en coordinación con el Instituto Veracruzano de la Cultura.

En 2017 es invitada a participar en el Observatorio Cultural Ciudadano Veracruz como observante honoraria. En el blog del Observatorio publica cuatro artículos titulados «La telaraña cultural».

Es autora de la trilogía «El búho lector», «El libro Aquarelas» y los módulos de teatro Collage Escénico T1 y T2.

 

 

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