En esta parte final de la conversación, Rive Quiroz recuerda su desarrollo en México antes de partir a Nueva York, habla de sus proyectos discográficos y concluye con una serie de reflexiones en torno a su búsqueda existencial.

La oscuridad de la luz

Ya concluí el OPT y vine a México a hacer fechas para engrandecer el portafolios porque quiero aplicar para la visa artística, entonces estoy en esa labor. Estuve tres años metido en los cuartos de estudio y ahorita estoy en el proceso de poner todo en práctica y echar mi nombre para adelante.
Creo que tenía un nombre en la escena de México antes de irme, muy pequeño pero siempre estaba ahí y logré tocar con gente bien importante, logré tocar en el Palacio de Bellas Artes con un cuarteto que creó el maestro Héctor Infanzón, ese cuarteto era invitado a tocar casi en todos los eventos de la Escuela Superior de Música que había alrededor de la ciudad, por ejemplo, no me agrada decir esto pero fuimos seleccionados para inaugurar la Estela de Luz. En ese entonces yo estaba muy joven y no sabía qué pasaba, pero créeme que si me hubiera enterado de lo que sucedía, creo que no habría participado. Nos fue medio fuerte, llegó gente protestando y aventando cosas, llegó un momento en el que tuvimos que meternos a las carpas que armaron para los artistas porque la gente se puso agresiva, pero bueno, esa fue una experiencia.
He tocado en muchos foros en la Ciudad de México, toqué mucho con Ingrid Beaujean, increíble amiga, increíble músico, increíble ser humano, grabé en su disco que se llama Cuento, hicimos fechas, nos fuimos a Las Vegas a tocar un 5 de mayo.

Quiere Infanzón que todos sean de su condición

Héctor Infanzón es un tipazo, fue mi ejemplo muy apegado a lo que he aprendido en Nueva York, él está en esa frecuencia, desde lo profesional, desde cómo te presentas a un ensayo, por ejemplo, muchos músicos, cuando ensayan, muchas veces nada más tocan el tema y no van a los solos, pero Héctor Infanzón era muy estricto, nos decía no, aquí venimos a ensayar todo, es como un performance entre nosotros, sin público, necesitamos conocer nuestra energía y cómo nos vamos a desarrollar.
No había ensayo con él que no tuviera esa energía, entonces eran los mejores momentos para mí, ensayar con él era como un concierto para nosotros, la única diferencia era el público. De él aprendí la disciplina, tanto de vestirse bien en un concierto, como de llegar temprano a un ensayo, como de llegar presentable y con buen aspecto y temprano a un toquín, todas esas cosas Héctor siempre las estaba enfatizando: ustedes son músicos profesionales y tienen que actuar como tales.
Él me fue empezando a cambiar ese chip y esa fue mi bandera cuando salí, cuando llegué allá ya no me sorprendían muchas cosas en el sentido de que veía a los neoyorquinos siempre bien arreglados, siempre como gente profesional, sin miedo, con seguridad, él me ayudó a solidificar eso.
Además, él siempre lleva la bandera de la música mexicana, yo no lo entendía en ese entonces, yo estaba bien pegado al be bop y quería aprender la cuestión americana, pero ya estando allá me hizo sentido mucho lo que él hace aquí y lo admiro aún más porque tiene la raíz, de hecho, tiene un disco increíble que se llama Citadino que está dedicado a la Ciudad de México, explotó su raíz y es una cosa increíble.

Por venir

Además de la colaboración que hice en el disco Paseo de Alec Castro, he grabado el disco de un chico japonés que se llama Sohei Narita, vino de Japón, formó su cuarteto, grabó y se regresó. Con Jhoe [Garay] vamos a meternos al estudio en noviembre. He grabado una buena cantidad de discos como sideman pero no tengo ninguno como líder. Cuando regrese a Nueva York, voy a meterme a grabar con mi trío de jazz, Rive Quiroz Trío, ese proyecto es más de arreglos de jazz, de standards y composiciones mías; es más jazzístico, más swing, algunos hard bop, algo de be bop, es un proyecto más pegado a esa línea.
Estando en Estados Unidos buscas identidad y creo que me encuentro en ese proceso, a pesar de que toco jazz, me llama la cuestión mexicana, es mi raíz, crecí con el bolero y toda esa cuestión. Con Nixtaband tenemos canciones grabadas pero no tenemos un álbum, después de grabar el disco del trío, quiero cerrar ese círculo con el Nixtaband, hacer un disco y decir ya hice un disco, a lo que sigue.
Hemos estado trabajando mucho, hemos estado tocando mucho, no he tenido tiempo de meterme a un estudio. El tiempo en Nueva York es muy apretado, el tiempo del que se dispone es para tocar o estudiar, pero sí quiero hacerme el espacio para hacer la grabación y hacer el disco y moverlo por donde se pueda, esa es la tirada.

Rumbo al Oscar

En mayo de este año participé en una película en Nueva York que se llama The Last Rumba, participé como baterista del actor principal, quien desarrolla un protagónico de cantante cubano. La productora se llama Golden Zeiba y se estrenará el siguiente año.

La verdadera voz

Creo que ahorita estoy en el proceso de cómo dejar ir mi voz interna de la manera más natural y fluida, creo que ahí es donde realmente dices tu discurso. Ya quiero quitarme esta idea de «quiero sonar a tal» o «tengo este sonido en la cabeza y lo quiero proyectar», ya me cansó eso, creo que ahorita lo que me está llamando es «sé tú», sí estar trabajando siempre con la cuestión técnica pero dejarme ser, sea lo que sea sea, que suene a lo que sea pero que sea auténtico.
Estoy leyendo un libro de Kenny Werner que se llama Effortless Mastery en el que propone cuatro pasos: dejarte salir, ayudarte con la técnica, hacer meditación —el libro tiene meditaciones— y tener el control.
Ando en esa búsqueda de darme paz interior, creo que ese es mi proceso ahorita, es un paso difícil porque a veces me obliga a no tocar, pero estoy en eso. Se trata de ser artista o ser un ejecutante de jazz. Cuando quieres hablar, decir algo, ya es un proceso diferente y no creo que todos los artistas lo logren, es un proceso bien difícil porque puede ser un parteaguas en tu carrera, yo conozco a mucha gente que ha estado en ese proceso y que ha dejado la música porque es una cuestión de encontrarse personalmente, primero que nada, y si te encuentras dices ok, voy por ahí.

 

PRIMERA PARTE: Steps to heaven
SEGUNDA PARTE: Voz de la bataca mía

 



 

 

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