Un tatuaje en el pecho de su hijo, permitió que una madre identificara preliminarmente uno de los cuerpos hallados en una fosa clandestina en el rancho La Gallera en Tihuatlán

La madre a su vez identificó por las ropas a otras dos personas, su otro hijo y su nuera, todos fueron hallados en la misma fosa.

Las identificaciones oculares las hizo este año, desde abril está en espera de que las pruebas genéticas confirmen la identidad de sus familiares para que les sean entregados.

Oscar Espino, del colectivo María Herrera en Poza Rica señaló que en las primeras inspecciones al lugar, la Fiscalía General de Veracruz ni siquiera levantó las prendas de ropa ni los fragmentos.

Fueron las familias quienes hicieron la recolección para que la FGE hiciera el resguardo correspondiente. “Fue así como esta madre identificó a sus hijos, por fotografías a uno por el tatuaje , y a otros por las ropas”, contó.

El rancho La Gallera en Tihuatlán fue intervenido por colectivos de desaparecidos en febrero del 2017, quienes hicieron tres búsquedas hallando en total seis cuerpos y un número indeterminado de restos calcinados, que estiman puedan ser entre 800 y mil. Aunque la Fiscalía General del Estado informa que solo se encontraron 249 fragmentos.

Espino detalló que los cuerpos fueron enviados al Servicio Forense de Coatzintla, mientras que los fragmentos fueron resguardados por el Gobierno Federal, aunque no hay información sobre los procesos de identificación.

De los seis cuerpos hallados solo uno pudo ser identificado y entregado a su familia, se trata de Enrique Chávez Ortega, un obrero que desapareció en noviembre del 2016 en Tihuatlán y fue identificado por los tatuajes en su brazo.

El resto de los cuerpos deben estar en una fosa común, opina Espino, aunque las familias no han sido notificadas oficialmente.

Aunque en mayo del 2017, la Fiscalía General del Estado se comprometió a vigilar el predio y resguardar los restos, en visitas posteriores las familias denunciaron que la Fiscalía incumplió con su obligación de resguardar el predio, pero además dejó restos sin embalar ni cadena de custodia en el lugar.

A la fecha el predio sigue sin seguridad y hay particulares vinculados al ex alcalde de Coatzintla, Gregorio Gómez, quienes pretenden apoderarse del predio comprando certificados parcelarios.

Espino advirtió que las familias impedirán que esto pase, pues el lugar tiene que continuar siendo investigado.

El rancho La Gallera es un predio de alrededor de seis hectáreas que fue confiscado por una célula del grupo delincuencia las zetas en 2011 para operarlo como una casa de seguridad y cementerio clandestino.

AVC/ Flavia Morales