La Administración del presidente de EE.UU., Donald Trump, estudia la remota posibilidad de lograr que China pague unos préstamos millonarios que adquirió de inversores estadounidenses hace más de un siglo como parte de su guerra comercial con ese país asiático.

Una fundación que representa a los tenedores de esa deuda relacionada con miles de bonos que emitió la entonces República de China en 1913 y que la actual República Popular China se niega a reconocer desde su proclamación en 1949 ha explicado los detalles del asunto a la agencia Bloomberg.

Algunos propietarios conservan estos bonos que contribuyeron a financiar el desarrollo de ese territorio o los subastan como reliquias por Internet, pero los que luchan por cobrarlos desde hace décadas se han agrupado con la esperanza de que el inquilino de la Casa Blanca les dé una mano.

Jonna Bianco, creadora y presidenta de la Fundación Estadounidense de Tenedores de Bonos (ABF, por sus siglas en inglés), ya se ha reunido con el mandatario norteamericano y considera que con Trump «el partido cambia por completo» porque «es una persona de ‘EE.UU. Primero’: Dios lo bendiga».

El objetivo de ABF es que EE.UU. adquiera la deuda de los titulares de los bonos —estiman que supera el billón de los dólares actuales— y que, si China rehúsa pagar, se asegure de que se apliquen las medidas correspondientes contra el gigante asiático en el marco de la actual guerra comercial que libran ambas partes.

Pekín, como parte de las negociaciones para recuperar Hong Kong, acordó en 1987 pagar deudas a titulares británicos de bonos chinos imperiales que eran incluso más antiguos que los de propietarios estadounidenses.

Bianco argumenta que China se encuentra en impago selectivo —cumple sus obligaciones de manera parcial—, por lo que deberían prohibir que vendiera deuda en los mercados internacionales.

Sin embargo, la esperanza de esta fundación puede que nunca se concrete: el año pasado, una rama del Gobierno de EE.UU. acusó a dos personas de cometer fraude contra varios ciudadanos de la tercera edad a los que les vendieron estos bonos

Desde Washington no han comentado nada sobre la posibilidad de utilizar esta deuda, pero Mitu Gulati, experto en reestructuración de deuda soberana, estima que «todos los que trabajan para Trump en el Departamento del Tesoro piensan que esto es una locura».

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