El Gobernador de Veracruz parece emocionado por su primera vez. Este fin de semana, el gobierno estatal inició de manera formal la campaña de difusión de spots con motivo del primer Informe de Gobierno que entregará Cuitláhuac García al Congreso del Estado el próximo viernes 15 de noviembre.

Mediante su cuenta de Twitter y Facebook, el mandatario estatal lanzó su primer promocional con el tema honestidad y austeridad, en el cual hace referencia a que es la primera vez existe buen uso de los recursos públicos, generando ahorros y total transparencia en las Secretarías. Según la propaganda oficial, “por primera vez un gobierno trabaja con honestidad”.

Lo que no sabe –o prefiere ignorarlo- es que muchos de esos ahorros no son más que sub ejercicios que en algunos casos superan hasta el 70 por ciento; recursos que tendrán que ser devueltos a la federación para que se conviertan en becas para ninis o adultos mayores. Además, otros tantos colaboradores se le están yendo al agua, como sucede con las compras amañadas en salud y los contratos firmados fuera de la ley en la SEV.

Con su campaña, el mandatario veracruzano confirma que tiene muy poca memoria. Contrario a lo que él supone, el estado de Veracruz no fue fundado el primero de diciembre del año pasado, como para presumir que su administración ha sido la primera en muchas cosas.

Por si acaso no lo sabe, le compartimos el dato. Al término de la independencia de México, Veracruz fue una de las entidades federativas originales -séptima en orden de creación- con un territorio casi idéntico al actual, a excepción de una porción de territorio que le pertenecía a Puebla, pero que con la promulgación de la Constitución de 1857 llegó a su extensión actual. Es decir, tiene rato que estamos aquí.

Acaso su memoria de corto plazo sólo le alcanza de Javier Duarte para acá, pero a Veracruz lo han gobernado hombres de la talla de Adolfo Ruiz Cortines y Miguel Alemán Valdés, quienes llegaron a ser presidentes de México, con un legado verdaderamente histórico. Por palacio de gobierno también han pasado mandatarios de la talla de don Rafael Murillo Vidal o don Fernando López Arias a quienes se les recuerda con respeto y admiración.

Tal vez nunca haya oído hablar de don Ángel Carvajal Bernal o don Marco Antonio Muñoz Turnbull; y acaso alguien le haya mencionado alguna vez el nombre de don Rafael Hernández Ochoa, don Agustín Acosta Lagunes y más recientemente don Fernando Gutiérrez Barrios. Intentar adjudicarse la primicia de un gobierno honesto, no sólo es falso, sino que lastima la historia de Veracruz y de los veracruzanos más ilustres de esta tierra.

Y uno de los ejemplos más claros es don Agustín Acosta Lagunes; basta con que alguien le preste un libro de historia para que se entere que las vías de comunicación por las que hoy transitamos fueron construidas durante su gobierno. Hubo crecimiento sin deuda pública; tuvo fama de avaro porque no dejó que nadie le metiera la mano al cajón.

Si López Obrador intenta compararse con Benito Juárez, Francisco I Madero y Lázaro Cárdenas –los artífices de la construcción del actual Estado mexicano-, lo del gobernador veracruzano está fuera de toda lógica y proporción. Le vendieron el traje invisible del rey: va desnudo por la historia creyendo que lo cubre un traje de honestidad y justicia.

La publicidad suena bonita pero en nada corresponde a la realidad. Ni siquiera a la de los últimos gobiernos, y no porque de Miguel Alemán para acá –Fidel Herrera, Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes- hayan sido muy honestos, sino porque la administración actual ha resultado tan proclive a la corrupción y la riqueza inmediata como cualquiera de sus antecesores.

En la campaña, también se dice que “por primera vez” hay un gobierno que trabaja para hacer justicia. Habrá que preguntarle qué tan cierto es a las miles de víctimas de la violencia, a las familias de cientos de desaparecidos. Cómo hablar de justicia en un estado donde se comete el mayor número de feminicidios y secuestros en el país, y que ha sido escenario de masacres como las de Minatitlán, Coatzacoalcos y Tuzamapan, de las cuáles ninguna de ellas ha sido aclarada.

En la acera de enfrente, al menos seis de cada diez veracruzano –considerando que el nivel de aceptación del mandatario ronda el 40 por ciento-, piensa que es la primera vez que Veracruz tiene un gobierno tan ineficaz e inexperto, algo que daña tanto como la corrupción.

Tal vez el Gobernador lo ignore, pero no es la primera vez que muchos de los funcionarios del gabinete están tras el billete. Y si no, que pregunten en la SEV…

Las del estribo…

  1. Ana Miriam Férraez sigue siendo un lastre para Morena. Ahora como defensora oficiosa de un contrato leonino, asegura que la exclusividad de la Pepsi le dará recursos a las escuelas. Lo que no sabe está aprendiz de política, es el gasto millonario que realiza el gobierno en una población infantil donde 8 de cada 10 niños son obesos. Pero eso no importa mientras caiga el billete; su foro estatal sobre la epidemia de sobrepeso y obesidad infantil en Veracruz, no fue más un acto de hipocresía.
  2. Y que tal la perla de la delegada de la SEV en Veracruz, zona centro, Diana Santiago Huesca: “los padres de familia son quienes tienen que velar lo que consumen sus hijos, no las cooperativas ubicadas en los planteles educativos”. La abyección suele a convertir a los hombres en imbéciles.