Corría el mes de abril del 2016 cuando el entonces candidato del PAN a la gubernatura de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, fue a Coatzacoalcos a prometer que si el voto popular lo llevaba a Palacio de Gobierno, recuperaría la seguridad para los veracruzanos en seis meses. Ante sus seguidores presentó un decálogo con las acciones que implementaría para abatir la inseguridad del que no cumplió ni un solo punto.
Semanas después y ya como gobernador electo, volvió a farolear con lo mismo y en noviembre del 2018 se fue de la gubernatura dejando a la entidad sumida en la peor crisis de seguridad de su historia.
Y como dicen en los cuentos de hadas “El tiempo pasó y…” el 22 de abril de este año, tres días después de la masacre de Minatitlán donde 13 personas y un menor de edad fueron acribillados en un salón de fiestas, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo (también en Coatzacoalcos), que en seis meses habría resultados en seguridad gracias a la implementación de los programas sociales de su gobierno.
Se están cumpliendo seis meses y tres días de aquella declaración y las cosas están peor. En los primeros nueve meses de la 4T se han registrado más de 27 mil asesinatos en el país, la cifra más alta de la que se tenga memoria en tiempos de paz. Eso sin contar con el asesinato de 14 policías estatales emboscados por delincuentes en Aguililla, Michoacán; los 14 civiles y un militar muertos en Iguala y los 13 muertos en Culiacán hace una semana.
¿Y qué dice el presidente?
“Pues vamos bien en general. Hay un cambio de estrategia y esto lleva algún tiempo como es natural, pero estamos avanzando en lo que consideramos fundamental para garantizar la paz y la tranquilidad. ¿Qué se ha logrado? Pues que la gente tenga confianza en esta estrategia; no lo digo yo, lo dice la última encuesta del INEGI que pasó de noche donde hay una percepción distinta. Claro, la encuesta –se dirá- se hizo antes de lo de Culiacán. Yo les diría que aún con lo de Culiacán la gente nos sigue tendiendo confianza y apoya y respalda a estrategia que estamos aplicando”.
Con más de 27 mil asesinatos ¿seguro que vamos bien? ¿Estaría diciendo lo mismo si otro en su lugar fuera el presidente? ¿Le estaría brindando su apoyo? Estamos avanzando, dice Andrés Manuel y uno se pregunta ¿hacia dónde? ¿hacia el precipicio?
En efecto, de acuerdo con el INEGI bajó la percepción de inseguridad. Pero ¿por qué no va a Coatzacoalcos y le pregunta al 94 por ciento de la población que se siente insegura en esa ciudad, si tienen confianza en la estrategia que está aplicando? ¿Por qué no les pregunta si gracias a esa estrategia le van a brindar su apoyo en las elecciones del 2021, por ejemplo?
Cuando el Estado capitula ante los delincuentes las cosas no pueden ir bien. Van mal… van peor… van del carajo. Y el presidente lo sabe. Pero se engaña y pretende engañar.
Malo, pésimo para un mandatario que prometió no mentir y no defraudar. Pero más malo y pésimo para 30 millones de mexicanos que pusieron en él sus esperanzas y lo llevaron a la presidencia de la República de buena fe.
El revire de Álvarez Peña
Como recordarás lector, hace unos días fue detenido Bernardo Segura Molina exsubsecretario de Finanzas del gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, por su presunta responsabilidad en los delitos de ejercicio indebido del servicio público y abuso de autoridad.
Casi al mismo tiempo se filtró la orden de aprehensión girada contra cuatro ex funcionarios yunistas donde además del propio Segura Molina, aparecen los nombres de Clementina Guerrero García, extitular de la Secretaría de Finanzas; Adrián Viccon Basto, extesorero de la dependencia y Luis Francisco Virues, exsubdirector de Operación Financiera.
De los cuatro, solo Bernardo Segura está detenido.
Yunes Linares entró en pánico y mandó una larga misiva a la Opinión Pública donde defiende a sus ex colaboradores y dice que son inocentes, pero aprovechó el viaje para descalificar al Presidente del Tribunal Superior de Justicia, Edel Álvarez Peña, al que acusó de estar “de rodillas frente al Ejecutivo”.
Edel no contestó de inmediato y dejó pasar los días. Pero este jueves después de supervisar las obras de ampliación en los juzgados de Pacho Viejo, un reportero le recordó el comentario y el Magistrado respondió: “Yo no estoy arrodillado ante nadie, más que ante mi madre, que en paz descanse”.
Sobre el tema Álvarez Peña manifestó que el Poder Judicial es autónomo y trata de impartir justicia con una gran responsabilidad de acuerdo a lo que establecen los códigos y la Constitución.
Agregó que los jueces hacen su trabajo basados en las carpetas de investigación que les presenta la Fiscalía y en relación a los ex funcionarios yunistas indicó: “Creo que al final del camino, el resultado de esas carpetas de investigación se verá en el proceso”.
Mencionó que es respetuoso de la opinión de Yunes Linares, pero que si éste dice que “hay línea” es pensar que él daba línea.
Así le reviraron al choleño que al parecer está elaborando un plan de defensa con un buen bufete de abogados, por lo que pudiera llegar a ofrecerse.
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