El jefe del Departamento de Cinematografía de la Dirección General de Comunicación Universitaria (DGCU) de la Universidad Veracruzana (UV), Ricardo Benet, impartió talleres de cinematografía básica en Zongolica y Mixtla de Altamirano.

Lo anterior como parte de la retribución social que estudiantes del Centro de Capacitación Cinematográfica, A.C. (CCC), que conforman el equipo de producción del cortometraje El brillo de la luciérnaga, hacen a la región donde realizarán el rodaje –éste se desarrollará concretamente del 30 de octubre al 3 de noviembre en las comunidades de Xochitla y Barrio Cuarto, pertenecientes al municipio de Mixtla de Altamirano.

Benet –cuya ópera prima Noticias lejanas (2005) tiene en su haber premios como el de Mejor Director Iberoamericano Málaga 2007– ha impulsado el quehacer de los estudiantes del CCC creadores de El brillo de la luciérnaga y su colaboración como tallerista.

El primer taller se desarrolló el sábado 21 y el domingo 22 de septiembre de 10:00 a 15:00 horas, así como el lunes 23 de 15:00 a 19:00, en el Albergue “Benito Juárez” de Mixtla de Altamirano.

Del martes 24 al jueves 26, de 15:00 a 20:00 horas, se impartió una segunda edición del taller en el Foro del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), ubicado en la cabecera municipal de Zongolica.

De acuerdo con las convocatorias, para el taller se requirió contar con celular o cámara que registrara video. “Con una camarita, muchas ganas y una idea básica pueden llegar a contar algo en imágenes”, dijo el propio Benet respecto a estos talleres.

Para el creador de Nómadas (2011) fueron “entrañables días en las Altas Montañas, todo un viaje emocional”, porque le permitió ver el entusiasmo y expectativas de la juventud, que lejos de eclipsarse por las carencias económicas, brillan.

Cabe decir que a la par del taller de cinematografía, se desarrolló el de Robótica para Niños y Adolescentes, impartido por Lidia Aurora Rodríguez y Guillermo Covarrubias, de la Academia de Robótica Robomaker. Ambos fueron inaugurados por autoridades y maestros de la localidad.

Al de Benet, en el en el Albergue “Benito Juárez” de Mixtla, acudieron ocho alumnos. El lugar es una suerte de internado de lunes a viernes para la infancia de esa región, sobre todo para quienes viven en comunidades alejadas, incluso aisladas. “Se hizo una amplia convocatoria, consideramos que justo por la lejanía y el fin de semana hubo cautela; sin embargo, los participantes fueron muy entusiastas y  sorprendidos por las posibilidades que sus celulares les dan como herramienta visual narrativa”.

En Zongolica el escenario fue incluso inverso, acudieron alrededor de 20 participantes, cinco de ellos de la Universidad Veracruzana Intercultural, sede Altas Montañas, ubicada en Tequila.

Ahí hubo un suceso que el cineasta quiso compartir: Apenas arribó al hotel de Zongolica –donde se hospedó durante toda su estancia en las Grandes Montañas– ya lo esperaba una maestra del telebachillerato de ahí.

“Perdón por el atrevimiento, pero desde que supe que vendría me emocioné porque mis alumnos justo están haciendo prácticas en video pero no saben cómo. No los puedo inscribir a todos, porque el cupo es limitado y son como 60; además, su taller será en la tarde y la mayoría viene de comunidades lejanas, asistir les significaría pagar doble pasaje el mismo día”, le dijo la docente. Ante el planteamiento, el cineasta optó por ser él quien asistiera al telebachillerato dos mañanas seguidas, para orientar a los jóvenes. “Terminaron siendo más de 120 chicos, con muchas ideas, preguntas e ilusiones”.

La niña y su abuela

Hay un breve relato más que Benet narró y que en sus palabras, “captura el sentimiento de esa región”: “Terminábamos una de las sesiones matutinas en Mixtla, el día era húmedo y sabíamos que hacia la tarde llovería, teníamos que esperar poco más de una hora nuestro transporte para recorrer los 15 kilómetros que nos separaban de Zongolica –donde hacíamos base.

” Una joven participante, de algunos 14 años, se despidió de mí y le recordé su tarea: tres tomas de diversos tamaños que nos muestren un personaje y su entorno. Ella sonrió y dijo ‘sí, ya sé quién’, y se echó a andar con su mochila y su suéter amarillo.

” En los puestos que están junto a la iglesia de Mixtla compramos guayabas y nísperos para la espera, tras una charla pausada, nuestra camioneta apareció y nos acomodamos para el sinuoso regreso. El camino era espectacular, la niebla ya poblaba, barrancas y abismos encontrábamos a cada curva. El sol estaba casi en el horizonte y tintineaba entre los árboles que pasaban por la ventanilla.”

Los estudiantes del CCC y él habrían recorrido ocho kilómetros cuando una figura con suéter amarillo apareció caminando al borde de la carretera, lo cual llamó la atención de Benet. Éste pidió al conductor del vehículo que parara, y sí, se trataba de la alumna antes citada.  Aunque dudó ante el ofrecimiento, la niña abordó la camioneta.

“Nos contó que en el siguiente cruce de caminos se encontraría con su hermano, quien venía de Zongolica, donde estudiaba la preparatoria, y que ya de allí sólo caminaban como media hora más; que ella estudiaba la secundaria en Mixtla y que por la mañana casi siempre lograba tomar el camión, pero el regreso era complicado y lo hacía a pie. Llegamos al entronque, ella agradeció y antes de bajarse me dijo: ‘Mi personaje será mi abuelita’.”