“Con López Obrador, el PRI está de regreso”. Mario Vargas Llosa

Dentro del contexto del libro del ensayista y politólogo mexicano Daniel Cossío Villegas, “El estilo personal de gobernar”, podemos meter frases que hemos escuchado a lo largo de nuestra vida periodística surgidas de gobernantes que en un momento dado confesaron para explicar la razón de sus decisiones al nombrar en los más importantes cargos públicos a tales o cuales personajes.

La que más nos impactó es la que le escuchamos a don Fernando Gutiérrez Barrios cuando por primera vez hizo referencia a su equipo de trabajo: “se gobierna con los mejores”. Y, en efecto, su plantilla de colaboradores estaba formada por veracruzanos expertos en cada una de las ramas de la administración pública donde el gobernador Gutiérrez Barrios los ubicó, en una réplica estatal del gabinete de brillantes mexicanos que formó el presidente Benito Juárez García, con el que colocó los cimientos de esta nación.

Fidel Herrera Beltrán alguna vez comentó: “se gobierna con los amigos”. Y es que él desconfiaba de los desconocidos de los que de momento se le presentaban y se autoincluían en una actitud ladina, tratando de granjearse la buena fue del político para escalar la pirámide del poder. Obviamente no faltaron quienes entre broma y serio le reclamaron casi al final de su administración que había gobernado con sus cómplices no con sus amigos.

Javier Duarte de Ochoa bien pudo haber dicho: “se gobierna con los más capaces… para el atraco”, porque todos, sin excepción, los que formaron parte de su equipo de trabajo se vieron inmiscuidos en actos de corrupción, solo los honestos que se dieron cuenta hacia dónde iba ese proyecto decidieron hacerse a un lado a tiempo, antes de verse implicados en tanto desorden, y la libraron pero fueron contaditos.

Miguel Alemán Velasco también puede afirmar: “se gobierna con los recomendados”, porque su gabinete estuvo integrado desde que arrancó esa administración de puros recomendados, solo Alejandro Montano Guzmán y el sobrino de Alemán, Sergio Maya, eran personas cercanas a don Miguel, quienes venían colaborando con él de muchos años atrás.

Y don Agustín Acosta Lagunes era partidario de la máxima aquella de “el poder no se comparte”, porque su obsesión por el orden, por la austeridad, por la honradez, puso un dique a las intenciones, si es que las hubo, de sus colaboradores por abusar del poder o de disponer de los recursos públicos para su peculio.

Jamás hemos tenido a un gobernador que incluyera a sus hermanos, o a uno cuando menos, en el gabinete, y no porque no los tuvieran. Rafael Murillo Vidal, Rafael Hernández Ochoa, Agustín Acosta Lagunes, Fernando Gutiérrez Barrios, Dante Delgado Rannauro, Patricio Chirinos Calero, Miguel Alemán Velasco, Fidel Herrera Beltrán y hasta el propio Javier Duarte de Ochoa, han tenido hermanos, primos, sobrinos y otros tipos de parientes cercanos pero ninguno se atrevió a agraviar a los veracruzanos incrustando a uno de ellos en el gabinete. Eso es tener respeto por el cargo y por quienes los han elegido.

Lo de la influencia que han tenido las esposas de dos de ellos en el trabajo de gobernar es otra cosa, un tema digno de abordarse porque a Javier Duarte, por ejemplo, no lo impuso Fidel Herrera Beltrán como candidato del PRI, no, fue la esposa de Fidel, por ejemplo, y qué chinga nos pegó.

Total que el poder no se comparte, se gobierna con los amigos, se elije a los mejores y uno solo los coordina, o se gobierna con la familia, son frases que en la praxis política forman parte del estilo personal de gobernar, como lo define bien en su libro Daniel Cosio Villegas.

Hoy queda libre Luis Ángel ¿y los testigos?

Luis Ángel Bravo Contreras, ex Fiscal General de Justicia en el Estado, quedará libre de la acusación que le fabricaron, en el gobierno del panista Miguel Ángel Yunes Linares, por el presunto delito de desaparición forzada.

La noticia no tiene ninguna novedad pues desde hace varios meses abogados defensores de los encarcelados por el Fiscal Jorge Winckler, adelantaron que contaban con las pruebas suficientes para demostrar que los cargos que le imputaban a Luis Ángel Bravo eran falsos.

Esta situación pone contra la pared a los testigos falsos que mandó Winckler a declarar en contra del Fisculín; Manuel Visiconti Zapot y María Isabel Hernández Cruz, quienes ahora tendrán que aclarar cuál es su situación en este entuerto, si son  realmente testigos o cómplices de la desaparición de cadáveres. Ambos personajes fueron clasificados como “testigos protegidos” y todo parece indicar que se trató de una maniobra para tener elementos para poder enchiquerar a Luis Ángel Bravo.

Otra de las implicadas en este entuerto yunista es la juzgadora Alma Almeida, encargada de dictar prisión preventiva oficiosa a los duartistas sin que esta figura estuviera contemplada en el Código Penal nacional, lo que motivó que los amparos interpuestos por los defensores fueron resueltos de manera favorable a los duartistas privados de su libertad.

Alma Almeida es de los que se han pronunciado en contra del proceso de selección de los nuevos magistrados, es decir, poco le importa la responsabilidad que seguramente Luis Ángel Bravo quiera fincarle mediante una denuncia por los casi dos años en que fue privado de su libertad por una determinación a todas luces infundada.

Los tres personajes antes mencionados pasarán del otro lado del mostrador muy pronto y serán materia prima mediática.

El priista AMLO

El escritor peruano Mario Vargas Llosa advirtió que la “dictadura perfecta” del PRI ya cayó una vez, pero podría estar de regreso con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

“No era tan perfecta, porque finalmente la dictadura desapareció, pero lo que es terrible es que vaya a resucitar, ¿no? Porque yo tengo un poco la impresión de que López Obrador es como la resurrección del PRI, del PRI que formó parte de su juventud“, dijo en entrevista con Reforma, el premio nobel de literatura.

Al respecto, durante la conferencia de prensa matutina, el presidente señaló que respetaba a Vargas Llosa, al que calificó como un buen escritor, pero que en lo político, “yo creo que ya es hasta monárquico, ha involucionado, pero ese es otro asunto, es un gran escritor”.

No es la primera vez que el escritor tiene diferencias con López Obrador, pues anteriormente lo ha calificado como “caudillo tradicional latinoamericano, voluntarista y despótico”.

Reflexión

Si no es sometido a la acción de la justicia por los delitos que cometió en 27 años de ser dueño del sindicato petrolero más importante de América Latina, los mexicanos tendremos serias dudas sobre su salida hacia el goce de los miles de millones de pesos que se agenció uno de los emblemas mejor acabados de la corrupción en México. ¿Hubo acuerdo?

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