Los veracruzanos que han militado en el Partido Acción Nacional (PAN) por muchos años, tratando de ganar espacios políticos difundiendo los ideales y principios de ese instituto político, lo recuperaron y echaron a los integrantes del clan Yunes, quienes se habían apoderado del partido, lo destruyeron y lo usaron para sus fines personales: presidencias municipales para los hermanos Miguel Ángel y Fernando, y la gubernatura para el patriarca Miguel Ángel, el político más traidor que ha participado en la vida política nacional en los últimos tiempos. Pero en la elección interna de nuevo dirigente estatal, los panistas veracruzanos tuvieron la oportunidad de externar su repudio a esta familia y echarla para siempre de la dirigencia. Y a pesar de que cómplices de la familia Yunes, como el diputado local Sergio Hernández, uno de sus mapaches, se dedicaron a gastar miles de pesos en la compra del voto a favor del candidato de Yunes Linares, el tuxpeño José Mancha Alarcón, el repudio a los Yunes pudo más y les quitaron el control del partido, en espera de que las autoridades de Morena reaccionen y procesen a Yunes Linares así como a su hijo Fernando, alcalde del Puerto de Veracruz, por tantos actos de corrupción en que han incurrido disponiendo como propios los recursos de los veracruzanos. Ya no tienen fiscal que los defienda y ahora tampoco partido político. Y a propósito de la jornada electoral interna del PAN, el senador Julen Rementería del Puerto, uno de los que han luchado por recuperar el partido, dijo: “En Veracruz ganó la democracia, en Veracruz ganó el apoyo de un equipo que trabajó, que escuchó y que dará lo mejor para Acción Nacional y, sobre todo, le dará la voz al militante. Hoy ganamos todos”. Joaquín Guzmán Avilés, el político de Tantoyuca, es el nuevo dirigente estatal del PAN. Tiene ahora la encomienda de limpiar de yunistas la estructura de su partido, echarlos a la calle y comenzar a practicar una nueva política de diálogo con el gobierno de Morena, como oposición civilizada que debe ser para ganar adeptos y levantar su partido.