La semana pasada recordé una columna de hace cuatro años en la que hablé de Roberta Gambarini. En ella cité una publicación que hizo en esos días la cantante italiana, sé que tanto tiempo después, ese texto es una aguja en el pajar de Facebook, sin embargo entré a su página para ver si algún designio del azar me llevaba a la publicación. Sorpresivo e inmensamente ingrato fue el recibimiento que me dio la página, una hora antes de mi incursión, Gambarini había publicado una nota del New York Times, presentada con el siguiente mensaje:

«Estoy realmente desconsolada por la muerte del maestro Harold Mabern. Perdimos una luz brillante y una fuerza para el bien en nuestra comunidad, una fuerza que necesitamos entre nosotros para inspiración y orientación, ahora más que nunca. Me considero bendecida por haber tenido la oportunidad y el honor de cantar con él y de pasar el rato escuchando las muchas anécdotas que contó sobre todos los otros maestros con los que trabajó, así como de disfrutar de sus consejos e ideas sobre la música. Qué alma tan hermosa e inolvidable. Descansa en paz Mabes, guerrero por la belleza».

Hace menos de un año, Adrián Besada escribió en el portal Más Jazz Digital:

«A sus ochenta y dos años, la música de Harold Mabern cuenta nota a nota la historia del jazz, o más bien su historia en el jazz, y es que Mabern ha tocado con Art Farmer, Max Roach o Miles Davis. Sigue siendo un músico de primera fila y lo demuestra en cada concierto y grabación. El pasado 23 de noviembre salía a la luz el álbum The Iron Man: Live at Smoke, un trabajo lleno de melodías que le han acompañado durante más de medio siglo, que fluyen espontáneamente, que suenan a tradición y a vanguardia».

Harold Mabern nació en Memphis, Tennessee, en 1936. Se interesó por la música desde la infancia y se inició en ella con una batería que, con esfuerzos, le compró su padre. Después se pasó al piano y aprendió a tocarlo de manera autodidacta, escuchando e imitando a los pianistas Charles Thomas y Phineas Newborn Jr.

En 1954 se trasladó a Chicago con la intención de estudiar en el conservatorio, las condiciones económicas familiares no se lo permitieron pero pudo tomar algunas clases particulares. Inició su vida profesional con el trombonista Morris Ellis, más tarde se incorporó al grupo de Walter Perkins MJT+3 (Modern Jazz Two + Three), con el que grabó sus primeros discos.

En 1959 se mudó a Nueva York con el saxofonista Frank Strozier. En el Birdland conoció a Cannonball Adderley y al trompetista Harry «Sweets» Edison, quien lo contrató para que reemplazara a Tommy Flanagan en su banda. A partir de ahí inició una carrera que lo llevó a participar con las grandes figuras del hard bop y del post bop, además de los citados por Besada, colaboró, ya de sideman, ya de líder, con Jimmy Forrest, Elvin Jones, Lionel Hampton, Benny Golson, Donald Byrd, J. J. Johnson, Sonny Rollins, Freddie Hubbard, Lee Morgan, Roy Haynes, Wes Montgomery, Archie Shepp, Clark Terry, Jackie McLean, Hank Mobley, Blue Mitchell, Joe Newman, Roland Kirk, George Coleman, Charles Lloyd, Joe Williams, Sarah Vaughan, Betty Carter, Johnny Hartman y muchos más.

Se integró a la lista de las grandes leyendas del jazz y se mantuvo activo hasta el final. El pasado 19 de noviembre, su sello discográfico, Smoke Sessions Records, publicó en su página de Facebook:

«El mundo es mucho menos hermoso hoy.

«Con gran pesar que compartimos noticias del triste e inesperado fallecimiento de Harold Mabern. Enviamos nuestro más sentido pésame a su familia durante este momento tan difícil, y nuestras más sinceras condolencias a su extensa familia musical. Harold, fuiste único y te extrañaremos siempre.

«Descanse en paz».

 



https://youtu.be/bGFsBYCiOzk

 

 

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