Los liderazgos sindicales que se hicieron y se asieron al poder han perdido vigencia. En mucho o en poco, porque dejaron de lado el compromiso social que es el origen de la formación, integración y membresía de estas organizaciones. Velar por el bien común, fueron los principios fundamentales que sostenían la estructura sindical con sentido de pertenencia, en donde el trabajador tuvo la certeza de la defensa de sus derechos laborales. Motivado ante esto, acudía a las sedes de su representación, en donde eran y fueron atendidos con diligencia, con atención, con afecto, con liderazgo, con la fuerza de la congregación de una hermandad, que profesaba la protección del trabajador, cuidando con ello, la cohesión no solo sindical, sino más allá, el cuidado y la protección en el seno de sus familias. Muchos descendientes de estos trabajadores, aspiraron a un espacio de empleo, entusiasmados, porque se les brindaba la expectativa de emplearse, en una actividad que les remuneraría el apoyo económico para el sustento, con la seguridad de que, no  habría extorsión, tampoco cobro económico ni carnal, ni pago por la transacción de una plaza, ni cobro de plaza para mantenerse en determinado centro laboral, quedaba únicamente en el trabajador, el agradecimiento, la gratitud a su dirigencia sindical.

Pero de muchos años para acá, estos principios, se han extraviado, se han perdido, y, hay quienes, lastimados por estos hechos ominosos, han decidido revelarse, no más sometimientos serviles, respeto, si, al derecho humano laboral, ya que esto significa, el sentido primario, esencial, de alimentación, abrigo, casa y manutención de sus familias, sus hijos, en muchos casos el sostén de adultos de avanzada edad que dependen, económica, física y emocionalmente del trabajador.

Por eso, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, AMLO, ha decidido, diseccionar estas organizaciones, porque es el sentir de la población, y se empiezan a autodestituir los representantes sindicales, que han perdido con las corruptelas el verdadero liderazgo, y, ¡que corruptelas!, de miles de millones de pesos, con daño al erario público, y que hay que auditar, porque manejan dinero del bien público, disfrazados de cuotas sindicales. Carlos Romero Deschamps, que ha tratado de cerca, durante años el poder, ha sentido la fuerza del Estado, y ha oteado que lo mejor es optar por la renuncia y tratar de concertar o conciliar, para mitigar el impacto de la probable responsabilidad que le llevaría a prisión. Son tiempos de reflexión, de prudencia, de mesura, no más de lo mismo y de los mismos.

Acá en Veracruz, se avecinan en estos días, la publicación de dos convocatorias, para llevarse ya, los cambios de los comités ejecutivos seccionales, el de la sección 32 del SNTE, y de la sección 26 del SNTSA.

El respeto al derecho laboral, tiene un profundo significado, por ello, hay quienes se han sensibilizado e indignado ante estos abusos, y han decidido rebelarse junto con la base trabajadora, que ha sido durante años, sometida con excesos, insultos, tropelías, amenazas, carencias e injusticias, traicionando con ello, los dirigentes, a la base trabajadora de estos tiempos. Estos representantes sindicales envejecidos, empobrecidos moralmente por la corrupción, exigen lealtad hacia ellos, una lealtad a conveniencia, mal entendida, con despotismo, predicando se les sea leales a ellos, pero, ellos, no son leales a las necesidades y a los intereses de a la clase trabajadora, traicionándoles,  acciones que tienen efecto, al revés, los traidores y los desleales, son los que amenazan y someten, y que de un tiempo a la fecha, exigen una modalidad de cobro de piso al trabajador, por permanecer en centros laborales, que les permitan la seguridad laboral, social y la integridad de sus familias.

Las causas justas, las guerras o luchas santas, claman las escrituras, son justas porque se defiende el derecho. Está bien rezar, pero Dios, se agobia allá en las alturas de tanta petición y lamentaciones, de tanto rezo y tanta oración, por eso, creó al hombre a semejanza, con sentido de voluntad, con la fuerza del espíritu, para tener la fortaleza y defender las causas justas, sus principios y sus valores. Ya estuvo bien de lamentaciones. Ahora hay que actuar.

Ser lo que el más profundo deseo nos dicta en el interior, es lo conveniente, porque darse cuenta, si es que nos damos cuenta, al final de la vida, que no se luchó por lo que se deseaba, es el fracaso ante uno mismo en la oportunidad de la existencia. Ser lo que el más profundo deseo es, dictan los pensamientos filosóficos, los cánones bíblicos. Y, como es el deseo, es la voluntad y, como es la voluntad, son las acciones, y, como son las acciones…es el castigo y el destino.

Sintácticas

Hay quienes tienen cerebro…y los hay quienes tienen celebro.

Corazón que no ve…intrigas que lo aceleran.

Del poeta Willie Colón, Idilio:

Que a besos yo te levante al rayar el día;

y que el idilio perdure siempre al llegar la noche;

y cuando venga la aurora llena de goce;

se fundan en una sola tu alma y la mía..

se fundan en una sola tu alma y la mía…

Soñando siempre contigo…

Argentina. Cantaora de flamenco, improvisa en la Habana Vieja el bolero “Idilio” de Willie Colón, con el Grupo Evolución de la Habana, Cuba: