“Si no van a aplaudir, entonces cállense” parece ser la nueva consigna del gobierno federal y su cuarta transformación ante los medios.

Este martes, el Presidente y los diputados federales dieron muestra que su tolerancia hacia los medios de comunicación está llegando al límite y que no se detendrán en imponer mordaza –regulación, dicen ellos- si siguen intentando hacer contrapeso a un régimen cada vez más cercano a la censura y el autoritarismo que tanto padecieron, pero que hoy en el poder lo han olvidado.

Por la mañana, durante su conferencia de prensa, López Obrador pidió a los reporteros reunidos en Palacio Nacional un aplauso al final del evento en el que dio a conocer que su gobierno logró un acuerdo con las empresas de gasoductos. “¿A poco la prensa no aplaude?”, cuestionó el Presidente a los asistentes. La petición presidencial recordó de inmediato aquélla frase de Enrique Peña Nieto, quien en el 2015 -al final de un evento en el que anunció medidas de transparencia en su gobierno- también reclamó a los periodistas diciendo “Ya sé que no aplauden”.

La cosa no paró ahí. El grupo parlamentario del Partido del Trabajo en la Cámara de Diputados –partido aliado a Morena- anunció que buscará regular a los medios de comunicación en el próximo periodo ordinario de sesiones para “evitar que se conviertan en un instrumento fundamental de la derecha en las elecciones del 2021 y 2024”.

El diputado Óscar González Yáñez, autor del desvarío aseguró, frente a la complaciente mirada del coordinador de Morena, Mario Delgado, que el movimiento de la Cuarta Transformación “solamente ganó las elecciones, pero no ha desmantelado los poderes fácticos, es decir, no los ha regulado”. Amenazó que en los próximos días hará pública su propuesta.

Ya entrada la noche, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se apresuró a aclarar que no tiene intención de limitar en forma alguna la libertad de expresión que se ejerce en los medios de comunicación. La Secretaría de Gobernación, a través de su cuenta en Twitter, dijo que lo expresado por el diputado Óscar González Yáñez, del Partido del Trabajo (PT), “es su posición legislativa”.

Sin embargo, no es la primera vez que el Presidente, su gobierno y los partidos políticos que le respaldan atacan de manera directa el desempeño de los medios de comunicación, lo que incluso le ha valido recomendaciones de la propia organización de las Naciones Unidas (ONU) que han sido rechazadas, acusando que se trata de opiniones injerencistas.

Durante una de sus múltiples visitas a Veracruz, el presidente rechazó la recomendación de la ONU sobre cuidar señalamientos a los medios de comunicación. Así lo expresó en su discurso en el municipio de Zongolica, desde donde comunicó que han llegado advertencias para tener precaución el uso de las palabras. “Aunque vengan recomendaciones de la ONU para que no digamos que Proceso es una revista conservadora, vamos a seguirlo diciendo”, respondió.

El presidente también utiliza expresiones despectivas para desprestigiar a la prensa que lo cuestiona, se ha referido a ellos como «el hampa del periodismo» o «prensa fifí». El diario Reforma es uno de los periódicos que han sido objeto de ataques por parte del mandatario; cuando publicó que habían aumentado el número de homicidios en enero, López Obrador respondió «es una volada» y agregó «los entiendo, así actúa el conservadurismo». Lo mismo ha pasado con la revista Proceso, El Universal e incluso medios internacionales.

Sin duda, la política de comunicación del actual gobierno es una muestra del carácter autoritario del Presidente, sobre todo porque suele tener un tono hostil contra las críticas a su gestión de ciertos reporteros o medios de comunicación.

La sistemática narrativa de deslegitimación, como la denominan algunos de los medios señalados, son percibidas por sus seguidores –y por los otros gobiernos de Morena- como señales para comenzar campañas de desprestigio en redes sociales contra los reporteros o medio considerados hostiles, a lo que las hordas oficialistas responden con entusiasmo.

Como cualquier otro Presidente, López Obrador desea medios de comunicación sometidos y alineados a sus intereses; que la crítica al viejo régimen se convierta hoy en una narrativa morenista que ignore los errores y reproduzca la fantasiosa realidad que intenta imponer el gobierno.

Medios que aplaudan, que se porten bien, eso es lo que pide el Presidente.

Las del estribo…

  1. Todavía no se cumple el primer año de ejercicio y Rafael Hernández Villapando ya tiene fecha para su primer informe como diputado federal. Lo hará en el Parque Juárez en la víspera de los festejos de la Independencia. A decir del registro parlamentario, el ex alcalde de Xalapa no ha presentado una sola iniciativa, por lo que seguramente su evento será breve aunque suficiente para alimentar sus aspiraciones para relevar a Eric Cisneros o Hipólito Rodríguez, no importa.
  1. Una vergüenza lo que pasa en el equipo Veracruz. Han roto el récord mundial de más partidos oficiales sin ganar. Difícilmente alguno más igualará la marca. Si bien se trata de una empresa particular, el gobierno debería retirar todos los apoyos, luego de que no se han cumplido los objetivos deportivos. ¡Hasta en eso estamos mal!